『↺Capitulo XXII』[1]

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Felix quería que Bang Chan le dejara de molestar, pero el alfa parecía no querer rendirse en su torpe coqueteo acosador que ya le estaba cansando

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Felix quería que Bang Chan le dejara de molestar, pero el alfa parecía no querer rendirse en su torpe coqueteo acosador que ya le estaba cansando.

―Detente, por favor ―le pidió, tratando de que su voz fuera suave, dulce, como el tono de esos omegas perfectos que veía en televisión y que nunca podría ser.

Pero Bang Chan daba miedo cuando se enojaba, ysi Félix le rechazaba de forma grosera, el alfa no iba a dudar en golpearlo.
Y Felix no quería que esa noche quedara arruinada, porque era la fiesta de JaeBum, quería relajarse un poco y olvidar todas las cosas que tenía que estudiar para el colegio. Ese maldito, jodido colegio en el que sólo sacaba notas deficientes como al resto de compañeros omegas que tenía.

―Vamos, vamos Felix―dijo Bang Chan, su sonrisa desapareciendo―, deja que te folle y te dejaré en paz. Esta noche hueles muy bien.

El alfa lo agarró de la muñeca, pero Felix tiró de ella. Sin embargo, el chico se negó a soltarlo, la expresión divertida en su rostro desapareciendo. Felix estaba algo mareado, la música retumbando en sus oídos, su estómago revolviéndose, como si fuera a vomitar. Sus piernas temblaron. Bang Chan alcanzó a agarrarlo, acercando su cuerpo, y se estremeció cuando el alfa olisqueó su cuello.

―Oh ―susurró el alfa con expresión de alegría―. ¿Estás en celo?

Felix no pudo responder, sólo gimió, desorientado, perdido, queriendo correr pero sin que su cuerpo respondiera. Escalofríos le recorrieron cuando Bang Chan tiró de él, llevándolo por el pasillo con rapidez, su lengua lamiendo en su cuello.

―No ―dijo débilmente―, no, no...

Pero el alfa no hizo caso.

Su omega estaba entrando en celo repentino porque olvidó tomar sus supresores los últimos días, así quesu cuerpo soltaba feromonas rápidamente, todo en él mareado, confundido, necesitado. Aunque seguía siendo consciente de lo que ocurría: Bang Chan lo llevó a un cuarto, encerrándolo, tirándolo sobre la cama.

Trató de empujarlo fuera, de quitárselo, pero su cuerpo no respondía bien: sudaba, temblaba, se sacudía. Y Bang Chan lo estaba aprovechando demasiado bien, sosteniéndolo de las manos, frotándose contra él para descontrolarlo más. Félix sentía desprecio por su omega: debido a él, los chicos alfas no querían jugar asu lado a los trece años.

Gracias a él, le metieron a un colegio de omegas donde aprendió cosas que no le interesaban y ahora estaba fracasando en la preparatoria mixta.Y ahora, por su omega, estaba siendo violentado.

―No ―insistió, pero la lengua del alfa no se detenía, y comenzó a llorar tanto por el dolor en su entrepierna como por la situación―, por... por favor, no...

―Pequeña puta ―se burló Bang Chan―, en el fondo, quieres que te folle.

Sollozó con más fuerza.

𝓨𝓾𝓪𝓷𝓯𝓮𝓷  『Kookmin』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora