853 34 1
                                    

–¡¡Hola amiga!!, Pasa– dice Diana al verme parada en el marco de la puerta de su casa, con su voz notaba que estaba un poco ebria.

–Hola– le dí un beso en el cachete en forma de saludo.

–Viniste con Diego por lo que veo– dirigió su mirada a Diego y lo veía muy coqueta, la sangre me hirvió cuando lo miró de esa manera.

–Amor tranquila, está borracha– me susurra Diego con tal de tranquilizarme.

Era verdad, estaba ebria y podía decir cualquier cosa que se le viniera incluso sin pensarlo, se que Diego me ama y no me haría nada de esto y menos con una mis mejores amigas.

–¿Dónde está Miriam?– le pregunté a Diana quien no paraba de mirar a Diego pero él le miraba incómodo, yo ya me estaba poniendo nerviosa.

–Emm... Mi prima debe de estar bailando, bebiendo o quizás con un chico. La verdad no sé– respondió encogiéndose de brazos.

¡Ey! ¡Diana alguien se vómito!– pudimos escuchar a un chico alto y morocho gritar desde la sala, Diana giró los ojos y se dirigió a donde ellos.

–Amor– me llamó Diego mientras yo  miraba al piso con ganas de llorar y muy insegura.

Lo miré y ví como él pudo notar que algo no andaba bien.

–¿Te pasa algo?– me preguntó levantando una ceja un poco preocupado.

–No, no me pasa nada, no te preocupes, son cosas mías he estado muy sensible estos días– dije mirándolo fijamente con un tono fuerte para que me escuche ya que había mucha gente y la música estaba muy alta.

–Mmm eso espero– dijo un poco dudoso por mi respuesta– si te pasa algo solo dímelo– me sonrió de una manera muy linda y yo asentí abrazándolo.

–Voy al baño, espérame aquí– le avisé y él asintió.

Fuí al baño que quedaba en el segundo piso, por las escaleras me encontré a Miriam besandose con un chico, la miré subiendo y bajando las cejas, ella me guiñó un ojo.

Entré al baño hice pis, me miré al espejo tratando de peinarme un poco, me retoqué el labial y salí nuevamente.

Cuando estaba bajando las escaleras ví una escena que me paró el corazón, no lo podía creer, esto era un mal entendido, Diego no estaba cogiendo a Diana por la cintura. Cuando me estaba acercando a ellos pude ver cómo se besaron, inmediatamente mi corazón se partió en mil pedazos y mis ojos se cristalizaron, mordí mi labio con rabia y me fui a pasos rápidos dónde ellos se encontraban.
Cuando Diego abrió los ojos después de ese beso largo e intenso me vió detrás de Diana destruída, el solo abrió los ojos sorprendido al verme en ese estado y seguramente avergonzado.
Yo me fui corriendo del lugar, no soportaba ver está escena.

–¡Ey! Vanne– escuché la voz de Diego y me detuve, me giré y ví como se acercaba mas a mi.

–¿Podemos hablar?– dijo con una cara angustiada

–No quiero saber nada de ti– dije como pude entre sollozos y mirando al suelo.

–No acabemos con esto... Por favor– dijo en modo de súplica– mírame a la cara– dijo con culpabilidad

Levanté mi vista con los ojos rojos de llorar y sabía que él se sentía culpable por lo que yo estaba pasando.

–¿Me perdonas?– dijo haciendo puchero y a mí no me conmovió para nada.

–¿Como se te ocurre decirme eso Juan Diego? Te besas con mi mejor amiga ¿y querés que me olvide de eso así como si nada? Así no son las cosas, te valió que lleváramos 2 años de relación– dije con la voz quebrada y volviendo a llorar

Él se acercó para abrazarme pero yo lo rechacé.

–No seas dramática, solo fue un beso– dijo restándole importancia

–Jajajaj dramática– dije en un tono sarcástico –Esto a mí sí me importa, yo si me tomo las cosas en serio y no voy a permitir ser cuerneada por vos y muchos menos con mi Ex mejor amiga– recalqué el ex. – además te dije que estaba muy sensible– agregué.

Bajó la vista por la vergüenza y culpabilidad que tenía, yo lo miré después de unos minutos de silencio y pensar todo.

–Ahora todo tiene sentido– dije captando su atención

Me miró con el ceño fruncido sin entender nada.

–Te preocupas tanto por ella porque es con la que pasas el rato, la conoces a la perfección y no querías que estuviera con nosotros porque sabías que pasaría esto.– dije mirándolo mal

Él se tapó la cara, dándome a entender que yo tenía la razón

–¿Me equivoco?– pregunté con miedo a lo que me respondiera

–No... – dijo en un suspiro, con esa respuesta me volvió mierda, estaba destruida y mis ojos se cristalizaron otra vez.

–¿No fuí suficiente para ti?– le pregunté y él se quedó callado e intentó acercarse.

–No, no te acerques, quiero mi espacio– pedí. –solo quiero que me digas una cosa, ¿cuánto llevan juntos?.

–C-cuatro... Meses.– dice decepcinado.

–Ok... Apartir de ahora no quiero que me llames, que me busques, que me insistas y no quiero saber más de tí, adiós para siempre, ya no eres nada para mí. Esto se acabó de todas las maneras posibles.– dije ennumerando entre  lágrimas y viendo como él comenzaba a llorar.

Me giré y me fui caminando rumbo a mi casa y cuando pensé que mi vida cambiaría lo escuché nuevamente.

–¡Ey! No me hagas esto por favor, yo te amo, en serio perdóname soy un estúpido, te pido que regreses y aclaremos esto... Te amo.– dijo llorando arrepentido.

No soportaba verlo sufrir, pero todo cambió y yo ya no lo amaba o eso creo.

–¡Por favor Vanni !– pidió suavemente mientras me agarraba el brazo.

Yo me quedé en shock y llorando con más intensidad, "Vanni" era como me decía mi papá que ahora está muerto. Y ese es mi punto débil y él lo sabía. Me odio a mi misma por dejar que alguien conozca mis debilidades.

–No, por favor te lo pido, no me hagas esto, si...– hice una pausa para secarme las lágrimas– si en serio me amas, déjame ir...

Noté como me soltó suavemente y yo no quería que me dejara, no quería estar mal, no quería que se fuera de mi lado, no quería que terminaramos, pero era lo mejor.

Lo miré por última vez y me fuí corriendo.

Al estar más lejos de donde él estaba me giré a verlo y estaba llorando arrodillado mirando hacia abajo con sus manos en su cara. Me dolió tanto verlo así, pero tenía que seguir con mi vida. Saqué mi celular, puse música y me coloqué los audífonos y me fui trotando hasta mi casa.


💎💎💎

Bueno, adiós relación de dos años.
No me gustó este cap :(

Eres un tarado/ Mateo PalaciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora