5. Un Lector

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«Cuando en mis ojos se borraron
las vanas apariencias queridas,
los rostros y la página,
me di al estudio del lenguaje del hierro
que usaron mis mayores para cantar
espadas y soledades,
y ahora, a través de siete siglos,
desde la última de Thule,
tu voz me llega, Snorri Sturluson.»

-Jorge Luis Borges; Poesía completa, «Un lector.»

El mapa no era muy conveniente cuando, el terreno del combate, era Colombia. Maho señalaba los lugares donde tendríamos que apostarnos y continuar, señalaba el desembocamiento de ríos y la zona urbana del municipio de Ciénaga y la ciudad de Barranquilla. Erika le seguía, también hablaba de la fuerza de ataque de nuestros tanques, pero, no era lo que importaba. No me encontraba de acuerdo con ellas, la primera vez, desde que entré a Kuromorimine, no me sentía a gusto con la estrategia que estaban tomando.

Magadalena es el departamento donde todo se unía en Colombia, desde sus inicios hasta los tiempos actuales con el turismo. García Márquez nació en aquel departamento. Allí desemboca el río más importante de Colombia, el Magdalena, que recorre todo el país hasta llegar a la Amazonía. La tierra, sobre todo, no era muy accesible a un tanque, si se podría decir de esta manera.

-¿Todo está entendido? -Preguntó Maho.

Alcé la mano.

-¿Qué ocurre, Liam?

-¿Qué hacemos si alguno de nuestros tanques se queda en el fango? -Dije.

-No perderemos tiempo y avanzaremos a la siguiente sección.

-Moverse por esa tierra no es tan fácil como creen -dije -. He estado allí. Los caminos son inusuales, la flora es muy densa. No es un lugar para nuestros tanques.

-¿Estás insinuando que perderemos, Liam? -Erika dedicó una mirada de furia.

-Si así fuera el caso ya lo habría dicho. No estoy negando la estrategia, de hecho, es muy buena. Pero, estamos hablando de un terreno en el cual la inestabilidad prevalece. Cualquier cosa en el clima puede causar estragos.

-No es algo que debamos discutir -dijo Maho con severidad -. Seguiremos el plan al pie de la letra.

-Como ya dije, comandante, no es tan fácil que eso suceda si no tenemos precaución. Escuche mis consejos, así sea por lástima. Es una ciénaga, no un bosque de lo que estamos hablando.

-Liam, deja las idioteces a un lado y mejor prepara tu equipo para no tener inconvenientes en el combate -dijo Erika.

-¡No me diga qué hacer, malparido perro faldero! -Grité -. Sere sincero, comandante, si ha escuchado la mitad de las cosas que dicen sobre el terreno colombiano le sugiero que me crea. Yo digo que pidamos otro lugar, aún hay tiempo para hacerlo.

-Es cobardía lo que dices y traición.

-Erika, tus amenazas no son ni comparables a las de Mikaela. Si me quieres dar miedo, esfuerzáte un poco más. Comandante, tome mi consejo, sé que Oarai entenderá si les explicamos.

-¡Ya perdimos contra ellas una vez, no nos retiraremos por el miedo de uno de nosotros!

-¡Erika callate de una puta vez!

Maho suspiró.

-No cambiaré de opinión. Nos moveremos tal y como debemos hacerlo -sentenció.

Erika sintió una victoria, por lo que dedicó una sonrisa llena de soberbia hacia mí. Aquello hizo que me llenase de furia y, en cuanto, las demás abandonaran el lugar (Erika incluida), golpeé la mesa en señal de frustación y solté un montón de groserías las cuales no recuerdo. Pero, sé muy bien, nada agradables acerca del cabello y la cara de la albina.

Serie Fanfic Girls Und Panzer #1: Sobre La Guerra Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora