• XXI •

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Yoongi ingresa un furioso a la cafetería. Está así debido a que por un error, casi quedamos fuera de la beca.

Lo entiendo, yo estaba igual. Si bien mis padres tienen dinero de sobra y me ayudan con una cuota mensual, no es lo mismo para él.

El dinero que nos proporcionan por la beca —al ser deportistas destacados— lo ayuda bastante a alivianar los gastos de su madre y su padrastro, quien lo crió como si fuese su propio hijo.

Suspira profundo y toma asiento al lado de Hoseok en la mesa. Luego toma mi vaso con jugo y bebe un poco. —Pareces un pequeño ogro enfadado. —rompe el silencio Hoseok.

—Y tú tienes cara de ser la próxima víctima de este ogro. —le responde de inmediato, provocando que los tres soltemos una carcajeada de inmediato.

Así ha sido siempre. Hobi es mi mejor amigo, pero Yoongi es mi hermano no sanguíneo.

Familia...

Los amo tanto como los odio, no podría haber vivisdo ni sobrevivido sin ellos. Son la clase de amigos que mantienen mi mente sana, cuerda, en tierra, y me enseñan a ser mejor persona todos los días.

¡Okey! Les haré un resumen de los últimos episodios de mi vida y de quienes me rodean.

Primero, mis padres tras su visita, se quedaron cerca de una semana con nosotros, antes de tomar un avión y volver a su vida normal. Prometieron hacer un espacio en sus apretadas y escándalosas agendas, para venir un poco antes de la fecha de la cesaría que tiene programada Taehyung.

Hoseok y Namjoon cada vez están más cerca de terminar su demo. Incluso, tras haberse negado por mucho tiempo, Yoongi forma parte de la producción de este y participa en las líneas de rap. La santa trinidad lleva por nombre R-Line, ¿suena bien, no? Éxito más que seguro.

Taehyung está un poco insoportable en estos días. Se queja por todo: la panza, los dolores, los pies, el hambre, y el sueño que no lo acompaña...

Todo.

Incluso compramos una almohada exclusiva para personas embarazadas, de esa forma ha podido mejorar en parte su descanso. Aunque Yewon parece no querer darle tregua, siempre está más activa cuando Taehyung necesita ir a dormir.

Su peso se ha mantenido, pero aún existe algo de sensibilidad respecto al tema. ¿Pensarás que va todo bien? pero no es así, algo falla y es mi actividad sexual yéndose en picada. Si, otra vez es el sexo, lamento decepcionarte, es algo que no puedo evitar.

Taehyung al estar cansado e incómodo con su cuerpo, de cierta forma se ha vuelto un poco más reservado. Intento hacerle entender que su cuerpo actual es hermoso, que me gusta tal cual está y que no ha perdido la sensualidad que él dice ya no tener, pero a veces, se vuelve una tarea difícil de resolver.

Trabajar la confianza de tu pareja en su cuerpo es bastante complejo, por momentos se logra y fluye naturalmente, pero en otras como hoy, no, fallas y fallas mal.

Tras abandonar a mis amigos, nos dirigimos al departamento en el auto, Taehyung mantiene un silencio abrumador y eso sólo es signo de que algo lo preocupa, incluso frunce el ceño cada vez que juguetea con el elástico del pantalón o con el borde de la camiseta.

—¿Necesitas algo? Te noto extraño. —pregunto cuando abulta sus labios en un puchero.

Me mira sin ocultar sus preocupaciones y luego dispara. —¿Esto debe crecerme más sabias? Vi un documental de embarazos masculinos y de cierta forma no me es muy agradable saber que voy a seguir engordando, que puede que jamás vuelva a tener mi cuerpo y que para colmo, me dejaran una cicatriz por la cesaría. ¿Cómo te puede gustar tener sexo conmigo así? No tengo ni la mitad de la energía de antes... —suspira frustrado mientras lleva la mano a su panza. —¡Oh, Yewon se movió! —sonríe levemente y continúa repartiendo caricias en la zona que nuestra hija ha golpeado.

—Te amo así tal cual eres, Tae. —respondo de inmediato. —No tienes idea de lo sensual que te vuelves a medida que avanza el embarazo, te puede parecer irrisorio pero es cierto. Que no te busque en los últimos días es sólo para no incomodarte porque cariño... —detengo el auto cuando al fin hemos llegado al departamento. —, me he masturbado tanto últimamente en la ducha mientras pienso en ti...

¡Ahí están! Las palabras justas en el momento indicado. Su rostro se ha sonrojado y no ha parado de reírse. —¡Tan idiota! —exclama en burla mientras baja del auto.

Y lo siguiente que sucede es digno de contar.

Cierro la puerta del auto y lo tomo en brazos, golpea mi pecho tras quejarse por el acto. Lo llevo dentro del edificio para tomar el ascensor, y cuando al fin estamos en nuestro piso, le pido que busque las llaves en el pantalón para poder abrir. Continua quejándose bajito mientras mis brazos tiemblan e intento que no lo note, eso sería perjudicial para mi y para su estado de ánimo.

Cuando al fin logro abrir, lo llevo directo a la cama, arranco su ropa y le hago el amor. No entraré en detalles, lo dejaré a la imaginación pero intensidad hubo, y soy un agradecido por tener tremendo chico a mi lado.

Seis meses y contando. "Prepararte para lo peor", me dijo mi madre en su última llamada. ¡Dios! Si de verdad existes, apiádate de nosotros, te prometo que me hago católico si nos ayudas a zafar ilesos de este proceso...

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Life Happens | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora