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¿Cómo describir estos últimos días? Una palabra: ENLOQUECEDORES. 

Sí, así como lo digo: entre los trabajos de la universidad, el examen de ayer, los sueños raros y la expectativa que tengo con la cita de hoy, estoy como loca. Y sí, dije "cita de hoy", porque me invitó, Tomoe me llamó y me invitó hoy a ir a pasear por los Jardines de Luxemburgo y luego ir a beber algo o a cenar, dependiendo de cuánto nos tome recorrer el hermoso paisaje. 

La verdad sea dicha, es que estoy terriblemente ansiosa, no sé cómo hacer para relajarme un poco o qué llevar puesto ni nada de nada, hace mucho que no tengo una cita, nadie me ha llamado la atención lo suficiente como para aceptar y, con mis estudios al máximo para entrar a la École, menos todavía, ningún candidato era lo suficientemente "interesante" como para sobreponerlo a mi estudio constante.

Por lo general soy sencilla, no me cuesta elegir la ropa, soy de las que prefieren la comodidad y mi gusto personal sobre la moda, y es por eso que suelo ser sencilla al momento de escoger, sin embargo, ahora tengo casi todo mi armario sobre la cama y estoy desesperándome. Sé que necesito ayuda, el problema es a quién pedírsela. Sé que si le digo a Celine, ella armará un escándalo y me terminará vistiendo como muñeca con dos toneladas de maquillaje encima, todo con la excusa de que tengo que lucir perfecta, Brigitte me dirá que me ponga lo que sea, que da igual lo que lleve, eso es lo de menos (que en parte tiene razón, mas ahora mismo eso no me sirve) y si le digo a Alizze puede que sea tan indecisa como yo, salvo que, por algún milagro del cielo, hoy esté inspirada y me pueda ayudar. 

Supongo que es mi única opción real, tendré que pedirle a ella y, en el peor de los casos, quizás una consulta a Celine, solo si es estrictamente necesario. 

Todavía es temprano, a penas son las dos y Tomoe me dijo que pasaría por mí a las cinco, así que puedo relajarme un poco, no estoy tan apretada por si mi amiga rubia no está en un momento de iluminación y termina como yo. Con eso en mente, tomo mi teléfono y le marco, cosa que al segundo tono responde. 

-¿Síp? ¿Qué pasa bicoloria?

-Ya te he dicho que no me digas así Ali.

-Lo siento, pero sabes que te va como anillo al dedo y, aparte, es bonito. 

-Sí claro...

-Bueno, bueno, ¿para qué me llamaste? ¿Para que soy buena?

-Necesito tu ayuda, ¿estás libre ahora?

-Sí claro, ¿qué necesitas?

-Ven a mi casa, cuando llegues te explico.

-De acuerdo, doña secretos, en quince estoy ahí.

-Gracias, te quiero. Te espero.

Corto la llamada y dejo el celular, revisando una vez más (quizás la millonésima) toda la ropa tirada sobre la cama, viendo que incluso tengo ropa que no recordaba poseer, como esta azul de tul, ¿de dónde salió?

Corto la llamada y dejo el celular, revisando una vez más (quizás la millonésima) toda la ropa tirada sobre la cama, viendo que incluso tengo ropa que no recordaba poseer, como esta azul de tul, ¿de dónde salió?

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Promesas en el tiempo. (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora