Capitulo: 17

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Escuchar... No tocar...






























México bajo las escaleras hacía la planta baja, Canadá le ayudaba a llevar sus maletas a la entrada, mientras tanto EU caminaba por uno de los grandes pasillos bastante pensativo. Moscú había estado charlando con Washington, las capitales de tales países habían tenido una buena relación amistosa para variar; Moscú le había contado a su amigo que aunque Rusia se hubiera acercado físicamente a México, el aún le era indiferente en cierto modo, Moscú se encontraba preocupado por Rusia, no dormía bien, no comía bien, lo habían separado de su pequeño tesoro, y Washington también le había contado como EU también pasaba noches en vela tratando de ayudar con el problema de la madre de México.
El estadunidense se recargo en una pared y talló sus ojos, estaba seguro que a esas alturas ya habrían perdido a México con el eslavo, pero no fue así, ¿Por qué?

Mi señor, le esperan en la entrada para despedir al amo México. — Un empleado del lugar llamo a EU, quien miro confundido al sujeto, ¿Despedirse? ¿Por qué?.
Caminó a pasos apresurados hacia la entrada encontrándose con NAZI y Alemania reunidos ahí, miro más allá del marco de la puerta y diviso una camioneta negra de banderas rojas... — china... — Susurro para si mismo y se acercó hasta los demás, México se encontraba con una pequeña sonrisa despidiéndose de Alemania, quien lo abrazaba de manera posesiva como si fuera solo suyo y un pequeño bebé. — Jaja, ya wey, solo me voy unos días, volveré, sueltame, me asfixias...

— ¿Seguro que estarás bien? ¿Y si te da hambre? ¿Si te da frío? ¿Allá no venden tacos, ni gorditas, ni burritos, ni quesadillas, ni, ni-

—  Estaré bien Alemania... — Interrumpió México riendo por su dramático hermano.
Estados Unidos se encogió de hombros, acercándose a México con cautela, Alemania se separó de él de mala gana y le mando una mirada asesina a China, la cuál éste correspondió con una sonrisa.

...Te eh, te vas con China... ¿Eh? — EU sonrió con cierta derrota y agachó la mirada, suspiro y abrió sus brazos al mexicano, quien se acercó y abrazo de su vecino norteamericano. — ...escuchar, no tocar... — Susurro de manera casi inaudible y México se separó de él — ¿Dijiste algo we? — Nada, buen viaje. — Dijo alejándose unos pasos y permitiéndole a México irse, sintiendo una punzada dolorosa en su corazón.

Estados unidos entendió que había hecho mal todo ese tiempo, lo quiso tener a la fuerza, pero esa no era la manera, México no quería más abrazos hipócritas o caricias románticas, el solo necesitaba a alguien que se sentara a su lado y lo escuchara, que escuchara su angustia, sus ideas, su tristeza, alguien que pudiese estar ahí para escuchar, no tocar...

EU se retiró a su habitación asignada, la cuál compartía con Canadá por comodidad.
El canadiense permanecía en la puerta con los demás, observando como la camioneta negra avanzaba por los jardines de la casa, alejándose cada vez más de su vista.

EU se mantuvo observan por la venta el cielo gris que las nubes ofrecían, suspiro nuevamente, dándose la vuelta y sentándose al borde de aquella ventana. ¿Por qué? ¿Por qué amar a México? Había tantos países, incluye cualquier otro latino, pero no, tenía que ser México...
Tantos años de rivalidad... ¿Por qué tenía que ser él?

— ¿Interrumpo tus pensamientos pedazo de mierda? — Alemania entro en la habitación con dos tarros de su cerveza nacional y se sentó al lado de EU dándole uno. — ¿Qué pasa? Usualmente me hubieras devuelto el insulto y lanzado la cerveza a la cara. — Alemania río y miro el rostro triste de Estados Unidos. — ...mmm, oye ah... ¿Jugamos a algo? — EU miro confundido a Alemania — ¿Jugar? — El alemán asintió y tomó el cuaderno y lapiceros que traía, le dio uno a EU y el tomó uno.

Mex me enseñó un juego llamado, _"el ahorcado", debes adivinar las palabras que completen una frase, iremos palabra por palabra, tú me dirás letras que creas que van ahí, pero si te equivocas iré haciendo casa parte del cuerpo de nuestro ahorcado. — EU asintió, igual no tenía ánimos de trabajar. Comenzaron a jugar, EU decía letras y la primer palabra cobro sentido.

"Muestrame"

Fue la primer palabra.

"Tu estúpida"

Una pequeña frase para continuar.

"So-"

EU se equivocó y no logro completar la palabra pero si al "ahorcado" — ¡Ay no! ¡Lo mataste! ¡Lo mataste! — le gritaba Alemania a EU en el oído mientras se veía empujado por el contrario.
EU volvió a intentar logrando ahora sí completar la palabra.

"Sonrisa"

...

"Muéstrame tu estúpida sonrisa"

La frase quedó completa, EU sonrió y negó divertido y Alemania se dio por bien servido. — sabes, no dejes que te afecte, tu país necesita a su country en sus cinco sentidos, oh si no mi país te invadirá y pateare tu trasero americano. — El alemán se levantó riendo y le dejo la libreta a EU. — gracias... — dijo el de 50 estrellas en un susurro. — ...no hay de qué Estados Unidos. — ¡Oh dios el idiota dijo mi nombre! — ¡JODETE CAPITALISTA DE MIEEEEEEEeeeeeerdaaa~ — Gritó Alemania alejándose del lugar, EU soltó una pequeña carcajada un poco más animada y se levantó de ahí, dirigiéndose a su escritorio para revisar que sus investigación estuvieran en orden, más en eso el teléfono móvil sonó, EU contestó la llamada encontrándose con la voz agitada de unos de sus agentes. — ¿Sucede algo William? — preguntó a su agente.


























































































































¡SEÑOR! ¡NO DEJE QUE CHINA SE LLEVE A MÉXICO! ¡NO LO PERMITA! ¡ES UNA TRAMPA! ¡REPITO! ¡ES UNA TRAMPA!

La fuerza más poderosa del mundo no es el amor, son las armas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora