𝓨𝓾𝓪𝓷𝓯𝓮𝓷 『Kookmin』

『↺Capitulo XX』[2]

Observó la puerta destrozada con pesar, y se giró hacia Minho, que había estado en extraño silencio esas últimas horas.

─No fueron ustedes, ¿cierto? ─preguntó, tratando de animar el ambiente.

Minho negó con la cabeza.

─No, mamá, ya estaba así cuando vinimos ─ contestó con voz apagada.

Jimin arrugó el ceño, pero no dijo nada mientras entraba al departamento que Shinkie había comprado y donde estuvo viviendo, todo el lugar destrozado y saqueado por las autoridades cuando fueron a buscarlo.

Poco le importaba, en realidad, porque nunca fue un verdadero hogar para él, pero igual sentía algo de pesar ya que tenía buenos recuerdos allí. En especial recuerdos con Jackson.

Acomodó la gorra sobre sus cabellos, sabiendo que tenía que ocultar en lo posible su rostro para que los medios de comunicación no publicaran su cara en todas partes y así arruinar esa mentira que Jungkook quería sostener frente a su madre y Solar. Caminó directo hacia su cuarto.

─Ese cuarto de bebé... ─aventuró Minho, pasando frente a la habitación con una cuna.

─Era para ti ─contestó Jimin con calma─, antes de que tu padre muriera, lo iban a trasladar a China así que nos mudaríamos aquí. No era el mejor alfa del mundo, pero se preocupaba de que no nos faltara nada.

Minho se crispó un poco, sin saber por qué aquello le estaba afectando demasiado. Tal vez porque pensó que él era un alfa horrible por lo que le había hecho a Felix.

Pero las cosas eran tan complicadas...

─Papá me dijo que él te golpeaba ─murmuró en voz baja.

Jimin entró a su cuarto, caminando hacia el armario donde estaban sus ropas, y sacó una vieja maleta para guardar sus pertenencias.

─Shinkie era temperamental ─explicó Jimin, sabiendo que le debía esa conversación a Minho─, como cualquier alfa en la vida. Trataba de no hacerlo enojar, tú sabes, sólo tenía diecisiete años, pero a veces era inevitable discutir ─sonrió con amargura─. Sabía ponerme en mi lugar con facilidad.

Abrió la maleta para guardar todas sus pertenencias, caminando por el cuarto mientras Minho permanecía de pie con una expresión extraña.

─¿Yo fui producto de sus violaciones? ─ preguntó con tono ahogado.

Jimin se quedó quieto frente al armario, algo tenso y apagado.

─Minho...

─Es sólo que... ─la voz del chico se rompió─, no quiero ser como él, pero... pero siento que estoy arruinando todo con Felix y...

─¿Qué? ─Jimin se volteó, parpadeando─. Minho, ¿de qué hablas? ─un pensamiento horrible cruzó por su mente─. Bebé, ¿lo golpeaste?

─¡No, no! ─gritó Minho con horror─. No mamá, no, no lo hice...