Traición

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Shyla observaba la situación sin despegar sus ojos del destartalado barco que se hundía ante sus pies, su mente la había transportado a numerosas visiones desde que había cruzado aquella puerta blanca. Primero, había visitado una terrorífica cueva en donde un confiado príncipe había fallecido, después, su mente incontrolable la había arrastrado hacia un hermoso castillo en donde avanzó escuchando extrañas conversaciones a lo largo y ancho de las estancias. Lo más raro de todo había sido darse cuenta de que aquel lugar se le hacía muy familiar, no sabía por qué pero sentía que lo había visto antes. Sin darle más vueltas a esos pensamientos se dedicó a vagar por las numerosas habitaciones curiosa de lo que estas podrían mostrarle. Había escuchado la conversación de aquel rey con sus hijos sin entender nada, pero imaginándose de qué dos príncipes hablaban al ya haber soñado con ambos. Un recuerdo pasó de pronto ante sus ojos, Ryan desapareciendo ante un destello blanco, ¿Qué habría sido de él?, se preguntó. Ahora otra escena totalmente distinta la obligaba seguir mirando, como si algo quisiera desenterrar guardado un secreto únicamente para ella.

Kaldur se moría, lo supo en el momento en el que agua empezó a entrar por su boca y nariz. Se ahogaba y daba igual las brazadas que diera, el fondo marino quería a su presa y no pretendía soltarla. Volvió a intentar nadar, imposible, la corriente era demasiado fuerte. Burbujas salieron a borbotones de su boca, intentó respirar pero solo notó como el agua salada entraba en sus pulmones inundándolos. La inconsciencia le atacó y como una roca a la deriva el príncipe comenzó a sumergirse más y más entre las oscuras aguas.

Shyla lo vio ahogarse, vio aquel cuerpo desaparecer entre las olas y aunque intentó alcanzarlo no pudo, lo atravesó como si no hubiera nada, desesperada gritó por ayuda, nada. En ese momento se dio cuenta de algo, era una mera espectadora de una historia ya contada. Cerró los ojos decepcionada, no podía cambiar el curso de los acontecimientos, lo único que podía hacer era aprender. Cuando volvió a abrir los ojos la imagen era otra, ahora se encontraba en una cueva en la profundidad del océano. Delante de ella un trono de piedra aparecía, rodeado de corales y anémonas daba la sensación de ser el hogar de un soberano. A los pies de este Kaldur tosía intentando expulsar todo el agua que había tragado, así que estaba vivo se dijo Shyla, pero ¿cómo?

Kaldur tosió y tosió intentando mientras tanto abrir los ojos, le picaban a mil demonios, demasiada agua salada se dijo. De pronto la realidad cayó como una pesada roca, debería ser en esos instantes un mero cuerpo sin vida flotando entre las olas, pero no era así. Se tocó el cuerpo pellizcándose, estaba vivo.

—Si principito, estás vivo, gracias a mí he de decir-se oyó una voz que hablaba desde el interior de la cueva.

El príncipe pegó un salto.

—¿Quién habla?

—Aquella a la que estabas buscando.- Respondió la voz, entonces de entre las rocas apareció, una mujer de cabellos negros trenzados con corales esta caminó lentamente con pose altiva y una sonrisa perpetúa en el rostro.

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Cuentos de las estrellas [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora