Después de aquel primer impacto sobre la extraña visión que había tenido en sueños, Harry estuvo muy atento a ellos por si volvía a ver ataque mortífago antes de que este se llegara a cometer, aunque por el momento no se dio el caso. Aún así, a pesar de la falta de visiones, Harry continuó con su diario de sueños, escribiendo sobre cualquier cosa que viera mientas dormía, porque de esta forma también podría divertirse ante lo que su mente creaba.
Si bien era cierto que durante unos días, sus estudios parecieron resentirse tras enterarse de lo del ataque, muy pronto no solo parecía que regresó a su vida habitual, sino que además parecía que lo superaba aprendiendo aún más rápido de lo que había hecho normalmente, para fascinación del profesorado que sinceramente no sabían que hacer ante el hecho que muy pronto se quedarían sin temario del curso para impartirle. Tal vez, lo más fascinante para ellos, era el hecho de que Harry estaba ahora mucho más ocupado que el curso anterior, al poder formar parte del equipo de quiditch de su casa.
De hecho, el quiditch se había convertido en algo importante dentro de su vida, no transcendental, como parecía que era para algunos de sus amigos y compañeros, pero sí importante. No podía negar que se lo pasaba bien jugando con los miembros de su casa; Morris era un tratante de esclavos en cuanto a entrenamientos se refería pero era bastante satisfactorio cuando lograban los objetivos dispuestos... si bien en parte, el entrenamiento era mas para habituarse a jugar en equipo y que estrategias iría bien que pudieran utilizar contra Ravenclaw, el primer equipo ya sabía contra quien tendrían que jugar, muy buenos de lo que Morris decía.
El primer partido de quidditch estaba programado para el día 30 de octubre, un sábado y justo el día antes de Halloween, y a medida que la fecha se acercaba el castillo parecía un hervidero de cuchicheos excitados por el encuentro. Puesto que se podía invitar a familiares para los partidos si se tenía el permiso de su jefe de casa, Harry no dudó en enviarle una carta a Remus para ver si podía estar presente y esperó con ansia su contestación, la cual llegó dos días antes junto otra carta no disfrutó tanto.
-¿De quien es la carta, Harry? - Le preguntó Athenea en el desayuno.
-De Remus... vendrá al partido. Dice que está ansioso de verme jugar. - Contestó
-¿Estas contento, no?
-Sí
-¿Y la otra carta? - Preguntó Jonathan ansioso
-¿Que otra carta?
-Esta de aquí.
Harry permaneció silencioso unos minutos mientras leía la segunda carta que le había pasado bastante desapercibida hasta el momento, y fruncía el ceño con disgusto. De quienquiera que fuera, no le era muy grata.
-De mis padres. Dumbledore les avisó sobre el partido y ellos también vendrá. - Dijo tras leer la misiva, a lo que sus amigos fruncieron el ceño con disgusto – En realidad, lo que harán será estar con Brian y apenas verán que es lo que sucede durante el encuentro mientras escuchan a Brian quejándose sobre todo lo que le desagrada de la escuela, o bien lo mal que me he portado con él... vamos, lo de siempre. - Acabó con un suspiro ignorando las miradas sorprendidas que le daban el resto de hufflepuff que habían oído su conversación.
Cuando dos días más tarde, llegó el momento del partido, Harry miraba hacía la gente que había en las gradas para verlo. Estaba buscando a su tío honorario, que si todo iba como debería, ya tendría que estar allí, aunque donde no sabría decirlo... ¿Con los estudiantes? Por lo que había visto no estaba, aunque tampoco con sus padres que también habían dicho de venir. Se sorprendió cuando los vio a los tres sentados en las gradas reservadas para los profesores e invitados de importancia; sus padres mantenían una conversación de apariencia tortuosa, mientras que Remus tenía una charla bastante tranquila con el profesor Snape. Era curioso ver como había desapareció la rivalidad existente entre ambos hombres tras su entrada a Hogwarts... casi como si hubiesen dejado a un lado sus diferencias por el joven hufflepuff.
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Invisible
FanficAU. Cuando los Potter tuvieron a su segundo hijo, no podían ser más felices, su pequeño estabadestinado a ser el Salvador del Mundo Mágico! Que más daba si por atender al niño descuidaban de su hijo mayor?... que más daba que este se sintiera no que...