Única y especial

2.7K 348 185
                                    

Marinette no dejaba de llorar y ya no estaba seguro del porqué.

Estábamos acostados sobre su cama y no la soltaba. Mis brazos la envolvían por completo y ella solo daba saltos por el incontrolable llanto.

-Oye... estoy aquí contigo.- hablé por lo bajo besando su cabeza a la vez que acariciaba su espalda con una de mis manos.- no te dejaré sola...

-N-no debiste venir.- su voz entrecortada me hacía sentir una angustia enorme.- eres un idiota.- cerré mis ojos y la abracé aún más fuerte.

-Lo sé... soy un idiota, pero no puedo evitar serlo si se trata de ti.- murmuré.

Cuando se tranquilizó un poco pude preguntarle más cosas sobre ella. Después de todo ya no venía al caso que intentase ocultarme algo.

Si no mal entendí... la madre de Marinette se fue de aquí cuando ella tenía doce años y desde entonces no la ha vuelto a ver. Cuando cumplió quince años su padre comenzó a exigirle dinero... con un trabajo que le sería "fácil" según él, ella no quería y al darse cuenta que no podía negarse a lo que su padre le ordenó, buscó un trabajo comenzando a costear el instituto a escondidas, a la vez que le daba parte del dinero, fingiendo así que era una... acompañante.

No me contó detalles en específico de como la trataba su padre, aunque no necesitaba que me lo dijera para hacerme una idea.

Pensaba en cómo era posible que su madre la dejara en manos de este tipo y que simplemente se largara como si nada, dejándola completamente desprotegida. Dios... tan solo imaginar todo lo que pudo pasar desde que tenía doce años e incluso antes, me traía un dolor muy fuerte en el pecho.

-¿Por qué no me dijiste antes?.- pregunté por lo bajo viendo el techo de su habitación.

Se reincorporó e hice lo mismo. Me dio la espalda y me quedé observandola en silencio.

-¿Para qué?

-Para ayudarte...

-Nadie puede ayudarme.- me interrumpió y limpió sus mejillas con ambas manos sin verme.- además no tengo que decírtelo...

-Claro que tienes que hacerlo.- hice que se volteara tomando su brazo. Sus ojos se abrieron un poco más y observé con tristeza su rostro con un evidente golpe.- dijimos que siempre nos hablaríamos con la verdad. Marinette entiende de una vez que ya no estás sola, yo estoy aquí para ti y eso jamás cambiará.

Sus labios informaron una fina línea y alcé mi mano para acariciar su mejilla amoratada.

-¿Por qué?, ¿por qué haces esto?.- musitó con los ojos cristalizados.- ¿por qué viniste a mi casa?, ¿por qué me dices todo esto?.- su voz se oyó cada vez más desesperada .- no entiendo porque siempre que estoy mal apareces... no entiendo porque siempre estás para decirme las palabras correctas y no entiendo porque después de saber todo esto aún no te vas.

-Porque eres asombrosa, Marinette.- me acerqué más a ella y tomé su rostro con ambas manos.- porque no quiero que estés triste, no quiero que sufras por cosas que no son tu culpa... porque cuando vi a esa chica invisible, me llenaste de colores esa tarde en el parque y todo cobró sentido para mi. Me dijiste que querías tener un amigo... alguien que esté para ti siempre y yo te necesito a ti. ¿Qué está mal en eso?.- le sonreí.

-Mi padre es una persona peligrosa... y se relaciona con gente peligrosa.

-Denuncialo.- respondí y sus ojos se llenaron de miedo.- puedes hacerlo... Marinette, él no puede obligarte a hacer nada que no quieras y mucho menos puede ponerte un dedo encima.

-No puedo hacer eso.- se soltó de mi agarre poniéndose de pie frente a mi.- no sabes lo que dices... es mejor que te vayas y no me hables otra vez. Olvida todo lo que te dije y todo lo que viste hasta ahora.- movió su cabeza repetidas veces de un lado a otro

Say It FirstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora