26

253 13 0
                                    

Mateo

Estaba cantando los temas favoritos de mi novia y de posiblemente miles de mis fans hasta que la escuché.

-¡MATEO!.- el grito de Vanessa se escuchó en todo el lugar, la gente entró en pánico y yo paré el show y estaba decidido a ir tras ella.

De un brinco me baje de la tarima, me tronché el tobillo al caer, la puta madre decía en mi mente.

Pero eso no era suficiente como para dejar de perseguirla.

La gente molesta empezaba a chiflar exigiendo que siga con el evento, pero yo no iba a dejar que se lleven a Vanessa así como así.

Me cogieron por atrás, tapándome la boca para no hacer ruido, además de esto me cargó haciendo que mis brazos queden inmóviles y empecé a patalear.

Me metieron al camerino y me tiraron a un sofá.

-¡Que mierda te pasa Pedro!.- le renege a mi viejo.

-Esa muchacha no te conviene, lo hago por tu bien hijo, es para no dañar tu imagen, que pasará cuando se enteren que tu novia apuñaló a tu hermanastra.- dice Pedro, pero este no se percató de que mi micrófono que tenía en la camisa estaba encendido, haciendo que todos escuchen.

-¡Todos corran!, Trueno es un asesino.- gritó alguien del público y el evento quedó hecho mierda.

-Gracias viejo, eres la puta maravilla, en este momento te olvidás de que soy tu hijo, te prometo que si algo le pasa a Vanessa será tu culpa.- empecé a soltar con lágrimas en mis ojos.

-Mi culpa, ¿que he hecho yo?, A parte de velar por tu bienestar.

-Yo se que fuiste vos quien llamó a la poli, no soy tan pelotudo, pero realmente me decepcionaste, creí que la familia se apoyaba, pero veo que no, o al menos no me consideras parte de la tuya.- dije arrancándome el micrófono y saliendo del lugar.

-No sabés el lío en el que te metes Palacios.- dice mi viejo y yo lo miro por última vez con mis ojos y mejillas rojas de la rabia.

Salí en busca de Vanessa.

No conocía nada, estaba en un país desconocido, en una ciudad desconocida, con gente desconocida.

Solicité un Uber y me fui rumbo a la estación.

Por suerte del destino dí con el correcto.

Entré al lugar y pregunté por Vane.

A los minutos me dieron respuesta de ella, pero me dijeron que tenía que esperar.

No sabía si llamarle a su madre, no sé si reaccionaria bien.

Familiares de la jóven Vanessa Quintero.- dicen en un megáfono.

Yo me puse de pie y fui a presentarme.

-Hola, soy el hermano de Vanessa Quintero, solicito entrar a verla.

Me preguntaron datos para ver si coincidiamos como familiares y pues claramente mentí.

Pero si me sirvieron como para dejarme pasar.

El acento colombiano me va para el orto pero todo sea por ella.

Llegué al cuartito dónde se encontraba ella, llorando, esposada y sentada en una silla de madera con un policía vigilandola.

–Hola, soy Mateo Quintero, hermano de la detenida.– dije haciendo que Vane me voltee a ver y en sus ojos ví esperanza, yo tenía ganas de largarme a llorar por verla en ese estado.– ¿Nos podría dejar un rato a solas?.

El agente salió y nos dejó a solas como se lo pedí.

Ella entre llantos me contaba lo mal que se sentía, yo la entendía, me sentí mal yo también.

–Vane, no llorés, todo esto es mi culpa, si tan solo no te hubiera dado la navaja.– dije mirándola a los ojos y abrazándola.– me odio a mi mismo porque ahora estás sufriendo las consecuencias, mis consecuencias.

–No te disculpes, total, fui yo quien la apuñaló no tú.

Yo sabía muy en el fondo que mi tacto con ella la tranquilizaba así que la besé. Bueno hay que admitir que al besarnos yo siento confianza en mi mismo.

–Vaya, el incesto es un pecado muchachos.– dice el agente.

–¡Mierda!, Me asustaste boludo.– dije sin pensar bien en el acento.– la puta madre...– susurré.

–Sabia que no eras Colombiano, te sale re mal nuestro acento compa, se quienes son realmente.– dice el poli y yo me asombre.– Mateo Palacios, mejor conocido como Trueno y tú eres su novia.

Cómo sabía eso. Bueno es que soy un estúpido, si soy una figura pública.

–Mi hija te adora, sos su ídolo.– menciona el poli.– chicos, me caen bien y se que viven bajo presión, los ayudaré a salir de acá, pero necesito su mejor cooperación.

Aceptamos el trato, no sabía si confiar del todo en él, pero era nuestra única alternativa.

–Oh, ¿podrías enviarle un saludo a mi hija?.– dice el poli.

Yo inmediatamente acepté, hombre era nuestra solución para salir de acá, imposible decirle que no.

Después de grabar el saludo, nuestro plan empezó.

–Tengo miedo.– dice Vane.

–Dale amor, en todo momento estaré contigo, no te dejaré sola.

–ok chicos este es el plan.– empezó a hablar el agente.

Mi cabeza daba giros, no sé por qué, ¿acaso me iba a desmayar?.

Concéntrate Palacios, es por tú novia.

Me dí una cachetada para activarme.

–De por Dios, ¿estás bien?.– pregunta Vane y yo asiento.

El policía siguió contandonos el plan.


















💎💎💎

Youuuu una puta mierda!
Youuuu me chupa la verga

Capítulo del asco Jajajajaja perdón

Maratón 2/5




























Eres un tarado/ Mateo PalaciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora