❷❷

300 16 0
                                    

Mateo.

-¿Espera que? Cómo que "vamos".- dice Vanessa asombrada por la respuesta que le dí a mi papá.

-Si, como escuchás, dale amor acompáñame.-digo juntando mis manos en forma de petición.

-Hmmm, no lo sé.- dice levantándose de la cama y cubriendo ese hermoso cuerpo tallado por los dioses con una toalla.

-Dale amor, decí que sí.- digo rogándole nuevamente.

-Si amor, obvio que sí, por algo me paré.- dice riendo y yo volteo los ojos.-espera me baño.

Vane se fue a bañar y yo me quedé sentado en la cama sin hacer nada más que ver mis redes, hasta que se me ocurrió algo.

Me levanté a pasos lentos mientras me dirigía a el baño. Escuchaba las gotas saliendo de la regadera haciendo tacto con su piel. Sin pensarlo entré de golpe.

-¡AYYY JUEPUTAAA MATEO ME ASUSTASTE!.- gritó asustadisima y yo me reí como nunca.- ¿Que haces acá?.

-Me tenía que bañar ¿no?.-Digo agarrándola de la cintura dejando que las gotas empiecen a mojar mi cabeza.

-Si, pero me podías esperar.- dice poniendo sus brazos por mis hombros quedando muy juntos, unos centímetros más y yo me prendía y garchabamos ahí mismo.

-Solo hay un baño, además si querés que no te invada pues cerrá la puerta.- digo sonriendole y luego la beso.

Nos besamos tan apasionado que ya mi amigo se estaba asomando.

-Amor, dale báñate que nos vamos.- dice Vane deteniendo el beso y se voltea dándome la espalda, más bien el culo para no distraerse, pero a mí sí me distrajo, y mucho.

Yo ya bien caliente; De verdad no entiendo cómo es posible que Vanessa me caliente en un dos por tres.

Yo por impulso agarré su culo, y me arrepentí en el momento en el que lo hice.

Ella se quedó quieta, como paralizada tras mi acción, yo me estaba muriendo de la pena, pero ella no hizo nada, solo giró su cabeza para verme, bueno para verlo. (Barras xd)
Yo estaba muriendo de la vergüenza y ella lo notó y por eso se rió.

Vanessa no sé en que momento, ni cuando, ni por qué se volvió una ninfómana.

Me miró de pies a cabeza y detuvo su miraba allá abajo por unos segundos y volvió a subir, se mordió el labio inferior y volvió a su pose inicial dandome la espalda totalmente.

Después se inclinó hacia la pared quedando en una especie de pose en cuatro.

Yo me sorprendí resto.

-Perdoname si no lo hago bien, y no bajo bien es que no hay mucho espacio.- dice esperando a que yo la penetrara.

-N-no, asi como estás está bien, no pasa nada.- dije aún creyendo que esto no era real.

-Dale, que estás esperando, no tenemos mucho tiempo.- recalca.

A mí me encantaba la idea, pero se me hacía muy raro que Vane actuara de esta forma, tal vez las hormonas.

Así que yo me encargué de mi trabajo.

Acomodé mi miembro en su entrada y luego puse mis manos en su cintura, ella estaba mojada y no de agua.

Ella estaba ansiosa y yo quise complacerla para hacerla olvidar ese mal rato de ahora. Además no podía dar vuelta atrás, yo fui el que entró.

Comencé entrando en ella de una manera lenta y satisfactoria, ella comenzaba a jadear y eso que solo iba la punta. Después hice más presión y empecé a meterla más y más, la velocidad fue incrementando.

Eres un tarado/ Mateo PalaciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora