Reencuentro (Juliantina) Terminada

I

Recostadas en un manto sobre el zacate verde, estaban dos damas completamente desnudas
que recién habían descubiertos el amor.

Valentina sentía el cuerpo de Juliana pegado  al de ella, su antebrazo bajo su cuello, la observó como plácidamente dormía, admiró sus facciones bellamente perfiladas, ella completamente despierta observó luego con detenimiento el cielo infinito, tantas ideas pasaban por su cabeza. Había sido feliz, nunca imaginó que el amar sería así. Después de la entrega, no soñaba despierta, pensaba en lo que se vendría, en dos días comenzaría un nuevo año. El año 1900 estaba definitivamente alrededor de la esquina.

Valentina Carvajal y Juliana Valdés eran las únicas hijas mujeres de las dos familias rivales de la región. Rivales?? No sería la palabra precisa, sería mejor decir enemigas a muertes, familias con haciendas vecinas en la zona de León Viejo, Nicaragua. Al nacer ellas las familias tenían años de riñas y disputas. Tres generaciones atrás hubo un litigio por un cerco entre las dos propiedades, hubo un duelo y el patriarca Carvajal murió en manos de la Matriarca de los Valdés, quien al creerse vencedora dio la espalda a su contrincante, León Carvajal antes de dar su último suspiro apuntó dando un certero tiro en la columna lumbar condenando a Lupe Valdés a pasar el resto de sus días en una silla de ruedas.

Cada generación tuvo sus víctimas. Ellas por ironías del destino, se conocieron y se enamoraron. No hubo planes, era su destino,

Valentina estaba muy abstraída en sus pensamientos , al cerrar sus ojos dejó de pensar en lo malo y rememoró los momentos que acaba de vivir con Juliana.

La sintió moverse en su brazo, instintivamente Juliana se apretó contra ella y descansó su cabeza sobre su pecho, entreabrió sus ojos y levantó su mentón para besar tenuemente sus labios, luego con lentitud fue recorriendo con su boca cada detalle de su cuello, el calor de su boca hacía estremecer a Valentina, que gimió complacida y su mano derecha se enredó en su cabellera. Juliana entonces llegó a su destino, los senos duros y túrgidos, los cuales aprisionó con su boca, Valentina se reacomodó y se enredó en sus brazos, Juliana besó sus pezones una y otra vez, mientras Valentina recorría con sus dedos la perfecta espalda desnuda. Tenían apetito, pero de pasión y de deseo. Era inefable estar juntas, la entrega era emotiva, cálida así como voluptuosa y vehemente.

- Te amo, Juls!! - Valentina jaló su barbilla para atrapar sus labios y deslizar su lengua. Juliana apretó ese beso. Valentina se puso sobre ella para besarla por todo el rostro,

- Yo también te amo!!! - y siguió deleitándose con sus besos. Pronto sus centros húmedos se pusieron en contacto para magnificar ese deseo, ese placer que el roce de ellos les proporcionaba.

Estaban lejos de la casa hacienda, nadie las oía, así que dieron rienda suelta a sus deseos. Sus jadeos y gemidos se escuchaban sin restricciones...