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Narra Katsuki


Despierto otro día más.

Estoy cansado de la misma rutina de siempre.

Voy moviéndome poco a poco, pero me rindo en seguida y vuelvo a acostarme bajo las sábanas. 

El despertador sigue sonando y es insoportable. No quiero ir a trabajar, que le den al trabajo.

Obviamente, me levanto minutos después, porque no puedo permitirme faltar a mi propio restaurante.

Me miro en el espejo un buen rato, y entro en el baño arrastrando los pies. Me doy una ducha rápida con el agua ardiendo. No puedo ducharme si el agua no está a esta temperatura. Es cuestión de principios, no quiero morir congelado. Si tengo que morir en la ducha, al menos que esté calentito mientras tanto. 

Salgo con una toalla amarrada a la cadera y abro el armario en busca de algo que ponerme. 

Casi todo es de color negro, así que todo combina. Es un plan muy inteligente, ya que no tengo que gastar mi tiempo pensando en qué ponerme.  Simplemente agarro lo primero que pille y fin de la historia.

Me visto en minutos y trato de buscar mis zapatos.

No tardo ni dos segundos en enfadarme.

¿Dónde mierdas están los jodidos zapatos?


Me tiro como 10 minutos buscándolos, hasta darme cuenta de que me los había dejado preparados en el baño.

¿Qué mierda me pasa hoy?


Por algún motivo estoy de mal humor, así que espero que hoy todo vaya bien en el restaurante.

Salgo de mi casa con prisas y sin haber desayunado. Buscó las llaves del coche y me doy cuenta, maldiciendo por lo bajo, de que me las he dejado en casa.

De cualquier manera, no tengo tiempo para volver así que camino deprisa y enciendo el móvil para avisar a alguien de que llegaré más tarde.


Es tan grande el despiste que llevo que sin querer me choco con una persona y la tiro al suelo.

Guardo el móvil y ayudo a levantarse a la mujer. Tendrá bastantes más años que yo, así que me disculpo con respeto y me aseguro de que todo este bien. Después vuelvo a emprender mi camino, pero tratando de relajarme un poco porque si no todo va a ir de mal en peor.

Estoy a punto de llegar, pero entonces, algo llama mi atención. 

Estoy en frente de una librería, y en el escaparate hay un libro del que oí hablar en la radio.

A pesar de que voy justo de tiempo, dudo de si entrar o no.

A la mierda, total ya he llegado tarde  - pienso mientras abro la puerta para entrar.


No hay muchas personas en la tienda, y por las cajas que hay en las esquinas da la impresión de que han abierto la tienda hace bastante poco. Además, no recordaba haberla visto nunca.

Alcanzo uno de los libros y lo leo un poco por encima, mientras que espero a que alguien me atienda. 

Parece ser que el libro habla sobre un amor imposible, al menos eso es lo que da a entender. Pero, si lo miras bien te das cuenta de que esconde una gran historia, y que quizás, solo quizás, el amor que no se pudo cumplir en el pasado, sea capaz de ser suficiente en el presente.

Al menos, eso es lo que pone en los comentarios de las revistas que han leído el libro.


Por fin alguien sale de la trastienda para atenderme. 

Parece una chica, pero no me da tiempo a verla bien, porque nada más verme corre de nuevo al interior de la tienda.

Saco el móvil y me miro disimuladamente en la cámara.

¿Tanto miedo doy?


Espero un poco más, y entonces la chica aparece con unos papeles y... ¿una caja en la cabeza?

Miro a los lados, un poco confuso, y por un momento pienso en comprar el libro en otra librería, pero en fin, ya que estoy allí.


- Emm... ¿Hola? - digo sin mucha convicción.


La caja andante sostiene en alto un papel.

Lo miro detenidamente y veo que hay algo escrito.


"Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?"


Vuelvo a mirar a los lados confuso, y preguntándome si eso es alguna especie de broma.

- Verás, quería llevarme este libro, pero si estáis ocupados puedo irme...


Antes de que logré terminar, la señorita caja agita bruscamente las manos, y me tiende una.

La miro sin saber muy bien qué hacer, pensando que quiere que le estreche la mano. 

Entonces caigo en la cuenta de que solo quiere que le de el libro.

Me doy una palmada en la cabeza mental por el error que acabo de cometer y se lo doy.

Pero, mientras se lo paso, nuestras manos rozan por un segundo.

No sé qué me sucede, pero en seguida me pongo rojo como un tomate. Agradezco mentalmente que lleve la caja en la cabeza.


Ella vuelve torpemente a la trastienda, y me toca volver a esperar.

Miro el reloj, y empiezo a dar pataditas en el suelo por la impaciencia.

Al menos el lugar es bonito.


Ella vuelve a salir, sosteniendo con una mano mi libro, y con otra mano otro papel. 

Vuelvo a leer lo que dice.

"Como es usted nuestro primer cliente, este libro se lo regalamos en agradecimiento".

Vuelvo a pensar que es una broma, pero sostengo el libro, ahora mío, entre mis manos.


- Bueno, pues gracias.


Ella tan solo sacude la mano como despidiéndose de mí, y asiente levemente con la cabeza. Bueno, la caja. Yo me entiendo.

Salgo de allí lentamente, y lo último que veo a través de los cristales del escaparate es como ella se lleva la mano al corazón, y entra corriendo a la trastienda.


Por algún motivo mi corazón también se siente acelerado y no puedo evitar sentir mis mejillas sonrojadas.


¿Qué mierdas me pasa hoy?

No te olvides de mí (Bakugou Katsuki y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora