Capítulo 41

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 Desde que llegara su carta de aceptación, habían pasado ya dos meses, y durante ese tiempo su vida había sido desde su punto de vista bastante satisfactoria. Tal vez lo que más le gustó fue hecho que sus padres no tenían ya ningún peso en su vida, legalmente no tenían ningún derecho u obligación hacía él.

Recordaba con mucho cariño cuando el día de su emancipación, vino su padre como si le persiguiese el diablo y hecho una furia. Sin fijarse en nada, fue directo hasta donde se sentaba el maestro de pociones y con una expresión furiosa coloco delante de él la correspondiente carta en la que se informaba de la emancipación legal de su hijo mayor.

- ¿Me quieres decir el que significa esto, Snivellus?

- Creo que te diriges a la persona equivocada, Potter, deberías estar preguntándole a tu hijo, no a mi.

- Sé que tú estás detrás de esto, lo sé... Fuiste tú quien lo ha hecho, Harry jamás lo haría por sí mismo...

- Padre-lo cortó Harry con la misma frialdad cortés que había usado durante todo el verano.- La emancipación ha sido idea mía desde el principio.

- ¿Qué?-Aquel comentario dejó al hombre cortado, durante un breve periodo de tiempo, había pensado que había logrado hacer algún tipo de progreso en su relación y tanto el tono de voz como el contenido mostraron lo contrario.

- Que la emancipación fue idea mía, mi maestro no tenía conocimiento de mi solicitud hasta que recibí mi respuesta afirmativa.

- ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste?-Al hombre parecía que le hubieran dado un puñetazo en el estómago, pero el joven aquello no lo conmovió en lo más mínimo.

- Es algo injusto que haya completado mis estudios y no sea capaz de utilizarlos fuera de la escuela, ¿No te parece? Además, según la ley de educación de 1765, un mago/bruja que sea capaz de completar sus estudios han demostrado un nivel de madurez adulta y por lo tanto debería tener los derechos y obligaciones como tales, sin importar su edad física.

Después de aquello, el hombre se marchó de la escuela, sabiendo que había sido derrotado, aunque pensando que aún tenía posibilidades de reparar la relación inexistente...

No fue la única visita de sus padres al castillo, si no era porque querían verlo era porque había alguna reunión de la Orden y si no porque tenían que hablar de algún asunto muy importante con el director. Y por supuesto, siempre que venían a pesar de lo "ocupadísimos" que estaban siempre le sacaban tiempo para hablar con él, si bien sus conversaciones siempre tan cortas y muy frías por parte del adolescente.

Cuando comenzó el curso hubo un ligero cambio en la rutina, aparte de las muchas pociones que debía realizar bajo la supervisión de Snape (de hecho, era Harry el encargado de rellenar la despensa de la enfermería), también era el ayudante del hombre durante sus clases, que considerando que había sido compañero de clase de la gran mayoría de ellos hacía las cosas ligeramente incómodas para él.

Y aunque su vida estaba bastante ocupada en aquellos momentos, aún así siempre le quedaba tiempo para realizar sus pociones, como para desaparecer periódicamente cada vez que había un ataque mortífago. Fueron muchas las veces que se había planteado el porqué seguía yendo al encuentro de magos peligrosos, los cuales no solo eran mucho más agresivos y violentos que él, sino que también tenían más experiencia, pero siempre acababa razonando que más o menos salvaba vidas y que eso era siempre mejor que dejarlos morir.

Su vida podría haber continuado con esa agradable rutina durante mucho tiempo, pero como siempre las cosas no podían seguir así... La diosa Destino había decidido hacía mucho tiempo cuál iba ser el rumbo de su vida y como tal, la tranquilidad no estaba en ella.

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