Capítulo 14.

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JM.

Esto estaba siendo realmente más difícil de lo que había pensado. Esta mañana había vuelto a la comisaría, más que para que me asignaran algún otro caso, había vuelto para informarme del procedimiento que le habían dado a T/N luego del juicio, que por cierto le habían dado 15 años de prisión, sin embargo, como aún su caso estaba en estudio, su condena estaba sujeta a cambio, pero aunque cambiara no pintaba mucho mejor, pues si se le acusaba de algo más o aparecían más denuncias contra ella, se le daría presidio perpetuo, osea que debería cumplir entre 20 y 40 años en prisión sin derecho a libertad condicional... nada muy gratificante de escuchar.

Así que ya se imaginarán como estaba yo mientras leía su reporte y a la vez luchaba por no largarme a llorar. Paré de leer cuando vi su condena y dejé la carpeta en mi mesa, pues necesitaba darme un respiro, así que inventé cualquier excusa estúpida para salir un rato a la calle.

Al salir, caminé lo más rápido que pude hacia cualquier dirección, y cuando estuve lo suficientemente solo y alejado de la comisaría, una vez como en toda la semana, dejé que mis lágrimas fluyeran solas por mis mejillas.

No sabía que sentir, pero todo giraba en torno a la tristeza y la ira. Cada vez que me la imaginaba robando casas y bancos, usando un arma, intimidando a la gente, escapándose de la policía, y luego pensaba que la tuve todo el tiempo frente a mi y que me había caído rendido ante ella, me hacía sentir tanta rabia, me sentía tan débil, pero la amaba, maldita sea.

En serio que a cada segundo mis ganas de golpear a alguien iban en aumento, pero las lágrimas no dejaban de brotar y nublaban mi vista. Mi respiración era cada vez más irregular y acelerada, no sentía cómo mis puños se apretaban solos, sino hasta que me giré de golpe y estampe mi puño contra la pared blanca de un edificio. Solo en ese momento toda la ira se desvaneció y ganó la tristeza una vez más, miré mis nudillos, llenos ya de sangre pero eso dolía muchísimo menos de lo que me dolía el pecho.

Volví a apoyarme en la pared, llevé mis manos a mi rostro tapando mis ojos, pero no era suficiente para desaparecer todo el dolor que tenía en mi cuerpo, y las imágenes que no dejaban de venir a mi mente, simplemente imaginarla con un arma apuntando a una persona dispuesta a disparar solo para ejecutar un robo, me partía en miles de pedazos. Y no podía si quiera pensar que esa misma persona era la misma que se mostraba tan tierna y amable, tan frágil y débil cuando estaba conmigo.

¿Cuál de esas dos versiones era la verdadera?

Que jodido estaba.

Volví a la comisaría después de haber limpiado mis heridas en un baño público y de haberme calmado de tantas lágrimas, pero eso no fue suficiente.

- Inspector Park ¿se encuentra usted bien? Tiene los ojos hinchados.- se acercó cautelosamente un cabo que llevaba a penas un par de meses trabajando.

- Sí, no te preocupes.- me limité a decir mientras bajaba la mirada y seguía mi camino.

Cuando llegué a mi escritorio, me senté en la silla, y encontré con la mirada la carpeta de T/N que había dejado cuando me fui. Tragué duro y la aparté dejándola debajo de un montón de otras carpetas, para luego alejar otra vez las misma imágenes de ella, tallando mis ojos con mis manos.

Me quedé un largo rato mirando a la nada, tratando de exactamente pensar en nada, pero era imposible. Contradictoriamente quería verla, era lo único que me pedía internamente a mi mismo.

Ve a verla. Ella te necesita.

...

...

A la mierd* todo iré a verla.

Me paré de un salto de la silla, en el fondo estaba realmente emocionado por verla. Pero también sabía que era muy probable de que volviera a derrumbarme. Pero no me importaba, quería verla, lo necesitaba, saber cómo estaba, aunque yo mismo estuviera como la mierd*.

 ⚔︎REOS⚔︎ [JM & T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora