Depende de ti

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Lo dije... Por fin se lo dije directamente.

Nos quedamos en silencio y mientras los segundos pasaban, me distraía acariciando sus mejillas con mis pulgares. Podía sentir su respiración cerca de mi rostro y sus ojos llenos de confusión.

Mi corazón golpeaba con fuerza mi pecho y pedía a gritos que rompiera el silencio.

Tenía dos posibles realidades... Una es que Marinette entendiera lo que dije y la otra es que no. Cualquiera era válida. Después de todo es Marinette de quien estamos hablando.

—Me gustas. — se escapó a traición de mis labios y pude sentir un calor en sus mejillas con un tenue color rosa tiñendolas.

—¿Gu-gustar?.— reí algo incómodo y asentí.— ¿De qué manera?

—De todas las maneras posibles... Me gustas como a un novio le gusta su novia. Todo de ti me gusta, Marinette.

Ya no podía seguir ocultandoselo. Mientras más paso tiempo con ella, más siento la desesperación de acercarme demás.

—¿Desde cuándo? — musitó y tomé aire mordiendo mi labio inferior.

—No lo sé... Quizás desde que nos conocimos o poco después.

—¿Por qué ahora y no antes? — miré directamente sus labios y cerré mis ojos frunciendo el ceño.— me refiero a que... ¿Por qué me dices esto?

—Porque... No quería que te alejaras de mi y porque ahora sentí pánico... Le hablaste a Luka por tu cuenta y luego de días sin verte te encuentro abrazándolo. Si ya puedes hacer todo eso sin ayuda mía... Conocerás mas personas y mostrarás todo lo genial que eres. Mas de un chico o chica se interesará por ti de la misma forma que yo... Y es posible que a ti también te interesen... Y no está mal, pero... No quiero que suceda. Porque y-yo... Creo que te quiero.

No quería abrir los ojos. Es posible que realmente sea un cobarde... Porque no quería que ella me rechazara y mucho menos que se alejara de mi por esto.

No quería que todo cambiara y es lo que mas temía... Que toda nuestra confianza y amistad se agrietara por esto, y es que todo con Marinette es diferente. Me siento bien... Me siento feliz cuando la veo y no hago mas que buscar cualquier tontería para hacer aparecer su sonrisa.

De pronto, lo único que podía oír era el latido de mi corazón retumbar en mis oídos. Mi corazón no se detuvo, fue todo lo contrario, comenzó a correr desenfrenado al igual que mi mente. Sólo que mi cabeza se encontraba en un laberinto lleno de confusión al no descifrar lo que mis labios sentían.

Quizás era una mala jugada de mi subconsciente, pero... ¿Es posible sentir tan real en una fantasía?

Una calidez  golpeó mi pecho... Sentía un cosquilleo inexplicable. Mis hombros estaban tensos, pero casi al instante se relajaron... Como si me hubieran inyectado un calmante o como si me encontrara en medio de un lago flotando de espaldas.

Me tomó varios segundos darme cuenta que Marinette había extinguido la distancia entre nuestros labios.

Fue un momento fugaz...

Fue uno de esos momentos que posiblemente recuerde toda mi vida, incluso cuando ya no pueda siquiera ver u oír.

Mi rostro ardía como nunca antes y mi respiración era igual o peor a cuando corría en las maratones de la escuela.

Quizás eran centímetros o milímetros de distancia al momento de separarnos, no lo sé... Ya que aún no me atrevía a abrir los ojos.

¿Qué significaba esto realmente?

Mis ojos se abrieron lentamente y al momento de ver los suyos, alcancé nuevamente las estrellas. Mis manos no soltaron su rostro, el cual estaba bastante rojo y su expresión completamente avergonzada.

—L-lo siento. — musitó casi inaudible y no pude evitar sentirme mal por querer reír al ver su expresión.— lo siento... Y-yo no sé... — desvió la mirada y contuve las ganas de querer besarla ahora yo a ella.— es que tú...

Sonreí negando con la cabeza para luego juntar su frente con la mía.

—Está bien. No tienes que decir...

—Claro que si.— me interrumpió y su expresión se vio afligida. — y-yo te besé, pero no quiero que pienses que... O sea no se si quiera si eso era un beso... Lo que intento decir es que no se que me pasó y solo... — hablaba tan rápido, que incluso puedo decir que es posible que ahora haya hablado mas que desde que nos conocimos. — no quería que pensaras que yo me alejaré de ti, y sobre lo de Luka... Él solo me ayudó de buena forma.

—Marinette. Está bien... De verdad que no importa.

—Adrien, ¿puedo preguntarte algo? — creo que es la segunda vez que dice mi nombre y me encanta oírlo con su voz. Solo asentí ante su pregunta. — ¿aún estas enojado? — susurró y reí.

—No... No lo estoy.

¿Cómo podría seguir enojado después de lo que hizo?
Me sorprende incluso que eso aún le preocupe por sobre el hecho de que me besara.

—Pero algo me inquieta.

—¿Qué?, ¿qué cosa?—preguntó asustada y respiré profundente sin poder dejar de sonreír.

—Qué quiero besarte... Muero de ganas de besarte.— me acerqué rozando sus labios. — ¿puedo besarte?

—Y-yo... —suspiró y no dije nada más.

No logré contar siquiera un segundo y mis labios ya estaban sobre los suyos.

Mis ojos se cerraron otra vez y pude sentir las manos de Marinette sobre las mías. Estaba temblando.

Era un beso suave y delicado. Podía notar que ella no sabía que hacer, e incluso yo mismo no sabía que hacer... Todo se había borrado de mi cabeza en un instante.

Viajé de su boca a su mejilla y deposité ahora un beso en esta, antes de ahora si soltarla y erguirme en mi asiento.

Tragué profundo, cubriendo mis ojos con mi palma por la vergüenza que sentía.

—Discúlpame... No lo pude evitar.

No oí su voz en mucho tiempo. Solo percibí que se movía, posiblemente acomodándose en el asiento.

—Esto... Significa que... ¿Somos novios? —dijo y quité mi mano volteando a verla.

—¿Novios? — pregunté algo sorprendido y sintió.

—Es que... Dijiste que te gustaba como a un novio le gusta su novia. Entonces luego... Esto pasó. Vi una película donde dos personas se besaban y ya eran novios... Entonces...

—Marinette. — la interrumpí y tomé su mano viéndola a los ojos. — ¿quieres ser mi novia? — ella observó nuestras manos y luego desvió la mirada.

—Yo... No se como ser tu novia.

—Eso no importa.— alcé su mano besando el dorso de esta. — solo tienes que ser tu misma conmigo. Solo me importa que seas tú... Nadie más.

—¿Y cómo puedo saber si tú debes ser mi novio?

—Pues... —pensé un momento su pregunta. — ¿quieres hacer esto con otra persona? — sus ojos se encontraron con los míos otra vez. — me refiero a que alguien que no sea yo pueda tomar tu mano... O que pueda acariciar tu mejilla. — hice la acción con mi otra mano apartando un mechón de su cabello. — o que alguien mas se acerce como yo a ti. Que alguien más te... Bese... — negó con la cabeza.

—Todo eso... No puedo imaginarlo con otra persona que no seas tú. — mordí mi labio inferior brevemente.

—Entonces creo que tienes una respuesta.

—Eso quiere decir que...

—Que todo depende de lo que tu sientas por mí, princesa.

—¿Y por qué no de ti? — frunció un poco el ceño al sentir que le estaba cargando la decisión y solté una pequeña risa.

—Porque yo ya tengo claro que te quiero a ti.

Say It FirstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora