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* Tres días después*

Y ahí estaba yo, llorando al ver a mi mamá despedirse antes de que el avión arranque, estaba muy nerviosa pero a la vez emocionada, Argentina es un país hermoso y uno de mis favoritos, además no se porque me preocupo tanto si solo voy a pasar unos meses allá.

(...)

Llegué a mi habitación, desempaqué todo organizando lo, pedí un domicilio y me senté en el sofá a ver mis horarios, empezaba hoy a las seis de la noche.

Al pasar unos minutos llegó mi domicilio y almorcé mientras seguía viendo mi serie.

Estaba tan aburrida que decidí dar una vuelta, justo salió una chica de su apartamento se veía de mi edad y era muy bonita. Salimos que si al mismo tiempo, pero a diferencia de mí ella llevaba un perro.

–Hola linda– me saluda la chica de una manera muy amable

–Hola– le digo dedicándole una sonrisa

–Sos nueva no?– pregunta mientras me mira de arriba a abajo, eso me hizo sentir insegura, capaz estaba mal vestida.

– ehh si, soy nueva tanto acá como en el país– dije un poco incómoda

–Ohh, pues si quieres te enseño parte de Buenos Aires, claro, si tenés tiempo.– dice ella mirando la hora, apenas eran las cuatro, así que tenía una hora.

–Ehh si, muchas gracias– digo y nos dirigimos hacia la salida para irnos.

Llevábamos mucho tiempo hablando, riendo y paseando al perro y a la vez jugando con éste mismo. Ella era muy parecida a mi en cuanto personalidad.

–Entonces... ¿A qué viniste a Argentina?

–Vine por trabajo, soy fotografía–dije orgullosa

–Genial, siempre amé esa carrera pero mis padres me obligaron a estudiar derecho– dice girando los ojos y un poco triste– ¿y dónde vas a trabajar?.

–En distintos lugares– digo mientras noto como frunce el entrecejo confundida– Tengo que tomar fotos a unos raperos de acá que estarán en una competencia llamada FMC algo así creo.

– jaja mal, boluda es FMS– dice entre carcajadas fuertes, que logro que yo ría con ella.

–Bueno, dije algo así, no sé muy bien de esto.– me justifique

–A mi por lo personal me gusta esta movida, y hoy voy a ir, si querés vamos juntas– dice y yo asiento

–Bueno vamos para la casa que ya está tarde y tengo que trabajar.

(...)

Ya eran las cinco y media y yo estaba sentada en el sillón de la casa de Emma esperando mientras se maquillaba para irnos.

–Dale, apresúrate– dije ya estresada, como era posible que mi primer día y llegaba tarde, daría una mala impresión.

–Bue, hay que estar bien presentables para esos bombonazos– dice mientras se mordía su labio

–jaja ¿cuáles? ¿Que dices?– pregunté molestando

Eres un tarado/ Mateo PalaciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora