Yuletide (parte 2)

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Corrieron escaleras arriba, tratando de parecer dos locos enamorados con demasiado vino en el cuerpo a cualquier criado con el que se cruzaran. Por suerte para ambos todo el palacio escuchaba el discurso de Yuletide del rey y en los pasillos decorados por numerosos estandartes no había ni un alma. La pareja subió rápidamente torciendo en cada esquina, Shyla conocía aquellos caminos gracias a sus visiones y rápidamente aparecieron frente a una gigantesca puerta de madera.

— Espera. —Susurró Krye, —. Noto una magia muy poderosa aquí. Si tocamos el pomo estamos muertos.

Cerrando los ojos tal y como le había enseñado el joven Shyla se concentró. Imaginando que de una fuente se trataba se integró en si misma hasta encontrar la bola incandescente que era el foco de su poder.

Podía hacerlo se dijo, solo un poco más. Tocando aquella fuente empezó a imaginar como esta se deshacía a su antojo cubriéndola entera. Momentos después por primera vez abrió los ojos siendo consciente de sus poderes. Notaba su alrededor grisáceo solo iluminado levemente por una estela de magia que la guiaba hacia la puerta. Extendió su ahora fantasmagórica mano y un tentáculo de oscuridad salió de ella, con su mente guio al tentáculo hacia la puerta eliminando cualquier rastro de magia del ambiente. Con un simple pensamiento pura oscuridad cubrió la puerta hasta que esta se volvió polvo gris ante sus ojos.

— Vamos Shyla, no tenemos tiempo

La chica asintió y sin volver a encerrar su poder observo el entorno. Era una amplia habitación, austeramente decorada en cuyo extremo una estantería con libros y un gigantesco espejo descansaban contra la pared. Shyla se acercó a este último mirándolo fijamente. Ahí habían estado los monstruos de la oscuridad, que en sus recuerdos la atormentaban y que en el cristal que ahora la reflejaba palabras serpenteantes habían pronunciado.

Krye mientras tanto ignorante de los pensamientos que perturbaban a su compañera comenzó a buscar entre los libros. Para un rey que se había pasado más de 140 años buscando criaturas mágicas tenía que haber alguna pista sobre ellas entre aquellos tomos, se dijo. Pero, por más que buscaba solo encontraba inútiles libros de cuentos que no decían nada.

— Noto un rastro de magia, detrás de esta pared. — Oyó Krye a su espalda. Allí Shyla miraba fijamente la pared que la estantería escondía.

Parecía una diosa oscura pensó, salida de las más profundas leyendas de magia. Pálida pero rodeada de tentáculos negros como extremidades que atendían a sus órdenes. La chica puso sus ojos en blanco y una de estas elongaciones de sombra se extendió hasta atravesar la pared.

 La chica puso sus ojos en blanco y una de estas elongaciones de sombra se extendió hasta atravesar la pared

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— ¿Qué ves? —dijo—. ¿Notas algo más allá?

— Veo una estancia. No hay puerta alguna en las paredes, pero, en el centro hay una mesa. — contestó—¡Es pera! creo que hay un mapa.

— Bien, bien, ¿hay algo en el mapa? —Preguntó con un tono emocionado el chico.

— Tiene señales, puntos rojos que parecen informar de algo. ¿Lugares de importancia tal vez? — dijo ella. — Pero, esto no tiene sentido unos son las cuevas del norte donde murió el príncipe, otro es el castillo...

Cuentos de las estrellas [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora