1K 32 0
                                    


–Que raro que las chicas no han llegado– dije frunciendo el ceño y separándome de él para revisar mi celular lo que al mismo tiempo provocó que él volteara los ojos pasándose la mano derecha por su cabeza.

–No puedo creer que lo acabamos de hablar y sigas con lo mismo– me dice confundido.

–Pues que quieres que haga, son mis amigas y me preocupan– dije mientras llamaba a Miriam.

–Pues si, pero ahora estás conmigo y podemos hacer otras cosas en vez de ir a una discoteca– dice con una mirada provocadora

Me límite a sonreírle mientras volvía a llamar a mis amigas que no me contestaban ninguna llamada y tampoco los mensajes.

–Que raro– dije mientras mordía mi uña nerviosamente

–Capaz se olvidaron de tí y se fueron– dice abrazándome de la cintura por atrás.

–No creo que sean así conmigo, estaban muy felices porque iríamos las tres juntas– digo un tanto obvia

–No sé amor, ¿Será que les pasó algo?– dice entendiendo la situación.

–Espero que no– dije angustiada porque ya había pasado mucho tiempo.

–Relájate, si les hubiera pasado algo ya te hubieran llamado a ti de cualquier lado– dice besándome de una manera muy suave, que en parte me tranquilizó.

–No, ya no aguanto. Vamos a buscarlas– dije deteniendo los besos y separándome de él.

–Oye no calientes lo que no te vas a comer– dice haciéndome puchero lo que hizo que se viera muy tierno.

–Vamos amor ayúdame– dije mientras lo agarraba del brazo para sacarlo porque sino se quedaba y me convencía de ver Netflix.

(...)

–No sé cómo me convenciste de venir a buscar a tus amigas que no me caen bien– dice callendo en cuenta de lo que yo había logrado.

–Amor hazlo por mí– dije con carita tierna haciendo que él asienta sonriendo– además son las once de la noche y no iba a salir sola o ¿me dejarías?– dije mirándolo fijamente

–No como crees que dejaría a mi princesa sola a estas horas en la calle– dijo mientras me agarraba desprevenida de la cintura lo que hizo que me asustara por un momento y me alzó hasta sus hombros quedando arriba suyo, era muy tierno cuando quería.

–Eres un bobo– le dije mientras reía por lo que acababa de hacer

–Un bobo enamorado– recalcó, lo que hizo que me sonrojara y sonriera de lo lindo que se había escuchado.

–Amor ¿por qué vamos caminando en vez de ir en tu moto?– dice sin encontrar alguna lógica.

–Porque la casa de Diana queda a tan solo veinte cuadras– dije sin darle mucha importancia

–¿¡Veinte cuadras!? estas loca, hubiéramos ido en la moto.

–No, además quería pasar un rato contigo caminando para hablar y preguntarte algo que en serio no entiendo– dije un poco inquieta

–Ok bebé, ¿cuál es tu duda?– dice tranquilo y bajandome para quedar frente a frente.

–Pero quiero que me respondas con toda la sinceridad del mundo– dije seria, y noté cómo se empezó a preocupar.

–Dale pregúntame que me estás asustando con tu suspenso– dice confundido

–Quería saber el motivo por el que odias a las chicas– dije de una vez por todas

–Amor, no es que las odie, solo no me gusta la actitud de ellas.– dice un poco  más tranquilo.

–¿Pero que actitud?– dije haciendo seña de que sigamos caminando.

–Pues... Diana es muy loca y mantiene de fiesta en fiesta, emborrachándose cada nada y no me gusta eso– dijo en desacuerdo

–Amor estás exagerando, ella no es así– dije, haciendo que me mirara con los ojos entrecerrados– bueno capaz que si es así pero no todo el tiempo– dije haciéndola quedar bien.

–¡Ay Por favor Vanessa! como me vas a decir que no es así, a ver... dime cuantas veces te ha invitado a salir a rumbear está semana– dijo retandome.

Hice memoria y era verdad, me había invitado el lunes, miércoles, jueves y hoy viernes.

–Si ves que si es así– dijo al notar mi silencio y dándole a entender que tenía razón.

–Bueno capaz que es alcohólica pero es mi amiga y me ha ayudado mucho emocionalmente y lo sabes– dije

–Bueno si, te ayudó pero no te conviene– dijo logrando fruncir mi ceño

–¿Y cómo sabes que me conviene y que no?– dije realmente curiosa, haciendo que se ría al ver mi cara.

–No te rías que esto es serio– dije molesta por burlarse.

¿Me ocultaba algo? ¿Sabía algo que yo no? ¿Cómo la conocía tanto? ¿Será esa la razón o me estará mintiendo? Surgieron muchas dudas al ver que no me especificaba bien y trataba de cambiar el tema preguntando cuánto falta y cosas similares.

–¡Amor!– grita llamando mi atención y sacándome de mis pensamientos– te estoy llamando por tercera vez y no me respondes– dijo preocupado– ¿Te pasa algo?

–No, tranquilo– digo sonriendo y él me asiente un poco inseguro.

–Sabes que podemos hablar de cualquier tema sin pena– me dijo acordándome y yo asentí.

–Gracias amor– digo mientras le doy un pico haciendo que me sonría.

(...)

–Es esa– dije señalando la casa que tenía mucha gente adentro y afuera, estaba confundida.

–Espera amor, ¿la fiesta era acá?– dice sospechando– ¿tu lo sabías verdad?

–¡Nooo! como crees que te haría esto– respondí su pregunta.

Si era muy maldadosa con él y si lo haría, pero siempre supe que no les agradaba, así que no iba a buscar una pelea innecesaria.

–Yo no voy a entrar– dice afirmando

–Amor te ves bien–le digo sonriendo para que tenga confianza y vaya conmigo.

–No...– hice mueca por su respuesta– no es eso, solo que sabes cómo es Diana y se va a poner muy ebria y ya te dije que no me gusta, y hay gente que no conozco– explicó un poco exaltado cosa que yo noté y sabía que me estaba ocultando algo.

–Pero por qué te preocupa tanto cómo estará Diana, vas conmigo Diego– dije su nombre para que pensará un celo de mi parte– además ¿por qué te importa tanto lo que haga ella?– pregunté molesta

–Amor...¿estás celosa?– en el espacio de sus palabras se remojo sus labios clavando mi atención en ellos.

Lo miré con deseo por su gesto, se veía tan hermoso, ya lo era pero relamerse de esa manera se veía muy atractivo. Vi moviendo sus labios en cámara lenta.

–¡¡Amor!!– intérprete su movimiento vocal y reaccione.

–Eh...¿que? ¿Que paso?– dije viéndolo a los ojos.

–Deja de mirar mis labios si no los vas a besar– dijo apejandome más a su cuerpo haciéndome estremecer por sus palabras porque se significaba que estaba viendo cómo lo miraba con deseo y yo ponía cara de mensa.

Nos besamos apasionadamente haciendo que nos chiflen, estábamos en público y yo no me acordaba por un momento, me sonrojee de la vergüenza y me escondí en su cuello.

–Que vergüenza amor– le dije tímida.

No pasa nada cariño– dice haciéndome mimos
















|I.                  {•------» . «------•}               .I|


La acompañará?
¿ creen que pasa algo entre Diego y Diana?

Eres un tarado/ Mateo PalaciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora