4.

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Narra Katsuki

12 horas.
Ha estado en el quirófano 12 horas.
Tengo ganas de arrancarme los pelos uno a uno.

No puedo hacer otra cosa que rezarle a todos los dioses que existan.

Por lo que más quieras, ella no. Ella no puede morir.

Entonces, sale una enfermera y llama a sus padres. Ellos me dirijen una mirada antes de entrar a la sala.

Saben que he estado saliendo con su hija. Hemos tenido tiempo para hablar. Pero ante esta situación, conocerles es lo que menos me importa. Supongo que ellos pensarán lo mismo.

Están media hora hablando. Yo espero pacientemente.

La verdad, prefiero no crearme expectativas.

Por fin, sus padres salen cogidos de la mano. Se les ve hechos polvo, pero no están destrozados. Ese simple gesto me indica que ella está viva, y el nudo que aprieta mi corazón se afloja un poco.

Me hacen pasar.

Y eso hago.

Al abrir la puerta, entro a una especie de habitación luminosa. Hay una camilla grande. Y una chica mira la ventana desde ella.

No tiene pelo.
Su piel es blanca como la nieve.
Tiene vendada buena parte de la cabeza.

Pero, ahí está.

Podría morir en este momento, porque ella sigue viva, y eso es todo lo que necesito saber.

Entonces, se gira, y me mira.

Y juro que se me olvida respirar.

Me mira con curiosidad y me acerco lentamente a ella hasta que quedamos cara a cara.

Aparta un momento la mirada, y después la devuelve con intensidad.

- ¿Sabes quién soy? - pregunto.

- Lo siento, me han contado lo que acaba de pasar...

Me quedo en silencio. Ella sigue hablando.

- Se que debería recordarte, pero... Lo siento, no puedo...

Y el corazón se me rompe.

Pero en seguida vuelve a recomponerse.

La tengo a mi lado. Y no necesito nada más.

- Me llamo Bakugo Katsuki, pero me puedes llamar Bakachan.

Ella se ríe, amo ese sonido.

- ¿Así te llama la gente?

- Solo tú.

Se pone seria de nuevo.

- Bueno, Bakachan, pues yo me llamo _____, un placer.

Y empezamos a hablar.

Ella me cuenta sus preocupaciones y me hace preguntas sobre todo en general.

Sobre la gente.

Llevamos varias horas hablando hasta que llega la enfermera diciendo que le van a subir la morfina para el dolor.

Estoy a punto de salir por la puerta cuando ella vuelve a hablar.

- Tú y yo éramos íntimos, ¿verdad?

La miro a los ojos.

- Nos llevábamos bastante bien.

Y salgo por la puerta.

Mi madre me está esperando en la entrada del hospital.

No dice nada, en cuanto me ve corre hacia mí y me abraza.
Entonces me doy cuenta de que estoy llorando.
Jamás había llorado frente a ella.

Pero no puedo más.

Mi corazón duele.

Pero, aún así, soy feliz.

Ella ha sobrevivido.

Y eso es lo mejor que me ha pasado en la vida.

No te olvides de mí (Bakugou Katsuki y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora