¿De regreso a la rutina? Nanami

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Nanami esperó pacientemente que empezara a oscurecer, tal como tenía planeado una vez terminada la cena y haber escuchado que no era necesario que ayudara se dirigió al cuarto que le asignaron no sin antes tomar un fármaco, una vez dentro del cuarto, cerró la puerta con llave así podría prepararse sin problemas mientras esperaba que aquel medicamento eliminaría la posibilidad de que la descubrieran si estaban usando binoculares de visión térmica.

En cuanto la noche reinó en aquel lugar, Nanami cuidadosamente abrió la puerta revisó que nadie estuviera por el pasillo, una vez hecho se colocó su máscara y empezó a correr para saltar hacia el primer piso, sabía que aquellas zapatillas no generarían ruido a pesar del impacto, así que escondiendo sus armas dentro de su chaqueta empezó a caminar hacia la entrada de la casa rumbo a su primer objetivo.

Matar no era nada nuevo para la peliazul, cuando fue militar en aquella guerra al 25 personas perdieron la vida a causa de ella, los motivos eran distintos pero al final era lo mismo. Pero claro, Nanami sabía que Umi hubiera atacado a los intrusos de una forma honrada, arriesgada como un samurái que sigue sus ideales... ¿ella? Aprendió algo vital de la escuela "sobrevive a toda costa" entre vivir y morir cosas como el honor o una jugada arriesgada no importaban para nada.

-Uno menos- pensó mientras revisaba el equipo- él al menos no tenía visión térmica.... pero no debo confiarme- inyecta una dosis de nitrógeno al cuerpo-

El amanecer se acercaba peligrosamente, y Nanami no encontraba un final a esto, al parecer hacían relevos cada 4 horas, ya que cuando al fin reunía todos los cuerpos y los escondía se percataba que a la distancia más espías llegaban, ya no tenía municiones de su rifle, de sus pistolas tampoco, solo tenía sus dos katanas más las cuchillas de caza que tenía escondidas para dar un ataque sorpresa.

-Vamos... acércate- pensó escondida mientras lanzaba una roca cerca del espía- necesito esa arma....-

-¿Qué fue eso?- dijo girándose-

Cuando la joven estaba por hacer su ataque el sonido una bala silenciada la detuvo, delanta suyo había una mujer mirándola con una sonrisa burlona.

-Lo tenía todo controlado Nozomi-

-Sí como no- dijo guardando el arma- ¿cuántos quedan?-

-Hace 2 horas unos 6, ahora no sé... ¿Hice mucho ruido?-

-No tanto, desperté cuando escuché el ruido de un hueso quebrarse.... justo en frente de mi pieza-

-Se me escapó uno.... pero no dejé rastro de sangre-

-¿Te quedan municiones?-

-¿Estaría usando un cuchillo si tuviera munición?-

-Buen punto-

Cerca de las 6 de la mañana las dos mujeres terminaron su labor, escondieron los cuerpos y se contactaron con el vecino de Nanami, el líder de la mafia más peligrosa para que se encargara del resto.

Con mucho cuidado las dos entraron a la casa para volver a sus cuartos, esconder los uniformes y armas.... la peliazul si tenía suerte dormiría unos dos horas antes de tener que .conducir de regreso a su casa, mientras que Nozomi sabía que podría dormir sin problemas durante la mañana si lo necesitaba.

El Destino Nunca CambiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora