• III •

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Hay días malos, esos que uno suele olvidar con el tiempo y hay otros tantos que, los recordarás el resto de tu vida.

—Elige, ¿una tarde de cervezas o una noche de aquellas? —pregunta Hoseok haciendo énfasis en la última palabra y llevándose a la boca, el último sorbo de su milkshake.

—No tengo ánimos para la noche, me siento agotado. —respondo fijando mi mirada en la bonita figura que, acaba de entrar por la pequeña puerta.

—¿Qué hay con la tarde de cervezas? —vuelve a inquirir, paseando su mano frente a mi rostro para captar toda mi atención. Sin embargo, mis ojos están puesto en él chico que justo en éste preciso momento viene directo hacia mi.

Hoseok chispea sus dedos pero cuando intento mirarlo de reojo, Taehyung ya se encuentra de pie frente a nosotros.

Sus ojos titubean de un lado a otro, su rostro refleja un debate del cual me temo que formo parte. Hay un silencio agobiante entre nosotros, incluso mi amigo ha quedado estático en su lugar haciéndose más minúsculo.

Taehyung lleva puesto un jeans claro junto a una camiseta blanca que acentúa su linda cintura. Es extremadamente guapo sin exagerar.

Su cabello está algo alborotado y el pendiente que cuelga de su oreja, lo hace ver mucho más sexy de lo que ya es. Pero vamos, él hijo de puta no me ha hablado hace casi dos semanas así que, acabo de decidir que, no seré yo quien rompa el silencio.

Taehyung frunce el ceño y sus labios se aprisionan entre sus dientes, luego suelta un bufido y mete su mano en el bolsillo trasero de su jeans, volviendo a asesinarme con la mirada antes de soltar un fuerte suspiro.

Lo que sucede a continuación es digno de una maldita escena clásica de las películas de Hollywood, esas con un guión mal elaborado pero que resultan ser todo un éxito sólo por el elenco.

Golpea la mesa con su mano abierta, me mira una vez más y estoy seguro que acabado de ver un leve reflejo de temor en sus ojos.

Endereza su espalda y quita la palma de la mesa para dejar al descubierto un pequeño aparato, muy similar a un termómetro.

—¡Te odio! —exclama. —¡Te odio como no tienes idea! —reclama, saliendo del lugar como si estuviese arrancando de lo peor que le pudiese pasar en su vida.

—¿Y qué se supone qué le hice ahora? —Dirijo mi mirada hasta conectarla con la de mi mejor amigo, pero me sorprendo al ver su boca media abierta y sus ojos extremadamente abiertos.

Hoseok toma el termómetro con su mano, lo observa y luego lo lleva frente a mis ojos, meneándolo entre dos de sus dedos con rapidez mientras intenta forzar una sonrisa.

—¿Qué? —levanto mis hombros en un gesto de poca importancia. —¿Quieres qué te lo meta por el culo? —me carcajeo y él emblanquece sus ojos.

—¡No es un termómetro, idiota! —señala dejando el aparato cerca de mis manos sobre la mesa. —Es un test de embarazo. —revela sin anestesia.

Siempre creí que las personas eran exageradas cuando aseguraban que? al menos una vez en la vida, todo se detiene a tu alrededor. Pero hoy me acabo de dar cuenta de que eso, sí sucede realmente.

Mi corazón acaba de dejar de latir, y estoy seguro de que mi vista se fue a negro totalmente, incluso he olvidado como se respira. Todo a mi alrededor desaparece y siento como si el mundo se me viniese encima.

Soy un idiota.

Uno bien grande.

¿Estoy comprendiendo bien, no?

Mi mejor amigo acaba de aclararme que él chico con el que me estuve acostando hasta hace muy poco, está embarazado.

Taehyung acaba de contarme que está esperando un bebé, y de pasada me acaba de confesar que me odia con su vi... ¡Wouh!, él chico acaba de joderse su fut... Un momento, espera...

¿Es mi bebé? ¡Oh, cielos!, ¿me odia por qué...

—¿Es tuyo? —cuestiona Hoseok en voz baja. Volviéndome a la realidad de la cual había huido por segundos.

—Claro, me lo follé dos semanas sin condón. ¿De quién más? —estoy sonando seguro ahora, pero puedo aseverar que mis respuestas son mecánicas. No estoy procesando nada de lo que estoy hablando, es como ponerle agua a un tina sin poner el tapón de fondo.

—No lo sé... —menciona mi amigo. —No sabes cuánto tiempo tiene. —agrega. —Creo que deberías hablar con él para salir de la duda.

Trago un poco de saliva y repaso mi labio inferior con la punta de la lengua. —Taehyung no es esa clase de chico, lo sabes. Todo el mundo sabe como es...

Bien, vale. Ya lo estoy asumiendo, voy a ser papá. Necesito hablar con Tae, saber que quiere hacer con todo esto porque lo único claro qué hay, es que es él quien se lleva la peor parte.

—Creo que la tarde de cervezas la podemos dejar para después, ahora debo hablar con... —suspiro. —Con Taehyung, antes de que me odie más de lo que ya lo hace.

Me pongo de pie, saco un poco de dinero de mi billetera y lo dejo sobre la mesa. —Te dejo mi parte, a la noche te llamo.

Salgo de la cafetería, caminando por el largo pasillo e intentando buscar por todos lados, al bonito castaño dueño de mis sueños más eróticos y futuro padre de mi hijo.

Quince minutos después, logro dar con él en el baño. Está encerrado en uno de los cubículos, llorando sin freno y maldiciéndome en voz alta mientras intento calmarlo desde afuera. Siendo observado por unos cuantos chicos de primer año de mi facultad.

Debí creerle a Jimin cuando me insinuó en la clase que, se me avecinaba una tormenta. ¡Bonita tormenta, a tomar por culo mi vida!...

 ¡Bonita tormenta, a tomar por culo mi vida!

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Vamos avanzando :)

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