Eres un tarado/ Mateo Palacios

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Mateo.

–¿Que más daño me quieres hacer?.– preguntó Vanessa a Diana exaltada.–estoy mamada de que te tirés mi vida.

–¿De que hablás?.– dice Diana igualandole el tono a Vanessa y ahi es donde deducí que esto no saldria bien y menos Vanessa teniendo una navaja.

–Hablo de todo, de Diego, de Mateo, de Argentina y hasta de tu puta madre.– dice Vane enumerando los casos.

–Primero que todo, respete a mi mamá estúpida; segundo, lo de Diego fue algo que tenía que pasar y tercero; Mateo es el amor de mi vida y si no lo sabías el te engaña conmigo.–Dice Diana con rabia.

Vanessa me mira por lo último que Diana le dijo y yo le negué con la cabeza dándole a entender que es totalmente falso.

–Vea piroba, a Mateo no lo meta en esto que la cojo a traques, ¿ENTENDIÓ?.– dice Vanessa desafiante y sin miedo. No sé sinceramente que le está pasando, solo sé que me encanta esta nueva versión de ella.

–Yo me meto con quién se me de la triple hijueputa gana.– dice Diana dándole un puño en la cara a Vanessa, Vanessa por otro lado se contuvo pero yo no.

–Ey, pelotudita, a mí novia se le respeta, déjala quieta o sino te mando a tomar por culo de mi casa.– la amenacé.

–Hacé lo que quieras Mateo, igual cogida estoy por vos y descogida no hay.– Dice Diana y Vanessa se le tiro encima dándole varios golpes en la cara.

Pedro quiso intervenir, pero yo no lo dejé, por otro lado Zaray estaba concentrada jugando Candy Crush. Le chupó tres huevos que estuvieran cagando a piñas a su hija.

–¡MALPARIDA MENTIROSA, DEJA TU PERRA HIJUEPUTA ENVIDIA!.– gritó Vanessa y yo me empecé a reir.

–Dale Mateo, déjala a ella y quédate conmigo, sabes que yo cojo mejor que ella.– dice Diana y Vanessa me mira nuevamente, Diana aprovecha esto y empuja a Vane haciéndola caer al suelo y provocando que se pegara en la espalda.

Diana se empieza a acercar a mí y se empieza a morder los labios, yo la miro con asco y trato de alejarla lo más lejos de mí.

–No le vayas a hacer nada Palacios.– me dice mi viejo.

–Naa, vos tranqui que de putas como estas yo no me d...– pum, Diana me robó un beso y me cogió la pinga.

–Mira eso mejor amiga.– Dice Diana girandose, pero lo que no sabía es que Vanessa ya estaba detrás de ella viéndola con cara de desprecio y odio.

–Que mejor amiga ni que mondá, ¡hija de perra!.– gritó Vane por último y le clavó la navaja en el estómago.

–NOOO, ¡VANESSA!.– grita Pedro abrazando a Vane por la espalda, separandola de Diana, la navaja cae al piso al igual que Diana mientras desangraba.

Zaray se alarmó y llamó a la policía llorando.

Yo estaba en shock, viendo todo lo que pasaba en cámara lenta, Vanessa miró con una sonrisa de satisfacción a Diana y la escupió por último.

–Ojala te mueras.– dice Vanessa y se logra soltar de Pedro, coje la navaja y me agarra del brazo hasta llevarme a la puerta, miré por última vez hacia atrás y mi viejo estaba abrazando a Zaray, mientras le hacía presión en el estómago a Diana para detener un poco el sangrado hasta que llegara la ambulancia.

–Dale amor, corramos, vámonos.– súplica Vanessa.

–Amor lo que hiciste fue muy grave, no pensé que llegarías tan lejos.– dije asustado y shockeado.

–Necesito tu ayuda y apoyo más que nunca.– dice Vanessa casi llorando, estaba temblando del impacto.

–Yo no dije que te dejaría sola o ¿si?, Vamos corre.– dije secandole algunas lágrimas que empezaban a correr por sus mejillas.

–Te amo.– pronuncia.

–Yo más.

Salimos en mi moto con el traje cubre identidad, en el camino nos paró la policía.

–Hola, buenas tardes, como llego a la casa de...– se detuvo mientras leía un papel.– de Pedro Palacios.– acotó el agente.

–No, ni idea la verdad, yo no soy de acá, soy de Córdoba.–dije cambiando levemente mi acento.

–Ok, comprendo, que tengan buena tarde, adios.– se despide la policía y nosotros seguimos en pura, hasta llegar a el apartamento de Vanessa.

Nos bajamos de inmediato, Vane lava la navaja y la empaca en una maleta, empaca toda su ropa.

–¿Que haces?.– pregunté sin entender nada.

–No puedo seguir aquí, esto es mucho para mí, me estoy agobiando, no aguanto la presión.– dice Vanessa pasando sus manos por su cabeza y empezando a desesperarse.– Vámonos a Colombia.

–¡¿A Colombia?!.

–Si amor, acompáñame.– dice casi llorando.

–¿Pero y mi trabajo?.– pregunté preocupado.

–No será por mucho tiempo, tómatelo como unas vacaciones.– dice Vanessa, era obvio que me necesitaba y yo no la iba a dejar sola, finalmente me convenció.

–Esta bien, vamos.– acoté.– pero no tengo ropa.

–Alla se compra o pedile un patrocinio a Adidas o a Clan, no sé pero necesitamos irnos.– dice mientras llamaba una aerolínea.

–Hola, buenas tardes, aerolínea de Buenos Aires ¿que vuelo quieres solicitar?.

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Maratón 3|3