-¿De qué hablas?-. Pregunto confundida.
Aparentemente fue una vez. ¿Entonces cada vez que desaparece está en mi casa? ¿Qué es lo que hace allí? ¿Qué mierda está haciendo con mi madre? También está mi padre, ¿De dónde se conocen? Esto cada vez es más confuso. Desde que Liam apareció las cosas aún son más confusas que antes.
-Liam entra y sale de tu casa por lo menos dos veces al día-. Habla Alba con seguridad en su voz.
-¿Qué se supone que debo hacer?-. Pregunto tomando asiento en la cama de Alba. Ella, y Sam, se sientan a cada lado mío.
-Habla con él, ¿Son novios no?-. Pregunta Samantha.
-No somos novios-. Aún no.
-¿Y qué son?-. Me pregunta.
-¿Algo? ¡Bueno, no lo sé! Y no vine a hablar de Liam, quiero saber de ustedes niñas-. Lo mejor es dejar de estresarme con esto temas, por lo menos unas horas. Debo confiar en él, sé que me terminará diciendo todo. Confiamos el uno al otro.
-No ha pasado nada...-. Dice Sam pensando.
-¿Por qué desapareció la rubia teñida y el unicornio depresivo?-. Alba revolea los ojos por usar ese sobrenombre.
El año pasado comencé a decirle así. Usa colores fantasía pero siempre son apagados, sin vida. Son hermosos, pero no es un unicornio propiamente dicho, no usa colores alegres. Y, basándome en mis saberes sobre unicornios, debería llevar celeste, rosa o algún color así en el cabello.
¿Acaso estoy hablando de unicornios?
Ojalá me calme.
-Nos aburrimos, sólo eso-. Dice Sam.
-Bien... ¿Y qué hacen aquí? ¿No deberían estar de campamento?-. Pregunto al recordar el campamento obligatorio al cual nos anotó Alba. Y al cual yo iba a faltar junto a Liam para quedarnos juntos.
-Se enteraron de que yo fui la culpable y me obligaron a bajarlos a todos o si no me matarían-. Me cuenta Alba con una mueca de miedo. Río.
-Merecías morir-. Era un hecho que no iba a ir, pero pobres los demás. Una de las peores cosas es ir a un campamento de la escuela.
Se escucha un auto parar y, por curiosa será, me paro y voy directo a la ventana encontrándome a Liam bajando de su auto.
-¡Oh Dios!-. Susurro.
-¿De vuelta él?-. Escucho detrás de mí de parte de Sam.
No respondo, pero las chicas toman como un sí mi silencio porque a los segundos están paradas a mi lado.
-¿Qué es lo que hará?-. Pregunta Alba.
-Ahora lo averiguare, ya vuelvo-. Me doy vuelta, me pongo unas pantuflas rositas de conejo de Alba (mañana será un día de arrepentimientos) y bajo las escaleras de la casa.
Ahora que me doy cuenta, los padres de Alba no están. Habrían aparecido antes de que llegara a pisar un escalón. Quizá se fueron de viaje de trabajo o algo así.
Salgo de la casa y con cuidado salto las rejas de la casa de al lado (mi hogar). Camino agachada rumbo a la puerta trasera.
No tengo la llave, así que no puedo entrar por adelante. Además, mi idea es espiarlos para ver que traman. No puedo entrar así como así sin saber nada porque se pondrán a inventar excusas. Y la puerta trasera nunca está con llave y nadie se enterará que estoy entrando por la cocina. Sólo debo ser rápida y ponerme detrás de un mueble.
Intento abrir la puerta sin salir victoriosa. No creo que la hayan cerrado con llave, tal vez está trabada. Vuelvo a hacer un poco de fuerza y esta se destraba. Apenas la abro comienza a escucharse la voz de mamá. Entro y, luego de cerrar la puerta, gateo hasta quedar detrás de un mueble que usamos como bar. Este separa las dos habitaciones.
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Gritos Silenciosos (2° Temporada)
Novela JuvenilDos años. Exactamente dos años. La vida de Emily ha cambiado para bien, por fin tiene un respiro. ¿Pero qué pasaría si volviera él para alejarla del sostén de su vida? ¿Quién la ayudaría a olvidar todo por un rato? ¿Quién y qué? Tú mismo lo dijis...