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Actualmente.
A B I G A I L

"Por favor, señorita Abigail Blumer, acercarse a la oficina del señor Roger Zum" La robótica voz de la secretaria de Roger resonó por todas las oficinas por medio del parlante, llegando a mi campo auditivo sin mi permiso.

Suspiré agotada.

Perezosamente empujé la silla giratoria hacia atrás y me puse de pie. Solté otro suspiro y sonreí lo mejor que mi estado de animo me dejaba. Caminé rápidamente fuera de mi oficina para encaminarme hacia la de mi jefe, Roger. Él era una persona muy estricta y profesional. Creo que desde que empecé a trabajar aquí, nunca lo he visto sonreír. La leyenda dice, que siempre ha sido serio y nunca a reído. Nadie sabe el por qué.

Al llegar, toqué con mis nudillos de la mano derecha la puerta y de esta sonaron tres golpes secos. Pocos segundos después, la gran puerta de mármol se abre, permitiéndome ver el rostro de Zum.

- Buenos días, jefe - saludé cordialmente estirando mi mano a la espera que la agite, pero nunca lo hizo.

Baje mi mano sintiéndome rechazada y él se dio media vuelta. Lo seguí dentro de su oficina pero antes, cerré la puerta. Las paredes eran de un color hueso que le daban un poco más de espacio al lugar. Al centro, estaba colocado un grande escritorio de madera lijado perfectamente, atrás de este una silla giratoria mucho más grande que la mía y otras dos sillas normales adelante del mismo. Encima del ya dicho escritorio, varios papeles desordenado y un ordenador negro. Todo estaba igual que siempre.

- ¿Puedo ayudarle en algo? - pregunté ya que el ambiente estaba tenso.

Asintió.

- Siéntate - ordenó y yo rápidamente me senté en una de las dos sillas normales.

Él observaba con una ceja alzada y se veía pensativo. Minutos luego, él me imitó, con la única diferencia que se sentó el la inmensa silla giratoria.

- Bueno - dije - ¿Qué necesita?

- Necesito un gran favor - su voz rasposa habló.

Asentí.

- Dígame - lo incentivo a hablar.

- Hay uno nuevo - comenzó a decir - pero este es diferente.

- ¿A que se refiere con diferente? - confusa pregunté.

- Él se delató - explicó indiferente.

- Está bien, Creo ser lo mayormente responsable en este trabajo - digo - todos sabemos que los que se delatan, tienen un plan por el medio.

- Pienso lo mismo, señorita Blumer - declaró - No me dejó terminar.

Bajo la mirada para no permitirle ver mi leve sonrojo.

- Lo lamento - murmuro - Siga.

- Narcotraficante - y con esa palabra bastó para levantar la vista y abrir exageradamente los ojos.

- ¿Como dices que dijiste?

- Narcotrafi-

- Sí, ya lo escuché - lo interrumpo - Bueno, señor Roger, no sabía que este engendro era una persona realmente peligrosa como para hacer ese tipo de actos. Yo nunca antes había trabajado con niveles tan altos de maldad, no creo ser lo suficientemente estricta con este tipo de situaciones. - rápidamente hablo.

- Blumer, yo creo que usted ya esta preparada para otro nivel de trabajo. Además, la acenderé a otro puesto, donde ganará más dinero.

No sabía que decir, estaba completamente nerviosa. Si fallaba en este proyecto, lo más probable me despiden. Pero por otro lado, necesito de ese mayor sueldo.

Maybe [h.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora