Gritos Silenciosos (2° Temporada)

Capítulo 12: Tu vida es, fue y será una puta mentira.

Despierto y lo primero que hago es emitir un gruñido. El dolor de cabeza que siento ahora es insoportable y el misterioso ardor de ojos no acompaña muy bien la situación.

Siento algo, o más bien alguien, apoyado en mi barriga y abro los ojos acostumbrándome al Sol que me da en la cara. Estoy tumbada en el pasto (No sé cómo es que llegué aquí) y una persona que no tengo ni puta idea de quién es duerme sobre mí.

-¡Apártate!-. Grito sentándome de golpe.

-¡¿Qué sucede!?-. Grita el chico (Que está muy bueno por cierto).

-¿Acaso me viste cara de almohada?-.

-Eso no es lo que decías anoche-. Responde mirándome fijamente.

-¿Disculpa?-. ¿Me acosté con él? ¡No! ¡No! ¡No! Es imposible. No recuerdo que es lo que pasó después de que me drogué con Liam pero ni drogada haría algo así con un desconocido.

-Espera… ¡Ah, no! Me acosté con una rubia, ¡Olvídalo!-.

Me quedo observándolo mientras se aleja.

-¡Dios!-. Grito enfurecida y vuelvo a tumbarme.

Miro para el costado, esta casa es hermosa pero, ¿De quién es? ¿Dónde está Sam? Me paro y comienzo a caminar para entrar en la casa en busca de mi amiga. En el camino debo esquivar bastantes chicos que están de la misma manera que yo antes, ¿También se drogan? ¿Liam les venderá? Agito la cabeza. No debo meterme, son sus vidas, incluso la de Liam. Entro y, además de haber un montón de personas tiradas durmiendo, me encuentro a Sam “besando” al chico de ayer. Más que estar besándose se están devorando.

-Qué asco-. Susurro. ¿No se dan cuenta que estoy aquí?

De repente alguien tira de mi brazo sacándome nuevamente afuera. Me doy vuelta para ver quién es y me quedo paralizada.

-No esperaba volver a cruzarme contigo en mi puta vida-. No lo puedo creer.

-Yo…-. No puedo hablar.

-¿Sigues siendo la misma tonta de antes? ¡Ja! ¿Cómo no? Está bien que sigas así. Es más, debes estar peor ahora sin tu hermano ni tu mamá-.

-¿Cómo sabes eso?-. Le pregunto casi inaudible.

-Digamos que mi padre trabajó con tu mamá y se hicieron buenos amigos-. ¿De qué habla?

-¿Tu padre trabaja en un restaurant? No tengo una puta idea de lo que hablas, ¡Aléjate Tyler!-. Le grito. Se revuelve su cabello y me atraviesa con la mirada.

-Puta de mierda, ¿Por qué ya no me respetas?-. Me toma del brazo.

-¿Y tú por qué estás aquí? Vuelve con tu amigos de porquería a molestar a alguien más, pero a mí ya déjame en paz-. ¿Cómo pudo haberme gustado este chico?

-Han pasado dos años y…-.

-¿No estás cansado? ¡Dos putos años! ¿Qué haces acosador de mierda?-. Le corto su frase y me zafo de sus brazos.

-Y estás mucho más buena y con actitud pero sigues siendo una repulsiva puta-.

-¿Algo más?-. Me cruzo de brazos-

-¿Cómo es que dejaste de ser una chica deprimente? ¿Cómo es que no te suicidaste al enterarte de que en realidad tu padre jamás desapareció y que tu madre desde antes de que tu nazcas trabaja para mi padre de ese modo?-. Eso último no lo sabía…-¿En serio le creíste eso del restaurant? ¿Nunca se te hizo sospechoso el hecho de ir y que nunca haya estado vestida de cocinera o algo, si no de traje? ¡Eres una ingenua! ¡Te han mentido un millón de veces! ¡Has tenido la vedad frente tuyo! ¡¿Y no te has dado cuenta?! ¿No te diste cuenta de que estabas rodeada de unos putos mentirosos?-.

-¡Cállate!-. Le grito.-¡Tú eres el mentiroso aquí!-.

-Tu madre se fue con tu padre a seguir trabajando. No vinieron a Manchester a empezar de cero, vinieron aquí porque tu madre tenía un trabajo aquí-.

-¡Fue porque murió Noah, basta!-. Estoy llorando, estoy llorando mucho.

-¡Vinieron porque tu madre tuvo un trabajo aquí y ahora ella se fue con tu padre porque tiene un trabajo en otro lugar! ¡Emily, tu vida es, fue y será una puta mentira!-.

-¡Cállate!-. Grito al mismo tiempo que una persona detrás de mí. Me doy vuelta y me encuentro con Samantha.

-¿Qué haces Tyler?-. Pregunta enojada.

-La cosa es entre ella y yo Samantha, vuelve a comer un rato más tu novio o algo. No has prestado atención a este griterío hasta que él se tuvo que ir a hacer algo, te vi-. Parece un niño pequeño mandando al frente a todo el mundo.-Emily, vive tu puta mentira, no me importa. Es más, es graciosa tu ingenuidad. Pero te conviene prepararte porque empezará romperse de vuelta el castillito que construiste-. Sus ojos celestes me dejan y le lanzan una mirada fría a Sam para luego él retirarse de ese lugar.

-Emily…-. Me toca el hombro Sam.

-¿Cuándo estaré tranquila?-. Pregunto tapando mis ojos.

-No le hagas caso, está mintiendo-.

-¡No!-. Me doy vuelta.-¡No está mintiendo! ¡Eso es lo que más me duele!-.

-T-tranquila-.

-Quiero volver a casa-. Entro sin mirarla y me paro junto a la puerta, nadie ha despertado con la reciente pelea. Mejor para mí pero ¿Qué fue lo que hicieron para quedar casi muertos? Quiero.

-¡Vamos!-. Dice Sam ya con las llaves de su auto.

Debo hablar con mamá.