Life Happens | KV

• VI •

¿Alguna vez has escuchado qué uno no puede confiar ni en su propia sombra? ¿si? ¿no? Bueno, mi sombra es Jimin, siempre lo ha sido. Así como yo soy la suya, al menos hasta el inicio de ésta semana.

Jimin me ha traicionado, se ha ido al bando del enemigo y aunque no lo quiera aceptar, sé que es así.

¿Necesitas qué lo explique?, bien. Park ha comenzado a crear todo tipo de posibilidades en mi cabeza. Es como un juego mental en el que sabe qué si me presiona en la medida justa, ganará sin mayor esfuerzo.

¿Aún no está claro, verdad? Resulta que mi ex mejor amigo durante la semana, ha intentado meterme el bebé hasta por los codos.

La última, hoy. Se acaba de ir luego de tener una discusión. El por qué es muy simple, llegó con una pequeña caja de zapatitos amarillos para él pequeño cacahuate que está alojado en mi interior.

Antes de eso, compró un conjunto de gorros, mitones y calcetas de algodón a juego en verde pálido. También unas mantas de conejito en blanco. Además de irse de bocazas y contarle todo a mi hermano, quien del pánico terminó soltándole todo a mis padres.

Ves, Jimin es todo un Luke Skywalker. Sólo que sin el traje de Jedi, pero con el mismo espíritu maligno que se oculta tras la máscara.

Ya se ha ido. Y acabo de terminar de hablar con Seokjin al teléfono, toda mi vida acaba de dar un giro y no sé en qué momento va a detenerse. Tengo terror pero a la vez ansiedad, no sabría definir cual sensación es peor pero me temo que ambas me llevan a lo mismo.

Jungkook acaba de tocar el timbre del departamento. Y no sé si es culpa del embarazo o qué pero, él chico se ha vuelto cada vez más irresistible.

Mi hermano aseguró que cuando se está en espera de un bebé, el libido sexual sube considerablemente. Y no lo dudo, eso es justamente lo que me está sucediendo, aunque debo confesar que intento mantenerlo bajo control.

Es como si un día estas en la cima de la montaña y al otro, con la lava del volcán consumiendo tu cuerpo. Un día si, un día no. Y Jungkook no ayuda, su cuerpo reclama el mío con fuerza y de manera constante. Así no hay quien se resista.

Hoy estoy en modo lava volcánica. Caliente a morir, y feliz porque él hombre acaba de llegar.

Salto de la cama y lanzo lejos mis pantalones holgados. Abro un par de botones de la camisa, arriba y abajo, para luego desordenar mi cabello. Un aspecto de... "Chico me acabo de levantar de la cama, follame", que quiero que note.

No soy bueno pidiendo sexo con las palabras pero entrelíneas soy un gran maestro. Se jugar mis tácticas y en lo poco que llevamos conociéndonos, creo entender lo que le pone a Jungkook.

Yo.
Yo en camisa, semidesnudo.
Yo con el cabello alborotado.
Yo y mi voz rasposa al despertar.
Yo relamiendo mis labios al verlo.
Yo hablando como un bebé.
Yo simplemente.

Es una ventaja enorme a la hora de conseguir un buen polvo. Y claro que él no lo sabe pero lo entenderá en cuanto me vea. Lo invité con la excusa de que me siento tan débil físicamente que, no puedo siquiera ir a la Universidad, y él con lo amable que es, se ha ofrecido a traerme algo de comer.

Es gracioso, él no sabe que mi comida de hoy será todo lo que su cuerpo me ofrece. ¡Dios!, mi amigo de allá abajo está de acuerdo, está que brinca de la felicidad.

—!Hey! Llegaste más temprano de lo que pensé. —lo saludo, dejando a relucir mi voz rasposa y exagerada.

¿Ves cuándo digo qué le pone todo lo qué yo haga?. Sus pupilas se acaban de dilatar tras observarme. —Si, bueno. No tenía mayores cosas que hacer, vine directo. —traga saliva y entra rápidamente para dejar la comida que acaba de comprar, sobre la mesa.

—¿Te gustaría ir a mi habitación? —preguntó sin rodeos, hablando como un pequeño niño mimado tras abultar mi labio en un puchero.

¿Viste ese brillo en sus ojos?, lo ha entendido. Me encanta, me gusta ese deseo en él por mi. Creo que puedo acostumbrarme al concepto de Jeon en mi cama, no me molesta en lo absoluto.

Me acompaña mientras deja atrás su chaqueta en el sofá. Ingresamos en la habitación y aquí la cosa se pone más que buena.

Toma atención...

Aflojo un par de botones más de mi camisa, cuando él apega su pecho en mi espalda. Sus manos recorren mis piernas y luego las interna bajo la tela misma mientras sus labios recorren todo mi cuello. Suelto un gemido cuando su voz alcanza mis oídos.

—Cariño, no sé qué pretendes pero me encanta. —susurra, causando estragos en mi piel, erizado cada zona tras colar una de sus mano bajo mi ropa interior.

¡Ohh Dios!, esto es justamente lo que necesitaba.

 

👀!! Nos leemos en el siguiente.