Veo por la ventana como Cameron cierra el baúl y comienza a mirar su celular, sé que me está dando tiempo, el tiempo que yo quiera. Me paro del sillón y me doy vuelta para ver a mi nuevamente rubia amiga. Está intentando contener, inútilmente, las lágrimas. Este es uno de esos momentos dónde se dice todo sin decir nada. Me abalanzo sobre ella y la abrazo. Samantha solloza.
-Te quiero mucho Emi-. Habla con la voz ahogada.
-Yo también, mucho...-.
Me separo de ella y le sonrío.
-Gracias-.
-Si no hice nada-. Dice con un tono obvio.-Es más, desaparecí-. Se siente muy culpable por haberse ido a encontrar con sus padres que estuvieron un par de días arreglando trámites para volver a salir del país. Cuando me enteré el pequeño enojo que sentí se esfumó. No hizo nada malo.
-Por estar-. Digo de la forma más sincera que puedo. Tomo sus manos con fuerza.-Por hacerme sentir acompañada hasta en el peor momento. En serio, gracias-. A diferencia de Sam, no tengo ninguna lágrima por salir de mis ojos.
-Adiós-. Se despide Sam.
Me doy vuelta y antes de salir de la casa la miro.
-Hasta pronto-.
Camino hacia el auto de Cameron y me subo bajo su mirada confundida. Por lo llorona que soy seguramente esperaba verme salir con una catarata bajo mis ojos.
-¿Y ahora?-. Pregunto el chico entrando al auto.
-Mi casa-.
El camino es silencioso y rápidamente estoy frente a mi vacía casa. Vacía de calor, de amor, de sonrisas, de familia. Camino hasta llegar a la puerta y la abro. Me da la bienvenida una pequeña brisa helada. La sensación de frío toma mi cuerpo. Me arrepiento de haberme puesto una simple chaqueta de jean para el frío. Entro luego de echarle un pequeño vistazo a un Cameron sentado en la vereda dándome la espalda. Subo las escaleras y entro a mi habitación. A pesar de no estar aquí, parece que alguien la limpiaba todos los días. Miro la hora en mi teléfono, 9:20
-Cuarenta minutos...-. Susurro.
Descuelgo una cruz de mi cama, la que le pertenecía a Noah, y saco de un cajón la carta de él. Tomo unas fotos que me saque a lo largo de dos años con Sam y Alba del mismo cajón. Agradezco no tener que hacer más despedidas. De Alba me despedí ayer. No iba a volver aquí, sólo eso, pero luego recordé que estaba dejando cosas importantes. Me encuentro un portarretratos mostrándome una madre y una hija "sinceramente" felices. Saco la foto de ahí y la miro. Yo no la quiero, no me interesa, y ella... río para no llorar, no la querrá.
-No te aferres al pasado-. Y rompo la fotografía en pequeños pedacitos. Antes de salir veo unos cigarrillos en mi escritorio. Inhalo y exhalo un par de veces y salgo de mi habitación deseando no volver nunca más.
Voy al exterior cerrando la puerta de mi hogar detrás de mí y le toco el hombro a Cam.
-¿Vamos?-. Él sonríe y asiente.
-¿Qué tienes en las manos?-. Pregunta parándose.
-Cosas que quiero que guardes por mí, excepto esto-. Digo poniéndome la cruz en el cuello.
-Claro, estarán esperándote bajo mi cuidado-. Dice orgulloso.
-No te equivoques y las uses de servilleta o algo-. Cameron pone en una perfecta línea recta sus ojos y su boca. Río.
-Bueno, vamos Em-. Nos subimos al auto y, nuevamente en silencio, comienza el camino.
No supe nada más de Liam Jenner. Lo llamé pero ya no usa más su número ni el de mi hermano. Cameron tampoco sabe dónde está. Podría estar drogándose como siempre ahora mismo, o quizás en prisión, o quién sabe, tal vez esté... mal.
