El destino

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La canción que he puesto en la parte superior fue la que yo estaba escuchando cuando escribía este capitulo y la sentí correcta, así que si queréis podéis escucharla mientras leéis aquello que he escrito. Espero que os guste el capítulo de hoy y nos leemos pronto .

Además quería agradecerle a @xnephiliiim por su conocimiento sobre caballos y por su inestimable ayuda entorno a este tema. Muchas gracias!!

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Tal vez seguía soñando se dijo y volvió a cerrar los ojos con fuerza, intentando escapar de aquella visión recurrente. Pero al volver a abrir los párpados aquellos ojos seguían en el mismo lugar, justo en frente de su cara. Se restregó con las manos la cara pero nada cambió, llegó entonces a la conclusión de que aquello no era un sueño sino la tan peligrosa realidad. Se alejó poco a poco intentando poner distancia entre aquellos ojos y ella, su cuerpo temblaba del terror que aquellas fauces la producían pero eso no la impidió alejarse tanto que su espalda acabó aplastada contra la fría roca. La pantera se fue acercando a paso lento, sin prisa hasta que Shyla pudo sentir su respiración y el aire que esta producía moviéndola el cabello. Respiró hondo y lanzó a la pantera una mirada de indiferencia muy distinta a la sumisión o el terror que aquel animal se esperaría de su futura presa. Abrió la boca y una hilera de dientes muy afilados asomaron entre sus labios, Shyla cerró los ojos con fuerza esperando su destino, ya cansada de todo lo que la había sucedido sin siquiera tener un minuto de respiro. Tras unos segundos en los que no sintió nada abrió un ojo, la pantera se encontraba tumbada a sus pies dormitando. Con la boca abierta se arrastró a la otra punta de la cueva aterrada, no la había comido, un suspiro de alivio salió de entre sus labios y apoyó la cabeza contra la pared, este viaje se estaba volviendo cada vez más complicado se dijo. Rápidamente se levantó pero de pronto algo viscoso la rozó los dedos de sus pies desnudos, miró temerosa hacia abajo y pegó un grito cuando observó un líquido carmesí manchando sus pies. La pantera abrió un ojo pero tan imperturbable como era pronto lo volvió a cerrar, Shyla avanzó con sus ojos por el pequeño riachuelo que se estaba formando hasta que estos chocaron con un animalito muerto que se encontraba tendido en medio de la cueva, este tenía una herida de un mordisco en la yugular desde donde la sangre caía a borbotones. Se acercó con lágrimas en los ojos, ¿porque aquel inocente ser había tenido que morir?, acarició su suave piel rezando porque de pronto pegara un salto y se levantara, pero esto no ocurrió. Era tan distinto cuando en su antiguo hogar comía carne perfectamente cocinada sin pensar en nada más a tener aquí a aquel animal muerto que su corazón se encogió. No quería comerse aquello pero llegó a la conclusión de que no tendría más remedio que acostumbrarse a su actual vida y a dejar los sentimentalismos atrás cuando su supervivencia estaba en juego. Preparó un fuego, esta vez consiguió hacerlo sin necesidad de la suerte, había cogido la piedra que había producido la chispa anteriormente y aunque con mucho esfuerzo consiguió ella misma crear una pequeña llama. Sacó el fuego a la entrada de la cueva para no ahogarse con el humo y cuidadosamente cocinó su comida. Cuando estuvo bien tostada tan hambrienta como estaba se lo comió absolutamente todo y por primera vez en bastantes días sintió su estómago lleno. Se sentó calentándose al fuego y observó el cielo, era de día, por tanto debía haber dormido un día entero se dijo al haber llegado a la cueva cuando amanecía y haberse despertado con el sol en lo alto. Oyó un gruñido detrás suyo y observó como la panera desperezándose se acercaba hasta donde ella estaba, Shyla se tensó al pensar que daba igual lo que hiciera si aquel ser quería matarla fácilmente podría. Pero la pantera simplemente se tumbó a su lado sin siquiera mirar en su dirección, la muchacha llegó entonces a la conclusión que a pesar de lo extraño que eso sonara la pantera estaba de su parte y no parecía que fuera a hacerla daño. Alargó la mano entonces y acabó posándola en la cabeza del animal, este no hizo acto alguno de pretender morderla así que Shyla suavemente deslizó su mano varias veces su pelaje. Una cosa era ya haberlo hecho en sueños, pero en la realidad era muy distinto, ya que sabía que un movimiento en falso y no lo contaría. A pesar de esto continúo acariciándolo hasta que un bajo ronroneo salió del gran animal, la muchacha sonrió orgullosa de haber "domado" a la bestia aunque en el fondo sabía que nadie podría hacer semejante cosa y que si estaba haciendo aquello era porque la pantera se lo permitía. Un relincho sonó en la distancia de improvisto y Shyla se levantó alerta temerosa de que los guardias continuaran persiguiéndola aunque pronto se relajó al ver llegar a su viejo amigo, este cabalgó hasta llegar ante ella en donde recibió amorosas caricias de su compañera.

Cuentos de las estrellas [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora