Le llevó a Brynda un día o dos asimilarlo todo... Trek Mi Q'an, collares nupciales,
Compañeras Sagradas, qi'kas, guerreros, nee'kas, esclavas Kefa, sirvientes obligados.
Banquetes de consumación, hoyos de barranco, primas reales perdidas, ejecuciones, involuciones...
Maldición. Alguien realmente necesitaba escribir una guía turística de todo esto. Quizás una que viniera completa con dibujos y linajes de familia, explicaciones de las varias subculturas y...
Bien, en cualquier caso, pensó con desdén enviando esa idea lejos. El punto era que ella finalmente esprintaba. Sabía porque había sido capturada, sabía que la nave era guiada a lo que Harry se refería como la tercera dimensión, sabía también que ese inmenso guapo guerrero se había casado con ella de acuerdo con las costumbres de su raza. Le había contado todo, sin negarle información, sabía que debería haberse sentido excitada por su aventura al menos, pero maldición si no se sentía...
Deprimida.
Desesperadamente, terriblemente, espantosamente deprimida.
En el curso de los últimos días, Brynda había empezado a preocuparse por este hombre, este guerrero, de una manera que nunca hubiera pensado que fuera posible preocuparse por cualquier macho, mucho menos uno que anunciaba que venía de un planeta diferente, de una galaxia diferente. Había intentado luchar contra los sentimientos... oh, como lo había intentado, pero era como si siempre hubieran existido, como si hubieran estado dormidos dentro de ella toda su vida, solamente esperando para salir.
Si intentaba ser reservada con Harry, él le sonreiría con una mueca y le haría sentir como una adolescente. Si trataba de apartarlo física y emocionalmente, la miraría profundamente a los ojos y le hablaría de los bebés que tendrían algún día y cuan maravillosa sería su vida juntos. Le contaría el profundo amor de sus corazones por ella y cuanto la querría por encima de todos los demás y...
Dejó salir el aliento.
Y le creía.
Si las palabras hubieran salido de la boca de cualquier otro hombre excepto del que las había pronunciado, habría puesto los ojos en blanco, sacudido la cabeza y nunca creería una palabra de ello. Nunca. Si había una cosa que Brynda podía decir sin peligro sobre si misma era que no era el tipo de mujer dada al melodrama, tampoco el tipo de mujer proclive a crear cariño en su mente entre dos personas que no existía realmente. Era una pensadora lógica, calculadora... en absoluto la clase de hembra que vive con la cabeza en las nubes.
Pero creía a Harry y la aterrorizaba. Peor todavía, estaba empezando a temer que se sentía de la misma manera acerca de él.
Suspiró. ¿A quien engañaba? Se sentía de la misma manera acerca de él.
Pero ¿hasta cuando? pensó tristemente, dándose cuenta que sus días eran limitados.
Harry le había dado esa noche que se había desmayado algún tipo extraño de arena almacenada en la nave que la ayudó a poner su cuerpo en remisión unos cuantos días.
Pero podía sentir al lánguido dolor regresar y sabía por la experiencia que crecería a peor en vez de a mejor.
Y él me ama.
Cerró los ojos brevemente y respiró de forma constante. Esta era precisamente la situación que había esperado evitar en la Tierra. No quería que le amara, no quería que se preocupara por ella, porque no quería ser responsable de herir a nadie cuando muriera.
No morirás, nee'ka, había dicho cuando ella le había revelado la realidad de su enfermedad. Eso no está permitido. Me mataría o me conduciría a la involución.
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Sin Miedo (H.S) 5
Ciencia FicciónEl siguiente material incluye contenido sexual gráfico para lectores adultos. Esta historia ha sido calificada como una obra de contenido E por un mínimo de tres críticos independientes. Ellora's Cave Publishing ofrece tres niveles de lectura Romant...