Alma de un músico

2.9K 334 174
                                    

Marinette y Nino se hicieron amigos en poco tiempo. Esto me alegraba demasiado, más aún cuando la veía sonreír por las payasadas de mi mejor amigo.

Me comencé a sentar atrás con Marinette, a Nino no le importó que lo "abandonara" e incluso a veces se sentaba con nosotros en algunas clases, pero en los recesos se la pasaba en el salón de música por el próximo aniversario del instituto.

-Hiciste mal esa ecuación.- habló Marinette por lo bajo viendo mi cuaderno y yo solo sonreí prestando atención a lo que decía.

-¿Qué está mal?.- pregunté y rodó ligeramente los ojos concentrándose en mi hoja, comenzando a tachar con su lápiz.

-Todo. Tienes mal un signo y eso...

Creo que la oía tan lejana. Apoyé mi cabeza en mi mano sobre la mesa y solo observé cada gesto que hacía sin perderle detalle alguno.

Sus cejas estaban ligeramente fruncidas, mientras hacía una mueca borrando todo mi ejercicio el cual sabía perfectamente que estaba mal, ya que lo hice mal apropósito para que me ayudara.

Para ser sincero soy bueno en matemáticas. Lo sé... soy un tonto por hacerla perder el tiempo, pero me gustaba su cercanía cuando me corregía.

Marinette no era el típico estereotipo de chica e incluso puedo decir que no entra en el "gusto" que tengo sobre una, pero no se porque todo ella me atraía casi como una necesidad. Su cabello oscuro me llamaba para ser acariciado por mis dedos por horas sin aburrimiento, para que hablar de su pequeña estatura la cual me causaba una ternura imposible de ocultar, a la vez que mucha gracia y ganas de molestarla con eso, quería abrazarla y alzarla todo el tiempo. Sus ojos azules... Dios... me sorprendieron la primera vez que los vi y no es que nunca antes haya visto ojos azules, pero los de ella son especiales.

Sus mejillas eran adorables e imposibles de no querer apretar, y esos labios tan pequeños... se que ella nunca ha besado a nadie y pensar que yo podría ser el primero en darle un beso me hacia emocionar increíblemente.

-Oye.- sentí un golpe en mi hombro y sacudí mi cabeza reaccionando.- ¿te encuentras bien?.- Marinette me veía fijamente y yo no pude evitar mirar su boca, sintiéndome algo sofocado por mis pensamientos.

-Si, claro que si.- sonreí y entrecerró sus ojos.

-¿Tengo algo en la cara?.- pasó una mano por su mejilla y tomé su muñeca negando con la cabeza.

-Solo... estaba pensando que... .- miró mi mano y la solté con nervios.

-¿Qué?

Que quiero besarte, pero me golpearás.

En eso sonó el timbre que anunciaba el receso. Me puse de pie y ella me miró hacia arriba.

-Que vayamos a comer algo. Tengo hambre.- asintió en breve y guardó sus cosas en su mochila.

Con el tiempo logré que saliera del salón conmigo a comer, aunque de todos modos se ocultaba detrás de mi la mayoría de las veces.

-Hey.- Nino llegó donde nosotros.- ¿quisieran ver nuestro ensayo?, necesitamos opiniones.- habló y miré a Marinette esperando alguna respuesta de su parte.

-Yo... realmente quisiera quedarme aquí.- me crucé de brazos frunciendo el ceño.

-Pero si iríamos a comer algo ahora mismo.- la encaré y miró hacia un lado, pero tomé su mano haciendo que se levantara.- claro que iremos, bro.- le respondí a Nino y sonrió de lado.

-Tranquila Marinette. Solo tienes que oír y luego dar tu opinión, necesito una persona sincera como tú.

Marinette suspiró, apretó mi mano alzando un momento sus ojos a los míos y le regalé una media sonrisa para que se calmara.

Say It FirstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora