03.

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Mi alarma sonó, eso significaba que eran las nueve y apenas abro mis ojos recuerdo toda la pesadilla vivida ayer, a Kim llorando, al hombre de los stikers, todo lo que lloré antes de dormir, por un segundo pensé que iba a despertar y todo iba a ser un mal sueño, pero no es así. —Tomé con fuerza la gargantilla en mi cuello —
Me despojé del pijama para ir a asearme. Miro mi rostro en el espejo, mis ojos están mas que hinchados. Pronto llegará Jimin y debo despedirme de él.
Me puse mis tacones y un vestido rosa pálido, suelto mi cabello para secarlo y maquillo mis ojos.
Bajo las escaleras y veo una nota de Kim.

"Princesa haz tus maletas, recuerda que hoy hay que desalojar la casa, te amo"

Ruedo los ojos y me voy al refrigerador, pero dentro de él no hay nada. — Esto no puede estar pasándo.

El timbre suena, sabiendo quien es, me dirijí a la puerta, servidumbre no había, así que no me quedaba de otra.

—¡Buenos días! — Jimin se afirmó en el umbral de la puerta.

Apenas habló mis ojos se llenaron de lágrimas. Es que siempre fue así, podía ser fuerte ante todo el mundo, mala, fría, pero cuando hablaba con él, era yo, y no quien aparentaba ser ante el reino.

—¿Seoul qué pasó? — entró y cerró la puerta tras él, tomando mi mano con un rostro asustado.

—Jiminie! ¡Estamos en ruinas! — lo abracé sintiendo su mano en mi espalda dándome consuelo, él está en silencio — ¡Los Kim somos pobres! — Mis lágrimas caen una tras otra.

—¿Qué?

Jimin se alejó de mí, para mirarme a los ojos.

—Lo que oíste — me alejé para que me siguiera a la sala — esta tarde debemos desalojar la casa y vender todo lo que está a mi nombre para subsistir.

Mi amigo se sentó en frente de mí, escuchando cada palabra que decía.

—¿Te... Irás del colegio?

—Eso está de más decirlo — Limpié mis lágrimas un poco más tranquila.

—¡Wow! ¡wow! ¡wow! No puedo creer lo que me dices. Si quieren pueden quedarse en mi casa, sabes que ...

Lo interrumpí poniéndome en pie, mientras me cruzo de brazos ya más serena.

—Sería una opción, pero por un tiempo y sabes como es Kim de orgulloso.

—Como tú.

—Reí — ¡Claro! Los Kim no esperamos nada de nadie y luchamos por lo que queremos.

Jimin se levantó y me tocó los hombros por la espalda.

—Sabes que tienes mi apoyo en lo que sea y para lo que sea ¿verdad? — besó mi cabeza y me giró para quedar frente a frente.

—Solo prometeme que nadie, pero nadie se va a enterar de todo esto ¡Prometelo Jiminie!

—¡Lo prometo! — me abrazó y le correspondí, un amigo así no se consigue en un mall, y eso es lo que agradezco, que a pensar de lo insoportable que soy, lo tengo a él.

—¡Hay que inventar algo! — solté de una.

Me separé rápidamente de él. Apreté mis labios y me puse a caminar por la sala.

—¿Tal vez un viaje?

—¡Sí! Excelente idea, sigue así — lo aliento con mis manos a que piense más.

—¡Un viaje de negocios de tu padre! — Jimin me apuntó con su índice y me abrió los ojos.

—¡Claro! —le sonrío — Siempre yo soy la genio, pero ésta vez te estás luciendo — Él sonrió — Lo que vas a decir ¡Y pone atención! — lo apunté — Va a ser que me fui de viaje con Kim, uno de negocios — comencé a pasearme por la sala —Uno urgente a Tokio, ¡Por este año claro!

ELLA ERA RICA - BTS - TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora