Duele, todo mi cuerpo duele, mi espalda y brazos en especial. Abro los ojos, todo está oscuro, como la noche. Mis piernas están atadas con fuerza, ahora sé por qué mis brazos y espalda duelen. Estoy atada con los brazos estirados hacia arriba, a una especie de pilar de cemento, o metal. Mi boca está amordazada con un pañuelo de olor desagradable, mejor ni hablo del sabor. Intento moverme, inútil.
Comienzo a recordar, estaba con Carol, la ayudaba a quemar cuerpos a las afueras de la prisión, luego dolor. Tres personas estaban presentes cuando caí inconsciente. Maldita perra.
Una puerta que rechina demasiado se abre dejando pasar la luz, directo a mi rostro. Cierro los ojos no sin antes distinguir una silueta masculina de pie en el marco de la puerta. Los abro cuando siento que encienden una luz, un foco en centro de la habitación me deja darme cuenta de todo. Carol tenía un trato o algo con el Gobernador. El nada guapo hombre me mira con las manos posadas en la cintura. En la habitación hay una mesa, dos sillas y el tubo de metal al que estoy amarrada.-¿Natalie cierto?- se acerca dando pasos pequeños. -Mi nombre es Philip Blake.-sonríe mientras quita el asqueroso pañuelo de mi boca.
-¿Y qué quieres que haga? ¿Te aplaudo por ser Philip Blake?-ríe.
-Me dijeron que eras insolente, e incluso irritante. No se equivocaban.- asiento.
-¿Puedo preguntarte una cosa?-digo siendo más "amable". Asiente. -¿Eso te lo dijo Carol? Es que sinceramente, ella y yo no nos llevamos nada bien. Problemas de mujeres.-digo haciendo un gesto divertido. Se sorprende al escuchar de Carol, pero trata de disimular.
-Si cooperas no pasará nada cariño.-toca mi mejilla, muevo la cabeza para evitar contacto con él. -Sólo necesito matar a todo tu grupo, si cooperas, quedarás viva, incluso aquí, en Woodbury.-sonrío. Alzo las cejas divertida.
-Estoy segura que ese no es el acuerdo con Carol.- alza los hombros.
-La gente cambia de parecer.-asiento.
-Tengo otra pregunta.- asiente dando a entender que hable. -¿Qué te hace pensar que los voy a traicionar?-sonríe. Mira hacia la puerta.
-¡Williams! ¡Elizalde!- dos hombres entran armados hasta los dientes, pero con cables de corriente y todo tipo de herramientas que usaría un cirujano. Me mira sonriendo, igual que los otros dos tipos. -Ya lo verás.- lo miro desafiante. Si piensa torturarme que lo haga de una vez.
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Tal vez pasaron dos horas, pero fueron como dos siglos. Varios golpes y un poco de electricidad han acabado con mi energía para maldecir a los tres hombres. Philip ha parecido satisfecho con mis gritos de dolor. Un enfermo mental sin duda. Me han dejado sola en la habitación, con las luces apagadas y atada como al principio, extraño la tranquilidad de la prisión. Elizalde o como se llame no parece mal tipo, pero Williams es como un tuerto en pequeño. Uno de mis ojos se ha cerrado por completo gracias a la hinchazón a causa de un golpe, Estoy casi segura que mi espalda está inundada de moratones color morado o azul, incluso verdes ya que Williams tenía un cinturón a la mano. De milagro estoy viva. La sed me hace pensar en ríos, lagos, mares, hasta imagino un camión de agua llegar a salvarme. Realmente detesto a Carol, cuando la vea la voy a asesinar lenta y dolorosamente, ¿Tan irritante soy que me manda matar con el que carece de un ojo? y luego está Dixon, me refiero a Daryl, ese idiota que decidió creerle a Carol, sabía que algo andaba mal.
Lo único que temo es que me usen en contra del grupo, en contra de gente inocente como Beth, o Maggie, además, no puedo simplemente dejarme morir en un cuarto de Woodbury. Le debo entregar el reproductor de música a Glenn, soy una mujer de palabra. Me animo con cosas simples, hasta que formo una sonrisa.
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Arrow #PTWD2016
Fanfiction-¡Suéltame!-grito furiosa al hombre que casi rompe mi brazo. Baja la ballesta y toma mi otro brazo. -¿Quién eres?-gruñe, bueno, era de esperarse. Tiene cara de pocos amigos. -Tú peor pesadilla.-dicho esto le doy una fuerte patada en la entrepierna...