Ayer releí la carta de Liam mientras tenía a una Samantha ahogándose con sus propias lágrimas a mi lado. ¿Por qué? Por mí y por la película que estaba viendo. Era de amor y me hizo pensar... mi historia de amor fue diferente a todas esas de las películas. ¿Quién fue el que dijo que una historia de amor trata de dos personas que se encuentran, pasan cosas, se enamoran y terminan juntos o no? No sé quién fue el que dictó esa ley, pero para mí todo eso sólo es un capítulo de la historia de amor. Mi vida fue una historia de amor a mí misma. Tener que empezar el día odiándome, pero necesitando amor. ¿El de quién? Principalmente el mío. Mi vida trató de encontrarme a mí misma y amarme. Fue una historia de amor personal. Liam sólo fue un capítulo, muy bueno y desastroso, pero un capítulo en fin. ¿Ese es el final de mi historia? "Ellos no se quedaron juntos" No. El final será "Ella encontró el amor que más se necesita en la vida para sentirse vivo". Si tú no te amas, no entiendo como esperas que los demás lo hagan. La gente siente lo que tú sientes, ve lo que tú ves. El día que te descuelgues ese cartel de la cara en el que escribiste un defecto, te darás cuenta que tú solo lo pusiste ahí.
-Emily-. Dejo mi punto fijo y miro a Cameron.-Llegamos-. Y, efectivamente, estamos en la puerta de la clínica. Siento un poco de miedo al decir verdad.-Escúchame-. Me encuentro con los ojos húmedos de Cameron.-Puedes llamarme, ¿Pasó una semana y odias estar aquí? Saldrás-. Habla seriamente. Asiento y me bajo del auto. Camino hacia atrás y veo como Cam abre el baúl sacando mi bolso.
-Lo podría haber llevado en mi mano-.
-Esto es tiempo extra-. Pone el bolso en su hombro y cierra el baúl.-Ven aquí-. Antes de poder reaccionar estoy entre los brazos de Cameron.-Promete que me llamarás-.
-¡Obviamente! ¿Quieres que me vuelva loca?-. Personalmente me estoy volviendo loca ahora, anoche fue la última vez que me drogué y ya necesito más. No sé qué clase de magia haré, ya que no puedo ni imaginar dejar de drogarme por siempre, pero se me ocurrirá. En menos de tres meses estaré afuera, me lo prometo.
-Recuerda que si quieres salir...-.
-No te llamaré-. Digo firmemente.-Odiaré estar en cualquier lugar que no me dejen fumar, o inhalar o lo que sea. En tres meses me vuelves a ver en frente tuyo-.
-Te daré algo especial entonces en tres meses-. Dice.
-¿Qué? ¿Qué?-. Pregunto emocionada.
-Espera tres meses-. Río.
-Esperaré. Ahora dame eso-. Le saco mi bolso del hombro y camino junto a él hasta llegar adentro de la clínica. No se ve tan mal, parece una genial y cara. Ese es el problema. El idiota de Cameron pagó él. De algún modo le devolveré todo esto. Atrás de la secretaria hay un espejo y puedo verme. Es increíble lo mal que estoy. Es como si hubiera crecido veinte años más.
Ya tengo todo planeado. Saldré de aquí, comenzaré a trabajar, me compraré un departamento, tal vez venda mi casa, estudiaré psicología. "Psicólogos hay muchos". Sí, hay muchos, pero hay pocos que saben. Me construiré yo misma. Construiré mi vida yo misma, seguiré creciendo yo misma. Me demostraré que puedo. Porque sí puedo. Puedo superarme a mí misma, superar el pasado. Puedo.
-¿Tú nombre y edad?-. Me preguntan.
-Emily, Emily Watson. Dieciocho años-.
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Gritos Silenciosos (2° Temporada)
Ficção AdolescenteDos años. Exactamente dos años. La vida de Emily ha cambiado para bien, por fin tiene un respiro. ¿Pero qué pasaría si volviera él para alejarla del sostén de su vida? ¿Quién la ayudaría a olvidar todo por un rato? ¿Quién y qué? Tú mismo lo dijis...