11. La Casa de Asterion

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«Pero de tantos juegos el que prefiero es el de otro Asterión. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo: Ahora volvemos a la encrucijada anterior o Ahora desembocamos en otro patio o Bien decía yo que te gustaría la canaleta o Ahora verás una cisterna que se llenó de arena o Ya verás cómo el sótano se bifurca. A veces me equivoco y nos reímos buenamente los dos.»

—Jorge Luis Borges; El Aleph, La casa de Asterión.

El combate inició cuando cada uno de los equipos estaba en posición. Kuromorimine se hallaba en la parte más alejada del mapa, justo al oeste, en el pueblo de Lebrija. Al sur estaba BC Freedom, en el municipio de Piedecuesta. Los comandantes comenzaron a observar sus mapas, mirando cuáles eran las mejores rutas a seguir.

Liam revolvió su cabello, sabiendo que una batalla en los adentros de la jungla sería imposible para los tanques en esta ocasión. Se encontraban en la región Andina, llamada así por la cordillera de los Andes que cruza toda Suramerica de tramo a tramo. El lugar está plagado de montañas y mesetas, tanto así que bajar por una de aquellas inclinaciones significaba la perdida de algún tanque. Para eso estaban la carreteras, le gustara o no, estaban sometidos a una batalla urbana.

Ágioi comprendía que tenía la mejor posición. La cual le permitiría llegar a la ciudad y tomarla sin ningún problema antes de que los blindados alemanes se asomaran por los costados de Bucaramanga. Observó el mapa y luego a su compañera más cercana, quien intuía el siguiente movimiento de su mariscal.

En las gradas era algo diferente, el saludo inicial había sido dado en el aeropuerto de Palonegro y ahí se congregaba la gente para observar las estrategias de cada uno de los dos bandos. Sin saber si era por el nerviosismo destapaban las botanas y bebían Coca-colas mientras esperaban el primer movimiento.

—Esto va a ser problemático —dijo Liam, al fin —. Debemos llegar a la ciudad.

—Tienes razón —concordó la comandante Nishizumi —. Estaremos en desventaja si nos quedamos aquí. Solo hay colinas en todo el lugar. Si nos toman desde los dos extremos estaremos acabados.

—Aunque es imposible. Antes dañarían sus tanques. Sabe a lo que me referiero. Hay muchos desniveles peligrosos, inclinaciones agudas y caidas sin salida. Nuestra mejor opción es seguir la carretera.

—Liam, ¿a dónde hay que dirigirnos? — Preguntó Miho Nishizumi.

—Estamos en la vía Lebrija-Girón. Nuestra mejor opción es llegar a Girón, de ahí nos dirigiremos al norte y tomaremos la 45A que no llevara por el Anillo Vial, para llegar a Floridablanca. Si no han llegado, lo cual dudo, nos asentaremos para emboscarlos. ¿Qué piensa, comandante?

—Suena a un plan —dijo Maho —. Si se dan las cosas así, mandaremos el Maus a la ciudad capital, donde lo tendremos aguardando ordenes si llegan a derribarnos. Liam, como el tanque bandera quiero que tengas en cuenta estos movimientos.

—Sí, señora —asintió.

Las demás de Kuromorimine se mostraron de acuerdo con las ideas propuestas. Los motores de los tanques rugieron luego de unos segundos. Sus comandantes comenzaron a transmitir las ordenes de moverse a través de la carretera en secciones de dos en dos. La escuela alemana había iniciado la primera fase de la batalla.

—He de imaginar que Kuromorimine ya ha comenzado a moverse —dijo Ágioi observando el mapa de la ciudad —. Es tiempo de que nosotros también lo hagamos.

—Concuerdo, mariscal —habló la chica.

—Lidera una escuadra de diez tanques hacia Bucaramanga. Lleguen lo más rápido que puedan y preparanse para emboscar a los enemigos —ordenó.

Serie Fanfic Girls Und Panzer #1: Sobre La Guerra Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora