• XVIII •

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Hay momentos incómodos en la vida y el siguiente...

—Creo que ya te he repetido esto pero me gustaría que quedara claro. —vuelve a tomar la palabra Jungkook. —Amo al chico que está sentado junto a ti, sé que quizás las cosas fueron más rápido de lo esperado pero !Ya está! Ahora sólo nos queda seguir avanzando..

Seokjin emblanquece los ojos por enésima vez desde que llegó. Han pasado más de dos horas discutiendo sobre mí y sinceramente, esto ya me está superando.

—Para ti es más fácil, Jeon. Tú no eres quien debe dejar de lado sus sueños. —le reclama. —TaeTae tenía miles de planes, además, no cargas contigo una tremenda panza...

Mi hermano está en llamas. Ha venido de imprevisto a verme, llegando pasado el medio día al departamento que comparto con Jungkook. Llegó furioso, sobre todo porque olvidé decirle lo de la mudanza. Incluso llamó a Jimin para dar conmigo.

Seokjin no había querido venir desde que supo lo del embarazo y no porque odiara la idea, más bien porque sabe que ya me perdió. Ya no seré más el pequeño Taehyung que depende absolutamente de él y eso, le hiere en lo profundo.

—¿Les parece si dejamos de lado esto y nos concentramos realmente en lo imp...

—Papá y mamá vendrán a fin de mes, les he prohibido venir antes que yo. —interrumpe. —Quería comprobar que todo estuviese bien, que todo está bajo control. —confiesa, Seokjin.

—Estoy bien... —le respondo, tomando su mano sobre la mesa. —Más que bien y soy feliz, ¿Puedes ver eso? —sonrío, a medida que la arruga de su entrecejo desaparece. —Sé que puedes notarlo...

Mi hermano asiente sin dejar de verme con ternura, con amor y remordimiento a la vez. —Lamento haberte dejado tan solo, debí no concentrarme tanto en el trabajo. —suspira profundo y luego acaricia mi mejilla con su mano. —Mi pequeño, te quiero tanto, me hubiese gustado otra vida para ti pero...

—Ya elegí, Jinnie... —completo sus palabras mientras el seca las lágrimas que ahora, adornan su rostro.

—¡Pobre de ti que lo lastimes! —apunta a Jungkook con el dedo, quién sonríe en respuesta.

—Bueno... —menciono. —Me embarazó, creo que no podría hacer algo peor que eso. —bromeo causando la risa en ambos.

La tensión se disipa al fin y creo que, es el momento adecuado para cambiar el foco de todo esto.

—¿Te gustaría cocinar conmigo, Jinnie? —lo invito, necesito pasar tiempo a solas con mi hermano. —Cariño, ¿podrías ir por algo de helado de chocolate o frutilla si es posible?

Jungkook suspira rendido, esta semana lo he exprimido más de la cuenta y es que, ha medida que más tiempo pasa, más antojos tengo.

—¿Qué pasa si no encuentro ninguno de los dos? —pregunta mientras se pone de pie. —¿Te vas a poner a llorar como la última vez? —coge su billetera y las llaves.

—¡No! —respondo mientras me sonrojo, mi hermano se carcajea con ese tipo de risa que, contagia a quien lo escuche. —Si no encuentras ninguno de los dos, entonces, cualquier sabor sirve, excepto vainilla.

Asco a la vainilla. La odio desde que estoy embarazado. También el tomate, la carne y los perfumes frutales. Extraño todos los productos del mar, el café y el whiskey. Tengo amorodio por la sandía y espero que, nunca jamás, me prohiban el chocolate.

Jungkook por su lado, le marea el olor a café, odia el tabaco y no ha dejado de tomar leche de plátano desde que se presentaron sus antojos. Sigo creyendo que es sugestión pero no voy a negar que todo esto, lo hace ver mucho más lindo de lo que ya es.

Jungkook sale del departamento y yo me pongo de pie para indicarle a Seokjin que me acompañe a la cocina. Le encanta, es un don que yo no poseo pero tampoco es que me quede atrás. La repostería es lo mío, la comida no.

—Dime... —le digo mientras tomo una de las ollas. —Sé que algo me quieres decir.

Mi hermano me abraza y luego besa mi coronilla antes de hablar. —Jungkook me gusta. —pronuncia. —Elegiste bien.

Seokjin siempre es así, lleva todo al límite para su propio gusto. Desde pequeño le gustaba interrogar hasta el cansancio a las personas, llevarlas al extremo para ver la verdad o mentira en sus ojos. Jamás se equivoca, tiene una habilidad extraña.

—Uhm... —murmuro. —¿Elegí bien el follón que me iba a preñar? —vuelvo a bromear mientras se bufa. Luego posiciona una de sus manos sobre mi panza y la acaricia con lentitud.

—Elegiste bien al padre de mi sobrina. —contesta. —Hay verdad en sus ojos, tiene una trasparencia abrumadora pero me gusta, me deja más tranquilo.

Mi hija patea cerca de la mano de mi hermano que, ahora, está a punto de comenzar a llorar. —¿Le dirás qué lo aceptas cómo cuñado? —le preguntó entre bromas. —¿Qué te ha ganado en sólo dos horas?

Asiente mientras seca las lágrimas que derramó de emoción. —Le diré eso y que será un gran papá. —sostiene y me regala una enorme sonrisa. —Mejor cocinemos que, tu follón de dos semanas llegará en cualquier momento. —se burla y yo lo abrazo. Después de todo, mi hermano siempre será mi superhéroe, muy a pesar de que ahora mi vida, vaya un paso más adelante que la suya.

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Jinnie 💜

Life Happens | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora