Narra Katsuki
Esto es infernal.
Nada más llegar a mi casa me derrumbo.
Mi madre me ve subir a toda velocidad a mi cuarto, pero no dice nada.
Cierro la puerta de un portazo.Las luces están apagadas, y por suerte la persiana está echada. No soportaría verla en este momento.
Miro la tiara que tengo entre las manos.
Se me van cayendo las lágrimas de los ojos, y no tengo ni fuerzas ni ganas para pararlas.Siento que mi corazón se rompe poco a poco, de nuevo.
Es una sensación abrumadora y asfixiante.Pero debo ser fuerte. Por ella.
Sé que está ahí dentro.
De algún modo la traeré de vuelta.
Sigo pensando en esto, hasta que, finalmente me quedo dormido.
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Cuando me despierto, la almohada está húmeda por culpa de las lágrimas.
Me levanto poco a poco, gruñendo y quejándome.
Entro en el baño y me miro en el espejo. Tengo un aspecto horrible, peor incluso que el ojeroso de pelo lila de la otra clase.
Mis ojos están rojos, e hinchados.
Mi piel está pálida, y mis ojeras parecen llegar hasta el suelo.
Además, creo que estoy temblando un poco.
Jamás me he sentido tan débil, tan inútil.Me doy dos palmadas en la cara y bajo a desayunar.
Mi madre y mi padre me miran, pero no dicen nada.
¡Dios, que sensación más horrible debo de causar para que hasta mi madre se calle!
Termino mi desayuno en silencio, y solo interactúo con ellos negando con la cabeza cuando mi padre me dice que me puedo saltar las clases si quiero.
Porque no quiero.
Quiero verla.
Quiero sentirla.
Quiero hacerle recordar.Me digo todo esto mientras salgo de mi casa, con la mochila colgada sobre el hombro.
Y entonces la veo, saliendo de su casa también.
El uniforme le queda demasiado bien, realzando su hermosa figura.
Su cabello es largo y brillante.Y lo mejor es su sonrisa cuando me ve.
Nada merece más la pena en este mundo que ella, y si tuviera que darle mi vida, se la daría.
Yo soy suyo.
Y siempre lo seré.Y aún así ella me sonríe inocentemente, porque esta chica ya no sabe el poder que tiene sobre mí.
Me acerco a ella lentamente, luchando contra la jodida voz en mi interior que me grita que la abrace aquí mismo y jamás vuelva a dejarla ir.
- Hola, ¿quieres ir conmigo a la escuela? - pregunta, aún sabiendo que voy a decir que sí.
- Si insistes...
Sonríe con más fuerza, tanto que por un momento, cuando veo el nerviosismo y la preocupación asomarse por sus ojos, no me lo creo.
Pero entonces caigo en la cuenta de que va a ir a un lugar enorme que no entiende.
Y va a estar rodeada de personas que ya no conocen.
Pero ellos a ella sí.Yo estaría aterrado.
Por impulso, la cojo de la mano y la retengo a mi lado.
- Tranquila, todo va a ir bien hoy, yo te ayudaré - le digo, mirándola directamente a los ojos para que sepa que voy en serio.
Se queda mirándome un rato con un poco de sorpresa en su mirada.
Entonces yo me doy cuenta de que la sigo sujetando de la mano.Estoy apunto de soltarla, pero entonces ella me sostiene con un poco más de fuerza, apretando con sus pequeños deditos.
Joder, encuentro jodidamente adorables hasta a sus malditos dedos.
Pero esa no es la cuestión, la cuestión es que ella no me suelta, y por un momento se me olvida cómo respirar.
Me sonríe y creo ver un leve... ¿Sonrojo?
Creo que voy a morir hoy...
- Gracias, en serio - dice, sacándome de mis turbios pensamientos.
Caminamos hasta la escuela, y en todo el camino ella me sostiene la mano.
Siento que en el fondo, aunque no sabe porque, su corazón todavía me recuerda.
Y eso me da esperanzas.
Porque sé que es cuestión de tiempo.
Sé que está chica sigue siendo mi princesa.
Siempre lo va a ser, y yo siempre seré su noble y jodido caballero de brillante armadura.
O lo que sea que ella quiera, lo seré.
Al final, llegamos a la UA, y ella me suelta la mano.
Eso me hace poner una pequeña mueca, pero enseguida la cambio por mi expresión de molestia habitual.
Y esta expresión se convierte en una de ira total cuando veo al bastado bicolor venir hacia nosotros como si le hubiesen metido un puto petardo por el culo.
- ¿Cómo estás? - dice con su estúpida voz de niño pijo y plasta.
¿Cimi istis? Ñe, no es asunto tuyo niñato.
Pero ella le sonríe, y empieza a conversar con él con toda la naturalidad del mundo.
Aún así, verlos es un poco extraño, ya que él está tratando de esforzarse mucho en explicar de qué la conoce.
Creo que, a pesar de su sonrisa, ______ debe de sentirse bastante incómoda.
Entonces me mira, y se lo que busca.
Necesita de mi ayuda, ya que se está empezando a sentir un poco angustiada.
Es impresionante como siento que mi conexión con ella es tan profunda que la entiendo con una sola miradaE incluso, por un momento siento pena por el plasta este, ya que está tratando de hacer las cosas menos difíciles.
Pero enseguida se me pasa, porque este palurdo me intenta quitar a mi princesa.
La agarro de la mano con fuerza, y me gusta volver a sentir su piel entre mis dedos.
- Bueno, sí, gracias por la charla, pero llegamos tarde.
Y dicho esto la arrastro conmigo lejos de él.
Ella murmura una disculpa, pero empieza a caminar conmigo.
Llegamos a un lugar en el que no hay nadie y nos sentamos a la sombra de un árbol.
Todavía queda un rato para que suene la campana, así que tenemos tiempo para descansar tranquilamente.
- Gracias - dice mirando hacia el suelo.
Sé que se debe de sentir avergonzada, pero eso solo hace que me parezca más tierna.Me acerco a ella y la despeino con mi mano mientras ella se queja.
- Vamos a clase, tonta.
Gruñe, pero en seguida sonríe, y empieza a caminar a mi lado.
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No te olvides de mí (Bakugou Katsuki y tú)
FanfictionOK los personajes no me pertenecen, yo solo hago fanfiction de ellos. Emm, esta es la segunda parte de mi primera historia llamada destinos entrecruzados. Les recomiendo que la lean porque si no de esta no entenderan un pito. _______________________...