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Narra Katsuki

Bum Bum

Bum Bum

Bum Bum

¿Oyen eso? Es mi puto corazón.

¿Qué me está pasando? Esta chica... Joder... ¿Por qué me siento así?

No puedo dejar de mirar sus labios...

Quiero besarla...

¿Pero qué mierda estoy pensando?

NONONONONO Y NO.

Eso es lo que trato de decirme a mí mismo, que esto está mal, que no puedo sentirme así, que no la conozco...

Entonces, ¿por qué me sigo acercando a su rostro?

Sus labios están a centímetros de los míos.

Estoy a punto de acabar con la distancia que nos separa.

Voy a hacerlo...

Sí...

Y entonces...

- AACHIUUU.

No puede ser.

¡LA MUY IDIOTA ME HA ESTORNUDADO EN TODA LA CARA!

Me alejo de ella rápidamente, y eso la hace aprovechar para liberarse de su jaula entre mi pecho y la pared.

La veo girar y alejarse mientras me mira fijamente.

Suspiro, sin saber muy bien que pensar.

¿Por qué es como si sintiera que la conozco?

Trato de apartar ese pensamiento de mi cabeza. La vuelvo a mirar y decido acabar con esta incómoda situación.

- Eh... Hola... - digo un poco confuso.

Ella me mira, y la oigo aclarase la garganta.
Mira a los lados antes de hablar, y por un instante me pregunto si estará buscando la caja para volver a esconderse.
Eso me hace sonreír, pero en seguida vuelvo a mantenerme serio.

- Ho-Hola...

Lo que sigue después es más silencio.
Ninguno de los dos sabe qué decir.

Entonces, ella toma la iniciativa.

- Eh... Supongo que te estarás... Uhm... Preguntando qué haces aquí.

- Sí, me lo he planteado - digo en un tono sarcástico. No es que esté enfadado, pero aún me duele la cara por el portazo que me dio, y eso no se me olvidará fácilmente.

- Bueno, yo... - mira a los lados avergonzada, y empiezo a plantearme si es que de verdad la asusto - no pretendía darte tan fuerte... ¡Bueno en sí no quería darte! P-pero te dí... Y... Te desmayaste... Lo siento, solo se me... Solo se me ocurrió esto.

Se la ve realmente frustrada.

Vuelvo a examinarla, y esta vez no me resulta difícil darme cuenta de que no parece una persona que se relacione mucho con otros seres humanos.
Se la ve más bien como a una chica tímida que vive rodeada de libros.

Y con gatos estúpidos a los que se les va la olla.

Vuelvo a pensar que la conozco de algo, pero ahora mismo lo único que quiero es salir de aquí e ir a mi casa.

- Bueno - empiezo a decir - supongo que... No pasa nada... Ehm... Pero no vuelvas a hacerlo... Es decir... Pegarle con puertas a la... Gente...

¿Pero qué mierda estoy diciendo?

Ella sonríe, y, de algún modo, mi corazón solo siente una cosa.
Algo que no había sentido desde hacía mucho tiempo.
Algo que pensé que nunca más volvería a sentir.

Siento tanta paz, tanta calma.

Siento como si, pasase lo que pasase, todo fuese a salir bien.

Entonces, ella vuelve a mantenerse seria, y la tormenta, la angustia, la ansiedad, y el estrés vuelven a mi de golpe.

Decido despedirme y salir de ahí en seguida.

- Bueno, me... Me voy.

Estoy a punto de cruzar la puerta cuando la oigo susurrar.

- Adiós - murmura, y algo sucede dentro de mí.

Me giro como si un resorte tirase de mí.

- ¿ Nos conocemos? - pregunto, casi desesperado.

No sé qué me pasa realmente, pero algo me dice que la conozco.

Trato de mirarla, tratando de reconocerla, pero ella parece achicarse y esconderse.
Y lo comprendo.


No sé si ya nos conocemos o no, pero no es el momento.
No parece querer que la recuerde.

Parece que eso la aterra.

Tal vez, por ahora, debería dejarlo estar.

Le dedico una última mirada, antes de volver a despedirme y salir por la puerta.

La cierro con suavidad, pero aún así escucho un suspiro y un pequeño chillido de frustración.

La conozco... Sé que la conozco.

Por último, la escucho llamar a esa bola de pelo agresiva, y decido marcharme.



La vuelta a casa es lenta y aburrida.

Me siento vacío.

Casi todos los días me siento así...

Pero hoy es distinto, tengo la sensación de que algo a cambiado. O de que algo está por cambiar...

Siento que de algún modo, nada va a seguir siendo igual... Siento que la cómoda rutina de la que ya estoy aburrido se va a romper a pedazos.

Siento que la "señorita caja" va a tener que ver con ello.

Por fin, después de caminar un largo rato por las frías calles a estas horas, mientras que voy mirando las estrellas y hundiéndome cada vez más en mis pensamientos, llego a mi edificio.

Nada más entrar por la puerta de mi casa, me quito los zapatos y me lanzo volando a la cama.

Doy un pequeño suspiro de satisfacción, y sonrío levemente.

Vaya día de locos...

Ni siquiera me doy cuenta de que me he quedado dormido.

Y empiezo a soñar.

Con todo.

El pasado, aquella diadema que todavía guardo en el armario...

Aquella sonrisa que me volvía loco...

Esos ojos que me aceleraban el corazón...

Esos ojos...

Esos... Ojos...

Despierto varias horas más tarde.

Y en lo único en que puedo pensar es en que...

Ya lo sé.

Esos ojos...

Esa sonrisa...

Esa ternura...

Mi corazón jamás sería capaz de olvidarte, idiota.

Abro los ojos tanto que por un momento temo que se me vayan a salir de las cuencas de los ojos.

Ya te recuerdo.



























Me levanto de un salto.

Esta vez...

Esta vez... No.























Esta vez, idiota, no te pienso dejar escapar.




No te olvides de mí (Bakugou Katsuki y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora