14

3.5K 474 120
                                    

Narra T/N

Joder.

Joder.

Joder, joder, joder....

Está en mi casa.

Casi le parto la cara con una puerta y ahora está inconsciente en mi casa.

Llamo a Todoroki en un abrir y cerrar de ojos.
No responde.

JODEEEEEER.

¿Qué voy a hacer? ¿Y si me reconoce? ¿Y si me dice algo? ¿Y si me odia y no me quiere ver nunca más?

¿Y... Y si lo he matado?

No, no, seguía respirando cuando lo subí, creo.

Me rasco la cabeza con preocupación.
Estoy sentada en el sofá de mi piso mirando la pared fijamente.
Normalmente eso me ayuda cuando necesito pensar en una solución para mis problemas.
Pero ahora mismo no está solucionando nada.

Me levanto lentamente y sin hacer ruido, para mirarme al espejo.
Estoy apunto de llegar a él cuando me choco con una silla y hago un sonido estrepitoso.
Maldigo por lo bajo.

Cuando consigo mirarme, me quedo un poco insatisfecha con lo que veo.
El flequillo de cualquier forma, las gafas torcidas, la boina medio caída, los ojos saltones, la ropa medio arrugada y la piel pálida como la de un muerto.
Ay, pero que digo si estoy hermosha...

A quien quiero engañar, parezco medio loca.

De repente oigo un ruido desde mi habitación. Sonaba como un insulto.

Definitivamente, se ha despertado.

Mi gato sale corriendo y se esconde tras el sofá, yo me escondo detrás de las sábanas.

Dicen que las mascotas se parecen a sus dueños, bueno, supongo que tienen razón. Ambos tememos a Katsuki en este momento.

Oigo pasos.
Camina despacio, seguramente esté analizando mi casa.

¿Y si se piensa que le he raptado?
No, eso es absurdo, es decir ha visto donde vivo, no pensará eso.

- ¿Hay alguien ahí? - pregunta sacándome de mis pensamientos.

Como si fuera a responder, idiota.

Sigue siendo bastante estúpido por lo visto.
Me río internamente.

- ¿Señorita caja? Se que está aquí, antes la he escuchado hacer ruido.

Vuelvo a maldecir internamente.
Además, el hecho de que no puedo verle, de que solo puedo predecir donde está por el sonido de sus pasos, hace que sea todo mucho más estresante.

Oigo un grito de guerra.

Dios mío, eso a sonado como mi gato.

Sigo escuchando, y me llevo una mano a la boca para no reírme.

Por lo visto ese "grito de guerra" ha sido mi mascota maullando y lanzándose contra Katsuki.

Le oigo decir un par de sandeces y alejar a mi pobre bebé.

El silencio vuelve de nuevo a la habitación.

Gato traidor, que pronto te rendiste.

Vuelvo a permanecer callada, sin darme cuenta de que estoy aguantando la respiración.

Pasa un buen rato y no se escucha nada, empiezo a creer que se ha ido o algo.

Entonces, de la nada, la cortina que me cubre se corre hacia un lado, y por un momento pienso que voy a desmayarme.
Mis piernas empiezan a temblar como si fuesen de gelatina.

La imagen que tengo delante se me graba en el corazón.
Después de tantos años soy completamente diferente, pero él, él es igual. El mismo.

¿Es que no crece el tonto? ¿Qué crema usa, joder?

Katsuki me mira con sus ojos ardiendo como si de llamas se tratasen.

Ah, me voy a derretir...

Quiero decir, ejem, ah, que sí, que tengo miedo.

Coloca una mado a cada lado mío, atrapándome entre la pared y él.
Tiene el ceño muy fruncido, y su rostro expresa seriedad. Espero que no esté muy molesto.

Tiene la frente un poco roja todavía por el golpe, a pesar de que le puse hielo.
Además, parece que el hielo se derritió o algo porque tiene la cara un poco húmeda.

Me mira fijamente.

Trato de esconder la cara lo mejor que puedo...

De pronto se acerca mucho a mí, está a centímetros de mi rostro.

Eso me hace levantar la cabeza y mirarle fijamente a los ojos.

Fallo mío, mis rodillas empiezan a temblar con más identidad.

La boina medio se me resbala, y tengo que usar mi velocidad y reflejos de abuela para sostenerla en su sitio de la mejor manera posible.

Eso hace que las gafas se me empiecen a caer y que también tenga que sostenerlas.

Al final acabo con una mano en la boina, otra en las gafas, con la boca entreabierta por la concentración, etc.

Con todo, se me olvida el hecho de que sigue aquí mirándome.

Cuando por fin vuelvo al mundo real, vuelvo a mirarle, pero esta vez su expresión es diferente.

Me quedo paralizada al instante

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me quedo paralizada al instante.

Abro la boca, dispuesta de decir algo.
Al instante la cierro, poco convencida.
Vuelvo a abrirla, porque quiero darle una explicación, pero vuelvo a cerrarla porque no sé qué decir.

- Quieres dejar de mover la boca como un pez, joder - dice asustándome un poco.

Miro hacia otro lado desconcertada, y cuando vuelvo a mirarle mi cabeza se nubla.

Veo que sus ojos no miran los míos.

Está mirando más abajo.





Mira mis labios.


No te olvides de mí (Bakugou Katsuki y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora