Capítulo 15

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La luna estaba mostrando su oscuro rostro. Emilie estaba dispuesta a volver a escapar pero ésta vez confrontaría al hombre lobo y le demostraría que no todas las personas son malas. Pondría sus nervios de acero para no asustarse y huir nuevamente.
Salió del castillo y se adentró por el bosque hasta encontrar a Thanos recostado bajo un árbol, quien con su rostro pensativo enjugaba sus ojos con sus manos.
- ¿Estás bien? –Preguntó ella.
- Emilie... volviste –Dijo con sorpresa.

Ambos permanecieron en silencio.
- Estaba preocupada por ti.
- ¿Preocupada? ¿Por qué? Te he tratado muy mal cuando querías ayudarme. No merezco que estés aquí.
- No te preocupes. Todo está bien –Respondió acercándose.

De su cesta sacó unas manzanas y se las ofreció a su amigo quien tímidamente las tomó.
- He traído un libro para que leamos. De seguro pasas mucho tiempo aburrido y no hay mejor forma de entretenerte leyendo un buen libro –Aseguró.
- ¿Me leerás una historia? –Preguntó con su hocico abierto y muy impresionado.
- De ahora en adelante te haré compañía –Y sonrió.

Thanos sintió como su corazón se enternecía. Nunca alguien se había tomado la molestia de acompañarle y se preocupaba por él.
Pasaron dos meses y medio que transcurrieron rápidamente. Emilie y el hombre lobo charlaban mucho, jugaban a imaginarse en situaciones fantásticas como las que relataban las historias fantásticas, caminaban por el bosque y se deleitaban con el cantar de las aves, recogían flores y comían frutas silvestres.
La princesa había decido quedarse varios días seguidos sin volver al castillo. Después de todo, su sombra le reemplazaría en su ausencia.
- Jamás imaginé que una criatura tan temible tuviese un corazón tan compasivo. Luce aterrador pero en verdad es tímido y sé que tiene mucho para dar a pesar que escasamente lo demuestre en su rudeza –Pensó ella.


- Siempre creí que los humanos eran violentos e interesados como muchos que he visto en la comarca. Pero me doy cuenta que solo me fijé en las cosas malas y no en las obras buenas. En verdad ella es maravillosa –Pensó él.

Emilie se recostó sobre la grama bajo un gran árbol de roble. Thanos se posó detrás de ella y descansó a su lado. Él solía envolverle con sus enormes y peludos brazos para poder sentir que le protegía.
Durante los meses transcurridos, la sombra de la princesa se mostró accesible a todo lo que decía su madre y también ante las propuestas de Nerón. Finalmente éste le pidió matrimonio y ésta aceptó.

Emilie y el Hombre LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora