Un amor que trasciende generaciones.
Una promesa hecha hace años.
Una búsqueda que dura siglos.
Una chica poco común.
Un zorro enamorado.
Y un encuentro que lo cambiará todo.
Nuevamente es de noche y estoy caminando por un bosque que no reconozco, aunque tengo una ligera sensación de familiaridad, como si ya hubiera estado aquí antes y no pudiera recordarlo. No tengo idea de qué es lo que hago aquí o cómo es que llegué, todo es confuso.
De todas formas, como si una fuerza invisible tirara de mí, no me detengo y sigo caminando hacia un destino desconocido dentro de la arboleda. La sensación de ser observada va en aumento a medida que me adentro en la espesura iluminada por la luna, a pesar de no ser algo que me perturbe, es más, casi podría decir que es una sensación conocida, como si quien me estuviera vigilando hiciera esto a diario y yo ya me hubiera acostumbrado, como si conociera al dueño de aquella pesada mirada.
Finalmente, y sin saber cómo es que pasó, termino pisando la piedra de un puente construido sobre un pequeño y brillante río. No me detengo, no hasta que estoy justo en el medio del mismo y mis ojos se posan en la transparencia de espejo que posee el agua que discurre bajo mis pies. Con la iluminación de la luna, el lugar parece casi mágico, rodeado de esos delicados pétalos rosados por todos lados y reflejados como en un espejo en el silencioso río. Los árboles son tantos y acomodados de tal forma, que parece que sus ramas formaran un techo casi sobre mi cabeza.
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Jamás había visto algo tan hermoso, es simplemente increíble y desearía tener mi teléfono para poder sacar una foto de este paisaje idílico, pero al pasar las manos por mi cuerpo para buscarlo, soy consciente de que, primero, no lo traigo encima y, segundo, que estoy con un kimono que no tengo ni idea de dónde es que salió y cómo es que lo traigo puesto o porqué.
No voy a negar que es muy hermoso, porque sería una mentira total: rojo con detalles florales de rosas entre rosa y naranja con ramas delicadas en tonos verdes, es de cuello de pico que se alza por los hombros y con un collar de la misma tela unido al kimono por unas finas cadenas plateadas. Las mangas son anchas y en punta y lleva una estola a modo de cinturón en colores bordó, negro y amarillo. ¿De quién será?
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Una ligera briza sopla y me hace notar otro detalle que pasó desapercibido para mí hasta el momento: mi cabello es largo, mucho, me llega por la cadera y tengo flequillo. ¿Qué está pasando?
