Berlín, año 2016
"Qué sabrán ellos,
los que juzgan,
los que señalan con su dedo,
los que dicen no haber errado nunca.
Qué sabrán ellos,
si nunca han andado en mis zapatos,
si nunca han perdido la cordura,
si nunca han volado.
Qué sabrán ellos,
los que nunca se han mirado en el espejo
y no han logrado reconocerse.
Qué sabrán ellos
de lo importante que es perderse,
para volver a encontrarse"
***
Evidentemente, Chaeyoung no se encontraba bien. Al día siguiente de su improvisada cena con Mina ni siquiera se sentía con fuerzas de ir a trabajar, pero disimular ante Yeri y, sobre todo, la esperanza de volver a verla en el andén, fueron más fuertes que su incipiente frustración por saber que nunca iba a lograr ser feliz al cien por cien. No sin ella. Por suerte para ella, Yeri estaba absorta en su trabajo y no se percató de que algo había cambiado en la mirada y en los besos de Chaeyoung; la reunión había ido bastante bien y ahora tenía por delante unos días de auténtica locura. Como siempre decía ella, el buen trabajo tiene como recompensa más trabajo.
En el andén de Charlottenburg dirección Spandau, dejó pasar dos trenes, esperando verla en cualquier momento dentro del S-Bahn o mejor, equivocándose de nuevo de parada solo por verle. Pero al tercer intento se vio tan ridícula esperando por alguien que no quería esperarle a ella, que decidió subir, no sin antes revisar de nuevo con la mirada el vagón al completo. Ni rastro de su perfume.
El sábado fue con Yeri a hacer la compra semanal, hicieron juntas las tareas de la casa y decidieron bajar a comer algo a las terrazas del barrio para no tener que cocinar. Yeri sugirió sentarse en el Windburger, donde hacía unos días había disfrutado de la presencia de Mina, pero Chaeyoung le quitó rápido la idea de la cabeza. No quería que nada modificara cualquier mínimo recuerdo de aquel encuentro. Al menos, no por ahora. Sugirió bajar hasta Dollinger, algo que a su mujer le pareció también una gran idea.
—¿Qué vas a hacer esta noche? ¿Vas a aprovechar tus ratitos de soledad para componer algo nuevo o llamarás a Tzuyu para tomar algo? Puedes decirle que se venga a casa, ya sabes que siempre es bienvenida.
—¿Esta noche? Oh... había olvidado que tenías la entrega de premios en Postdam. ¿De verdad no quieres volver para dormir? Está cerca.
—No sabemos a qué hora terminaremos y sale más caro coger un taxi que pasar la noche. Las chicas ya han reservado un hotel en la misma calle del evento. Sabes que no me gustan nada esos actos, pero...
—Lo sé, sé que forma parte de tu trabajo. ¿Se espera mucho postureo?
—Dicen que estará plagado de blogueras. ¡No te digo más! –las dos rieron—. No sé qué pintan en una entrega de premios de medicina, pero... bueno, así es este mundo. Si no haces acto de presencia, no eres nadie. A ver si para la siguiente me puedo escaquear y que vaya el jefe.
—Sabes que al final lo pasarás bien —dio un sorbo a su cerveza y de pronto, lo vio todo claro—. No te preocupes por mí, ya veré qué hago. Aprovecharé para componer algo o a unas malas, pediré pizza y me pasaré la noche jugando a videojuegos ya que tú nunca me dejas —le guiñó un ojo y de nuevo, bebió otro sorbo. Cuando se ponía nerviosa y tenía una copa entre manos, no podía dejar de llevársela a la boca como si se tratara de un tic nervioso.
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Lo que nunca fue - MICHAENG
أدب المراهقينAl borde de su muerte, Chaeyoung no puede evitar recordar a Mina y el breve instante de vida que compartieron en Berlín. No era su momento ni su lugar. Descubre una bonita historia de amor de dos almas unidas por siempre por un invisible hilo rojo. ...