Ni contigo ni sin ti

Recuerdos del pasado

*****NARRA ARIADNA******

-¿Así que te molesta que lo intente con tu compañera de piso, pero después te vas con Thomas a cenar?- Me preguntó, levantando la ceja de aquella manera tan sexy.

-No lo entiendes, ¿No? Me irrita que creas que me vas a poner celosa o algo, tienes cientos de mujeres más donde elegir aparte de Angélica.

-Deja de ser tan egocéntrica, ¿vale? Angélica está para mojar pan… y además es de mi tipo.

-Hay miles de mujeres de tu tipo por ahí, y eras tú el que decías que la odiabas cuando la conociste. “Demasiado gritona, con ansias de llamar la atención y creída”.-Contesté ya harta de explicarle mis motivos. Que en ningún momento tenían que ver con los celos, o eso quería creer.

-Las primeras impresiones engañan… creo que he decidido proclamarla la mujer de mi vida, sin compromisos, claro.-Se mofó, soltando una carcajada.

-Bufff, vete de aquí Wes, en serio. No te aguanto un segundo más.-Dije mientras le empujaba directamente hacia la puerta.

-Nos vemos después, guapa.-Dijo a modo de despido sensualmente, mofándose de mí.

Suspiré profundamente. Aunque debía reconocer que Wesley me atraía profundamente, sabía desde el principio que no era para mí.

cinco minutos más tarde, alguien llamó a la puerta, era Thomas.

-Hola preciosa, ¿Qué tal?-Saludó cariñosamente

-Hola, pasa pasa. No te lo vas a creer. Wesley y Angelica están liados… Entraron ayer a las 9 a la habitación y se acaba de ir.-Thomas me miró seriamente, como si le acabase de clavar un puñal en el pecho.

-¿Eso significa que Wesley va a pasar aquí muchísimo tiempo?-Preguntó malhumorado.

-Ay, Thomas, no lo sé. Por ahora solo ha sido cosa de una noche, pero sinceramente me da igual, lo único que sé es que antes se odiaban y ahora de repente…-Suspiré.

-¿Qué pasa, te molesta que Wesley esté con alguien?-Preguntó a modo de indirecta.

Lo miré, extrañada.

-No me puedo creer que aun estemos así, Thomas. ¿Piensas confiar en mi alguna vez?

-Ni siquiera me has querido decir si eres mi novia o no.-Me reprochó él, molesto.

-Llevamos menos de una semana saliendo. Pero ya que lo preguntas… No, no soy tu novia.-Contesté, irritada por sus comentarios.-

-¿Qué coño te pasa ahora?-Me gritó enfadado.

-¿Y a ti? ¡No has parado de reprocharme cosas desde que estás aquí!-Grité, moviéndome de un lado a otro de la habitación.

-Simplemente quería dejar las cosas claras, pero veo que sigues igual de indecisa que siempre.-Zanjó, saliendo a modo de portazo. Me tumbé en la cama, exhausta.

******Narra Thomas**********

Hola tío, ¿qué tal?-Preguntó Denis, mi compañero de piso.

-De puta madre, sí. He discutido con Ariadna, me ha gritado, le he gritado y básicamente me ha dicho que no era mi novia.- Bufé.

-¿Y eso? ¿A qué ha venido?-Preguntó extrañado mientras se servía un vaso de coca cola.

-Pregúntaselo a Wesley. Ahora le ha dado por enrollarse con Angélica, y algo me dice que no es ella la que más le gusta en ese piso.-Me dejé caer en el sofá, enfadado.

-Pensaba que ya lo teníais todo aclarado, ¿No te dijo Wesley que no se metería más?-

-Sí, pero el otro día discutimos y no sé, no somos muy amigos ahora mismo. Además puedo notar como la mira…Lo peor de todo es que no es esa típica mirada suya de “Qué ganas tengo de follarte” Sino algo diferente, y me preocupa.

-Bueno tío, si ella te ha elegido a ti es por algo, deja de rallarte.-Contestó Denis sin darle mucha importancia.

-No sé, sabes que ella me gusta muchísimo, pero no estoy seguro de poder estar así, siempre con celos. Creo que voy a seguir quedando con ella, pero saldré también con otras tías. He conocido a una chica, Carla se llama. Al principio no le hacía caso pero a decir verdad, está muy buena, así que hace unos días quedé con ella y bueno, parecía que la cosa iba bien. Ahora que Amalia me ha confirmado que no somos novios, supongo que puedo enrollarme con ella.

-Mala idea.-Sentenció Denis.Alguien picó a la puerta de repente.

-¡Hola!-Gritó una chica desde la puerta. De estatura bajo,su cuerpo parecía no haberse desarrollado más allá de los quince años. Morena de pelo y con un tono de piel oscuro, su expresión denotaba una clara superficialidad.

-Pasa, Carla.-Dije con tono seductor.-¿Te apetece cenar burritos? Los he preparado especialmente para ti.-

-¡Ayy que mono!-Respondió ella con voz de tonta.

----Narra Ariadna----

-¡EH, tía buena a dos metros!-Gritó Wesley desde el piso de abajo.

-Hola.-Le sonreí amablemente. Siempre me hacia reír y debía hacer de ver que no.

-¿Vas a ver a Thomas?-Asentí con la cabeza.-Guay, te abro. Subimos los dos pisos restantes, sin decir ni una palabra. Él me miraba de vez en cuando y se sonreía a si mismo a modo de burla.

Entramos en la casa, di un par de pasos y para mi sorpresa me encontré con algo bastante desagradable. Casi en estado de shock, miré fijamente a Thomas y a la mosquita muerta esa, que más bien parecía una niña. No se estaban besando, pero Thomas la rodeaba con sus brazos mientras bromeaban entre ellos.

-No te esperaba aquí.-Dijo Thomas impasible, tan solo girando su cabeza.

-Bueno, venía a disculparme, a decirte un par de cosas bonitas, en fin, que esto lo cambia todo.-Contesté irritada. Wesley nos miraba desde atrás, boquiabierto. Aunque hubiera podido ser una muy buena estrategia por su parte, estaba convencida de que aquello no había sido idea suya.

-Ari, tú dijiste que no éramos novios.-Se escusó Thomas, ahora algo más preocupado.

-Sí, lo dije. ¿Pero me he liado yo con alguien yo en el sofá de mi casa? La verdad es que no. Eres un capullo y si antes no llegábamos a novios, ahora no llegamos ni a amigos.-Me fui, cabreadísima lanzando un portazo.

-¿La has traído a propósito, cabrón?-Le dijo Thomas a Wesley.

-Mira tío, no tenía ni idea de que estabas dándote el lote con una zorrita en el sofá. Si lo hubiera sabido ni siquiera le hubiera dejado entrar. -Wesley se metió en su habitación, considerablemente cabreado.

-Lo siento Carla, será mejor que te vayas.-Dijo Thomas levantandose del sofá.

-Oye Tom, ¿En tu casa siempre pasan estos dramas? ¡Tendré que venir más a menudo! -Se mofó.

Thomas rió, algo molesto. La acompañó a la puerta con una mueca de preocupación en su cara. Sabía que su impsulividad le había jugado una mala pasada. Sabía que las cosas con Ariadna ya no volverían a ser nunca lo mismo. Sabía que en unas pocas horas, había fastidiado todo.