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Mis zancadas me trasladan más rápido de lo que pienso al lugar de donde vienen los gritos, un auto varado en la mitad del puente que cruza el arroyo Yellow Jacket y dos hombres peleando contra unos quince muertos - vivos. Me acerco dejando atrás mi mochila con provisiones y con el hacha parto unos cráneos putrefactos, estoy tratando de quitar mi arma del cuerpo de un muerto -odio cuando las cosas riman o no tienen un sentido lógico- cuando un cadáver animado intenta morderme el cuello, una flecha atraviesa su fea cabeza dejándolo inmóvil a mi lado, ignoro en su totalidad el hecho de que me haya salvado quién sabe quién y sigo con mi obra del día, ayudar a los aparentemente latinos a combatir a los podridos.

-¡Ayúdame!- grito al hombre pero al parecer no entiende. Tiro a uno de los muertos al arroyo y les indico subir al auto, la mujer dentro del mismo me mira agradecida -supongo- y luego de unos segundos el auto avanza dejándome sola de nuevo, cuando me dirijo hacia mi mochila una mano -bastante grande- sostiene mi brazo, me quejo y cuando volteo veo al tipo de las flechas, bueno, de la ballesta.

-¡Suéltame!- grito furiosa al hombre que casi rompe mi brazo. Baja la ballesta y toma mi otro brazo.

-¿Quién eres?-gruñe, bueno, era de esperarse. Tiene cara de pocos amigos.

-Tu peor pesadilla.-dicho esto le doy una fuerte patada en la entrepierna y tomo mi hacha para correr en dirección contraria. Aun a unos dos metros escucho sus quejidos; volteo a verle y cuando quiero retomar mi camino choco con un hombre sin una mano que me sonríe cínico.

-¿Tienes prisa bonita?-luego se decir eso ríe. Mierda.

-Mucha, así que mueve tu trasero y déjame pasar.-le reto, ay Natalie.

-Te dejaría ir pero le has quitado la posibilidad de tener hijos a mi hermanita.-se burla. La verdad sí me causa gracia.

-Él se lo buscó, le dije que me soltara.-afirmo autosuficiente. -Ahora déjame pasar.-niega.

-Merle Dixon.-se presenta y me sonríe. Me quedo en silencio. -Bonita es ahora donde tú dices tú nombre.-Idiota.

-Cómo dije, soy su peor pesadilla.-hago una reverencia con cinismo y sólo ríe, luego llega el tipo de antes, parece que el dolor le ha pasado.

-Él es Daryl, o era Daryl, tal vez lo hiciste mujer.-se burla de nuevo causando una mirada hostil por parte del hombre de la ballesta, o Daryl.

-Mucho gusto.-mi sarcasmo entra en acción. -Ahora Mario déjame pasar.-digo haciendo ademanes.

-Me llamo Merle, y no hasta que me digas tu nombre.-me rindo, si yo soy una persona que desespera Merle o como sea me supera.

-Jennifer Aniston.-no sé por qué recuerdo a tal actriz, pero dije lo primero que me vino a la mente.

-Ese no es tu nombre, era el de una famosa bastante buena.-afirma sonriendo.

-¡Dios! Me llamo Natalie Christensen, ahora quítate de mi camino.-se hace a un lado y me deja seguir mi camino, por fin. Mis pasos son nerviosos, tal vez de tanta adrenalina junta.

-¡Adiós Jennifer Aniston!-grita y hace le levante el dedo medio mientras camino. Ni siquiera tuve oportunidad de limpiar mi hacha, así que está llena de sangre podrida.

Para variar dejé mis provisiones donde esos dos, perfecto Nat, la cagaste otra vez. Llego a una cabaña no tan mala para pasar la noche, no encuentro nada así que salgo a buscar comida ya que aún me quedan unas horas de luz.

Una tienda de licor fue mi salvación, y no por el licor. Al parecer el vendedor era un tipo ansioso y comía todo el día, porque encontré comida escondida bajo el recibidor. Con una sonrisa plasmada en el rostro me dirijo a la fea cabaña algo apartada de todo, una gran horda de muertos reanimados se acerca a paso acelerado, aparto mi comida en un rincón y me acerco a ellos con la intención de acabarlos, ni loca rodeo el pueblo, me llevaría horas.

Unos veinte muertos tirados a mí alrededor, sólo faltan cinco, tengo dificultades al combatirlos y cuando uno está a punto de morder mi pierna un cuchillo se entierra en su cabeza, aniquilo al cadáver que tengo al frente y cuando veo a mi salvador me lamento de nuevo.

Mario o como se llame y su hermano, -al que creo dejé estéril - vienen corriendo a toda prisa hacia mí, agradezco a mi mala suerte y corro a tomar mi comida para huir de ellos.

-¡Jennifer Aniston! ¡Espera!- de acuerdo, tengo ganas de matarlo. Me escabullo por una calle angosta pero para mi suerte está bloqueada por una inmensa pared de ladrillos casi desechos, si quiero conservar mis pertenencias es imposible de escalar.

El hermano de Mario me apunta con la ballesta, al parecer no tiene mucho cerebro, cualquiera se daría cuenta que no tengo posibilidades contra ellos. Ni en sueños.

-¡Baja eso!- le digo y niega. -¡Sabes que son dos contra uno!- afirmo y duda en bajar el arma. Al cabo de unos segundos lo hace.

-Vaya Jennifer Aniston, son dos veces salvada por nosotros.-insinúa Mario.

-Mario, nunca pedí su ayuda.-rueda los ojos y alza el dedo índice.

-Dos cosas, uno; no soy Mario, es M e r l e. Dos: al final te salvamos, y sin nosotros no estarías aquí peleando.-en parte es cierto. Miro al hermano de Merle y noto que trae mi mochila en la espalda.

-Muy bien, haré esto lo más delicada posible, Daryl, ¿Me puedes dar mi maldita mochila? Me rompí el culo buscando por días todo lo que llevo ahí y te juro que si no la recupero eres hombre muerto, Merle, por favor deja de quejarte, me da un muy fuerte dolor de cabeza cada que escucho tu algo odiosa voz. Y les recuerdo que no pedí su puta ayuda, ni siquiera grité por auxilio.-sonrío al terminar de hablar. Ambos hombres me miran atónitos, Daryl baja la mochila y la avienta con un brazo, la atrapo con ambas manos y aun así el peso que lleva dentro hace que caiga al piso. Trato de disimular y los miro "alegre". -Con permiso.-musito pero me impiden pasar.

-¿Tienes un lugar dónde pasar la noche?- pregunta Daryl, al demonio.

-Sí, bastante seguro.-digo y luego sé que me he condenado yo sola, ya que los hermanitos me siguen el paso hasta llegar a mi cabaña.

Y de nuevo, metí la pata hasta el fondo.

Arrow #PTWD2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora