Decidí ignorar el hecho de que Tom tuviese una cita con la mosquita muerta de Carla y les cité a todos en la oficina de policía a las diez de la mañana del día siguiente.
“Solo tenemos una semana de plazo para hacer el trabajo, así que sintiéndolo mucho yo voy a ir mañana a las diez a la oficina de policía, quien quiera venir que venga y quien no pues no. De todas maneras, creo que todos tendríamos que conocer nuestras prioridades y saber que las citas se pueden posponer, pero los trabajos de universidad no.”-Envié el mensaje al grupo de whatsapp que habíamos creado para ello y suspiré, sin remordimiento alguno.
“Está claro que las citas con personas no son tus prioridades. Yo vendré unas horas y después me iré”. Contestó Tom enseguida. Apreté mis puños con fuerza, sentada en el sofá de mi casa mientras veía un reality show de vestidos de novia. Muy apropiado todo.
Decidí apagar el móvil y prepararme algo para comer. Alguien picó entonces al timbre, y para mi sorpresa era Wesley el que había decidido venir a hacer una visita.
-Hola.-Dije algo confusa.
-¿Está Angie?-Preguntó, aun con desprecio.
-Está en su habitación, pero está durmiendo y no deberías molestarla.-Contesté. Ignorando mis palabras me apartó de la entrada y se dispuso a ver a Angie.
-Wes, lo digo en serio, déjala en paz.-Le advertí subiendo mi tono de voz.
-No me digas lo que tengo que hacer.-Me contestó sin ni siquiera mirarme a la cara. No sabía que le pasaba conmigo, pero desde aquella noche ya no era el mismo conmigo, en absoluto. Le perseguí hasta la puerta de Angie, la cual abrió bruscamente para encontrar a Angie tirada en la cama mirando al techo pensativa.
-Angie, lo siento, le he dicho que no pasara.-Me excusé.
-Tranquila Ari, mejor déjanos solos.-Contestó, casi susurrando.
Wesley me miró desafiante y acto seguido entró, cerrando la puerta en mis narices. Suspiré abatida, confusa ante su actitud conmigo. No me parecía que me hubiese portado tan mal con él, y si se avergonzaba de lo que había dicho era culpa suya por haberlo hecho, no mía.
Volví a sentarme en el sofá, algo preocupada por lo difícil que se le podría llegar a hacer a Angie el darle una escusa sobre lo ocurrido la otra noche a Wesley, y si ello la derrumbaría debido al recuerdo de lo que había pasado.
Media hora más tarde, Wesley salió de la habitación, con una cara muy seria y mirándome fijamente. Se me acercó rápidamente, dispuesto a echarme algo en cara.
-¿En casa de una amiga, Ari?-Me preguntó irritado.
-¿De qué estás hablando?-Pregunté extrañada.
-No te hagas la tonta. Angie acaba de contármelo todo. No me puedo creer que me mintieras.-Me reprochó cada vez más enfadado.
-Wes, lo hice por respeto a Angie. Si ella ha decidido contártelo ha sido su decisión y solo su decisión.-Contesté, también irritada y apartando mi mirada de la suya mientras fingía mirar la televisión.
-Escusas. No me puedo creer lo equivocado que he estado contigo Ari. No solo eres una mentirosa, sino también una falsa.-Me insultó. Me levanté del sofá sobresaltada y muy ofendida antes sus palabras, dispuesta a pegarle una bofetada. Me agarró del brazo antes de que pudiera hacerlo pero ello no me detuvo a insultarle de vuelta.
-¿Pero tú quien te crees que eres para hablarme así?-Grité.- ¿Tú, que me manipulas a mí y a Tom para que no podamos estar juntos, y te lías con una de mis mejores amigas después de decirme que me quieres? El único falso aquí eres tú, ¿Me entiendes?-Grité de nuevo tratando que soltara mi brazo y sacudiéndome de un lado a otro. Wes pareció reflexionar sobre lo que le había dicho, y me soltó, apartando su mirada hacia el suelo. Me quedé mirándole fijamente, dispuesta a un segundo asalto, pero antes de que pudiera continuar él me interrumpió.
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Ni contigo ni sin ti
Fiksi Remaja¿Cómo decidir qué chico te conviene cuando no eres más que una universitaria desastrosa e indecisa? Ariadna creía tener muy claro desde el principio su amor por el Thomas, el rómantico empedernido, hasta que el mujeriego Wesley apareció en su vida p...