I don't hate you

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-¿Parece que quiero un maldito cigarrillo?- pregunto molesta, limpiando mi cara. -Joder Daryl, déjame en paz.- exclamo levantándome. Daryl toma mi mano. Una sensación conocida se manifiesta en mi estómago.

-No.- dice decidido. -No te voy a dejar, Nat.- niego riendo llena de ironía.

-Es lo único que te estoy pidiendo, déjame.- niega tomando mis brazos. Cierro los ojos mientras forcejeo para que me deje libre. -¡Puta madre Dixon!- chillo cuando me toma con más fuerza. -¡Déjame!-

-Eres la mujer más terca del mundo.-asiento retorciendo mi cuerpo entre sus manos.

-Sí, seré la peor del mundo, ahora déjame.- niega de nuevo.

-Hablemos.- dice cansado.

-No quiero.- hablo furiosa. No puedo verle a la cara sin recordar aquel día. -¿Recuerdas el día que te conocí?- pregunto. Asiente. -Podría patearte aún más fuerte.- suspira cabreado.

-Sí, sí, Nata. Haz lo que quieras.- me dice prácticamente ignorando lo que dije.

-Suéltame.- chillo haciendo una mueca. -Es lo único que te estoy pidiendo, joder.- niega.

-Te ves hermosa enojada.- hace una pausa, acabando con mi poca paciencia. -Te ves hermosa sea como sea.-

-No intentes las tácticas de Martínez.- digo rodando los ojos. -Conmigo no funcionan, idiota.-

-¿Soy un idiota?- pregunta, asiento mirándolo incrédula.

-¿Te atreves a preguntarlo?- alza una ceja.

-Estoy idiota por ti.- río.

-¿Ahora eres Romeo?- pregunto furiosa. -Sólo déjame y cada quien por su propio camino Dixon.- digo cansada.

-¿Me amas?- pregunta intentando que lo mire a los ojos. Esquivo su mirada lo más que puedo.

-¡Déjame!- me quejo de nuevo.

-¡Di que no me amas!- dice gritando. -Dímelo viéndome a los ojos, Nat. Dime que no sigues sintiendo nada por mí y te juro que te dejo en paz.- trago saliva.

-Sólo déjame, carajo.- intento evadir su pregunta. Obviamente siento algo demasiado fuerte por él aunque quiera esconderlo.

-Dilo.- golpeo su pecho como puedo. -¡Dilo!- dice acercándose cada vez más. Siento su aliento directo en mi rostro. -Sólo dilo Nat.- junta su frente con la mía. Cierro los ojos y respiro con dificultad. -Dilo Nata.- dice suave.

Lo odio. Lo odio porque aunque quiera no puedo evitar sentir algo por él. Lo odio porque sé que jamás se va a rendir y aunque me vaya a Argentina no me va a dejar en paz.

-Yo...-susurro. -Tengo que ir a...-me interrumpe cuando voy a caminar hacia la entrada.

-Natalie.- niego aún presa de sus manos. -Sólo dime.- ruega con los ojos llorosos. Maldición.

-Nadie puede olvidar a nadie de la noche a la mañana. Eso es obvio, Dixon.- digo más tranquila. -Pero entiéndeme, me lastimaste muy...fuerte.- suspira, yo también. -Esto no significa que no siento nada.-

-Nat.- niego. -¿Qué quieres que haga?- pregunta tomando su cabeza entre sus manos.

-No tengo la solución.- exclamo soltando una risa casi imperceptible.

-Te amo, joder.- dice de una forma dulce pero a la vez a su típico estilo de cazador solitario.

-No...- comienzo a hablar, pero Dixon no me deja continuar.

Arrow #PTWD2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora