No te olvides de mí (Bakugou Katsuki y tú)

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Narra Katsuki

Hoy el día en el restaurante ha sido desastroso.

Un cliente, bueno, más bien un imbécil, se ha puesto a quejarse constantemente de un plato. 

Kurihara - san, la camarera, ha tenido que ir a la mesa del gilipollas muchísimas veces para atenderle. Y el cerdo la miraba de una forma asquerosa.

Ha tratado de sobrepasarse con ella y hemos acabado teniendo problemas ya que el otro camarero, que creo que están saliendo juntos o algo, le ha pegado un puñetazo al tío.

Hemos tenido que pagarle, ya que amenazaba con poner una demanda.

Pero después he felicitado a Mark por haberle demostrado a ese tipo que no debe meterse con nosotros.

En fin, el caso es que ha sido un lío, y todavía tendremos que ver si no le denuncia por agresión, pero solo podemos esperar a que todo vaya bien.

Cuando por fin acaba el día, cierro el restaurante  cansado, pero sin ganas de volver a casa. Si vuelvo me acostaré y mañana volverá a empezar la rutina de siempre. 

Realmente no tengo ganas de eso.

Siempre llevo una bandolera conmigo al trabajo, así que una vez que me aseguro que el local está bien cerrado, saco el libro que me regalaron está mañana, y decido volver a casa. Tendrá que ser caminando, ya que no vine con el coche.

Entonces, me topo con la librería extraña. 

El escaparate es bastante bonito, pero parece que ya cerraron por hoy.

Miro el libro.

Y veo que hay una pequeña puerta al lado de la tienda. 

Parece el portal del edificio de la librería, supongo que en los pisos de arriba habrá habitaciones donde se pueda vivir, ya que el portal tiene unas escaleras y todo.

La verdad es que me vendría bien vivir un poco más cerca del trabajo, ya que venir todos los días en coche es un engorro.

Estoy tan cansado, y hace tan buena noche, que decido sentarme en las escaleras y empezar el libro allí mismo.

Al principio ni me doy cuenta de que hay alguien mirándome.

Después, me resulta un poco evidente, así que levanto disimuladamente la vista.

Hay una especie de persona parada a unos metros de mí.

Lleva una boina color caqui muy chillón, y unas gafas enormes que le cubren media cara.

Además, lleva el flequillo despeinado, y este le cae sobre los ojos de tal manera que me sorprendería muy poco si no pudiese verme.

Pero la forma en que va vestida me suena bastante.

De la nada se me acelera el corazón, y no entiendo por qué, ya que dudo bastante que yo conozca a está chica de algo.

Parece una friki recién salida de Hogwarts y que no ha visto un peine en su vida.

Pero, por algún motivo, sé que la conozco de algo...

De la nada ella camina hacia mí, y me pongo un poco nervioso

Pasa por mi lado rápidamente, tanto que una ráfaga de aire me remueve el pelo.

Huelo levemente su aroma, y parece que viene del parque.

Huele bien...

¿¡Pero qué mierdas estoy pensando!?

Debo de estar volviéndome loco.

La veo sacar las llaves torpemente, y deduzco que vive aquí.  Me aparto un poco para que pueda pasar y, al mirar sus manos, veo que está temblando.

Primero la de la tienda sale corriendo al verme y está se pone a temblar, debo de dar miedo o algo...

Y entonces, caigo en la cuenta de que está chica es la misma de la caja.

- ¡Señorita cabeza-caja! 

Estoy a punto de alcanzarla, pero ella consigue abrir la puerta y, cuando estoy a punto de entrar al edificio, me da en toda la cara con la puerta, que es de cristal.

Veo como se le agrandan sus enormes ojos y como su boca se queda en forma de "O" por la sorpresa.

Me llevo las manos a la nariz y me empiezo a marear.

La tía me ha dado fuerte.

Todo se empieza a poner borroso y me caigo para atrás.

Me doy un golpe en la cabeza y pierdo el conocimiento.

La veo salir y venir hacia mí, y después todo se vuelve negro.

Lo siguiente que recuerdo es que despierto en una habitación. Un gato me está lamiendo la cara.

Yo no tengo gatos...

Esa habitación no es mía...