Silencio, todo está por comenzar

708 174 258
                                    

Era una noche estrellada como ninguna otra, el campo estaba en silencio paciente, esperando lo que nadie sabia que fuera a suceder. Una pequeña casita se veía en la lejanía, oculta pero a la vez visible. Transformando sin saberlo todo el paisaje, dentro un anciano se dispone a acostar a su amado nieto. El anciano, hombre de enorme sabiduría conocía las historias que antaño se contaban alrededor de una hoguera, cuando el universo era demasiado joven y titilaba con energía. Sonriendo en su interior el abuelo dio una ultima mirada a la habitación y se dispuso a cerrar la puerta, había sido un día duro de trabajo en el campo y notaba como sus cansados huesos empezaban a fallarle pero, cuando una dulce vocecita pronuncio las siguientes palabras no pudo hacer más que sonreír y regresar a la cama donde un niño de ojos curiosos le llamaba con insistencia.

— Abuelo quiero un cuento.

Dijo el niño en medio de la oscuridad de su habitación. Allí solo se podía observar una pequeña luz que provenía de la lámpara que descansaba en su mesita de noche, la cual producía una luz fantasmagórica que solo alguien acostumbrado a ella la daría por normal.

El abuelo ya con la mente cansada de quien lleva muchos años viviendo se aproximó lentamente hacia la cama del niño. Se sentó con cuidado, hacía ya muchas lunas que no tenía la energía que en su juventud nunca le había faltado.

— Claro que si cariño. ¿De qué lo quieres hoy?, ¿Tal vez de princesas encerradas en torres?— Dijo él recordando aquellas historias que hacia años el niño había amado quedándose incluso despierto a altas horas de la madrugada únicamente para escucharlo.

Pero esta vez el muchachito no pareció tan emocionado, acababa de cumplir 12 años hacia algunos días y se sentía demasiado adulto ya para aquellos cuentos. Al ver su cara el anciano mantuvo una sonrisa de medio lado, aunque una sombra cubrió sus ojos al darse cuenta de que su pequeño ya no lo era tanto.

— O tal vez no— dijo — ya estas hecho un muchachito, supongo que las princesas se te han quedado pequeñas. ¿Tú quieres acción verdad?

— Si abuelo quiero uno sobre dragones y guerreros, que viven mil aventuras y no le tienen miedo a nada— Dijo el pequeño saltando sobre la cama con insistencia

— Cuidado con lo que pides mi niño, esas historias parecen maravillosas al empezar, pero muchas veces nada es lo que parece.

El niño extrañado por aquellas palabras continuó insistiendo hasta que el abuelo convencido acepto contarle una. Ambos se acomodaron en la cama, entonces con una atmósfera que parecía de otro mundo el abuelo comenzó:

— Hace mucho tiempo...

Cuentos de las estrellas [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora