Alessandra se durmió muy rápido luego de que Asher la tapara con sus mantas, él se puso su ropa y la besó despacio sin despertarla, debía volver a trabajar.
Volvió a la empresa donde puso sacar fotos a otras modelos, ya sintiéndose más tranquilo y feliz.
Ella se despertó unas horas después, un poco triste por estar sola, quiso no pensar que la había usado o algo de eso. Bajó y se encontró con su madre sentada, se tapó el ojo con el pelo, la saludo y cenaron juntas, como casi todos los días.
Luego volvió y pudo seguir durmiendo, sin querer pensar en nada.
No fue al colegio al día siguiente, se quedó durmiendo hasta tarde y luego miró algunas películas, se sentía cansada y con muchas ganas de dormir.
Dudo si debía ir al estudio, se miró al espejo, su ojo estaba morado pero no tanto como antes, pero aún se notaba.
Tomó la tarjeta en la que aparecía un número de celular y lo agregó a sus contactos, luego mandó un mensaje.
-Hola, soy Alessandra.
Tardó unos minutos, pero respondió.
-Buenas tardes, soy Oliver, ¿Qué necesitas?
-Debería ir hoy?
-Deja le pregunto a Asher.
Pasaron unos minutos y su celular volvió a sonar.
-Dice que no hace falta, pero que a las 5 pasará por tu casa.
-Bien, gracias!!
Sonrió y dejó el celular a un lado. Se duchó y se puso un vestido rosado y negro, se maquilló el moretón sin saber si a Asher le iba a molestar, se puso un poco de máscara de pestañas y bajó a la sala a esperar a que sea la hora.
(...)
A las cinco en punto, Asher llegó.—Hola, mi bella—sonrió y la atrajo tomándola de su cintura— estas hermosa hoy.
—Hola Asher.—ella asintió con la cabeza con respeto—gracias.
Él volvió a sonreír y salieron, la llevó a un café, donde pasaron una tarde de tranquilidad.
Al volver a casa, les costó un poco despedirse, pero pudieron hacerlo.
El resto de la semana pasó relativamente rápido, ella no iba a las sesiones porque su cara no sanaba pero seguía asistiendo al colegio, donde continuaron insultándola, pero no quiso contárselo a Asher.
El lunes de la otra semana, se levantó y fue a la cocina, donde estaba su madre haciendo café.
—Hija, buenos dias—saludó—quieres algo de desayunar?
Alessandra negó con la cabeza, pensó que probablemente era mejor no comer nada y así no sumar calorías. Antes de que su madre pueda decir algo, salió de la cocina con su mochila y se fue de la casa.
Al llegar al colegio intento pasar desapercibida, pero no faltaba el comentario sobre que estaba gorda y era una ballena. Pero iba a cambiarlo, no importaba nada, iba a cambiar oficialmente su peso, no le importaba si debía dejar de comer.
Se sentó en su asiento y mientras esperaba a que el profesor llegue, busco en Internet algunos tips, encontró páginas que decían que debía comer todas las comidas y otras, a las que decidió hacer caso, que decían que no coma en todo el día.
Éstas páginas decían que la comida la hacía ver mal, también que si ingería algo debía vomitarlo y castigarse. Eso llamó su atención, sobretodo cuando vio que el castigo era cortarse, pensó que probablemente no haría eso.
Suspiró y siguió leyendo; "vomitar te ayuda a ocultar que no comes, sobre todo en reuniones familiares, parecerá que comes y luego vomitarás todo". Eso decía aquella página.
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body shape ✿
RomanceDonde Asher va a buscar la chica perfecta para su revista, pero Alessandra piensa que no es apta por la forma de su cuerpo. Todos los derechos reservados. Prohibida su copia y/o adaptación. Escrita por Valerie Bonifati en el año 2019.