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Narra T/N


- Por favor, dime que me estás gastando una broma - me dice Todoroki riéndose levemente.

Niego con la cabeza, roja de vergüenza. 

- ¿Me estás diciendo que después de años sin verle, por casualidad entra a tu tienda y lo único que se te ocurre es ponerte una maldita caja en la cabeza?

- ¡No sabía qué hacer! ¡Me pilló desprevenida y, yo todavía estaba esperando el momento y,... No sé, solo lo hice...


Él vuelve a estallar en carcajadas, y me deja a mi hundiéndome más y más en la desesperación.


Llevamos así una hora.


Cuando vi a Katsuki en mi tienda, lo primero que pensé fue que Todoroki me estaba gastando una broma muy pesada. 

Y entonces, como soy así de inteligente, me puse una jodida caja para que no me viese la cara.

Tenía tanto miedo de que me reconociese que ni siquiera le hablé.

¡Mi primer día como dueña de una librería y ya he perdido a un cliente!


Además, no sé que me pasó... Es solo que todavía no estaba preparada para verle.

Finalmente, Todoroki se va, ya que el también tiene cosas que hacer.


Elegí este lugar para situar mi tienda ya que él me dijo que estaba cerca del restaurante de Katsuki... ¡Pero no pensé que justo el primer día me lo encontraría! 


Por cierto, me puso tan feliz ver que él había conseguido su restaurante.


Bueno, pero ese no es el caso.


Hace años que no le veo, está claro que sus sentimientos por mí habrán cambiado. 

Además, he crecido y mi rostro se vuelve a ver diferente, ¿y si no me reconoce?

No lo sé, todo era demasiado repentino.

Ahora solo sé que, cuando descubra que soy la loca de la caja, si ya debía de odiarme por lo que le dije cuando éramos jóvenes fingiendo que no sentía nada por él, ahora pensará que la chica a la que quiso es una chiflada que se escapó de un manicomio.

¡Dios Mío Qué Te He Hechoooo!


Después de un día de recoger y preparar las cosas de la tienda, por fin decido cerrar y salir.

No tengo que ir muy lejos, porque vivo en el mismo edificio en el que está la librería.

No estoy loca! Pero yo antes no vivía en está ciudad, así que al mudarme decidí que mi trabajo estuviera cerca de donde viviese.

Y justo tuve el 3x1, ya que encontré una librería en el mismo edificio en el que iba a vivir y ambos justo estaban situados cerca del restaurante de Katsuki.


Al cerrar la tienda con llave, me muevo unos pasos a la derecha y, ¡sorpresaa! Ahí hay otra puerta que me lleva a mi apartamento.

Es de noche, así que pienso en subir, pero hace tan buen ambiente que me siento un las escaleras del portal y me quedo  pensando un rato.

He cambiado, y mucho.

Tengo el pelo corto, por debajo de las orejas.


Cuando tuve el cáncer, me raparon la cabeza, y el resto del pelo se me caía por la quimioterapia.

Entonces, mientras iba curándome, descubrí que era mucho más cómodo el pelo corto.

No lo he vuelto a llevar largo desde entonces.

Además, paso tanto tiempo escribiendo junto al ordenador que mis ojos, si ya me daban problemas antes, ahora más. Pero, con el tiempo me cansé de las lentillas, y llevo unas gafas enormes con forma de culo de botella que hacen que mis ojos, que de por si ya son grandes, se vean mucho más enormes. 

Recuerdo que una vez fui a visitar a mis padres y en un principio no me reconocieron. 

Solo me ofendió un poco, pero al fin y al cabo, no tenía nada que ver con la chica que se peinaba bien y se preocupaba por su aspecto.

Ahora hay días que ni me peino.

Yo con suerte estoy despierta, así que, ahora que el pelo corto también está de moda despeinado, he dejado de preocuparme por esas tonterías. 

Lo que piense de mí la gente me da bastante igual.


Pero, no sé si Katsuki me reconocería. Tal vez, al igual que mis padres, tampoco sepa ver que, bajo la chica con aspecto de Harry Potter y con ojos de lechuza, me escondo yo.


Miro el cielo oscuro un rato más, y me levanto de las escaleras para dar un paseo.

También hay un parque cerca, y siempre llevo un libro en el bolso, así que camino iluminada por las farolas que alumbran la ciudad, y por la luna, que parece observarme con curiosidad.

Siento ganas de escribir otro libro, así que decido volver a casa para descansar.


Pero, cuando estoy apunto de llegar a casa, veo algo que me deja quieta.


Una cabellera rubia está parada frente a la librería, y sostiene el libro que le regalé entre sus manos.

Parece que a él también le gusta leer, porque el tío va y ...


¡SE SIENTA EN LAS ESCALERAS DE MI PORTAL PARA PONERSE A LEER MI LIBRO!


Jodeer, ¿por qué me haces esto mundo?

Quiero ir a casa.

Pero no puedo hablar con él.

¡Todavía No!


Busco rápidamente en mi bolso, y encuentro una boina que suelo llevar de vez en cuando.

Entre las gafas, y la boina, no me reconocerá si paso veloz por su lado.

No, ¿verdad?


Me lleno de valor y doy un paso hacia él...

No te olvides de mí (Bakugou Katsuki y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora